Capítulo 14: ¡Australia! ¡Australia! ¡Estamos en Australia! (I)

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—Deja que te ayude con eso Chris... —dice ella

—No hace falta... —dice con algo de dificultad —estoy completamente bien...

En un leve momento de distracción del británico, la mujer aprovecha para arrebatarle un equipaje, ayudándole en el proceso y ganándose un leve reclamo de su novio, ella levanta ambas cejas mientras curva una leve sonrisa, él suspira, agradeciendo de cualquier manera, colocan las maletas allí en el armario, estarían un par de semanas allí, una ocupados, y la otra de vacaciones antes de pasar al Royal Albert Hall en el distrito de Kensington en Londres, se sientan al borde de la cama para tirarse de espaldas cuando terminan de cerrar el armario.

—Fue un largo, largo viaje... —dice ella

—Siempre es así... —dice él —y noto que ya te bañaste...

—Doce o catorce horas sin bañarme es demasiado para mí, aunque no lo creas.

—Lo creo... dame un rato, me daré un baño...

—Te ayudaré con tu ropa.

Esta vez era ella quien le avisaba en la misma forma con la que él se ofrecía a ayudarla con lo que fuera cuando lo necesitaba realmente allí en Malibú los primeros días donde se conocieron. Luego de un buen rato el rubio británico del barítono volvió a salir ya vestido, con su cabello brillante luego de una lavada, tirándose de lleno sobre la cama haciendo cierta seña de cansancio... coloca una mano sobre su barriga mientras bosteza...

— ¿Y? —pregunta él

— ¿A qué te refieres con "y"? —pregunta ella

— ¿Qué te parece el hotel? ¿O Australia? No sé...

La pelirroja latina se encoje de hombros indicando que realmente no está segura de ello, Chris ríe un poco sin carcajear, extiende un dedo y un brazo pellizcando levemente el costado izquierdo de Helena, haciendo que se retorciera ligeramente intentando contener una risa, haciendo que el hombre levantara ambas cejas con una pícara sonrisa...

—Al parecer alguien tiene cosquillas... —canturrea

—Claro que no... —se defiende

Él acerca su dedo rápidamente al costado de la mujer causando el mismo efecto de la vez anterior, el cual era el retorcerse ligeramente, repite un par de veces haciendo que riera un poco, se incorpora comenzando a hacerle cosquillas en todos lados haciendo que comenzara a reír con fuerza, sin piedad se tira a ella atacándola sin piedad por dos o tres minutos hasta que se separa con tal de darle un respiro, estando muy cerca de pasar del tono rojo al morado, Chris le ayuda a reincorporarse nuevamente, Helena estaba casi llorando... ella no recordaba la última vez que se sintió tan feliz...

—Me encanta verte feliz Laney... —dice con dulzura

—Y a mí me encanta ver tus ojos brillando... —responde ella

Y en efecto los orbes celestes del rubio brillaban con intensidad, la mujer le da un beso en los labios, él cierra los ojos feliz, sacando provecho de ello ella le pellizca la misma zona donde él comenzó, tomándole de sorpresa y haciendo que ahora él se retorciera...

—Veo a otro cosquilludo...

Una guerra de cosquillas se libra, uno en defensa y la otra en contraataque, tal vez él fuera grande y de cuerpo duro por fuera, realmente aunque no lo pareciera físicamente, era bastante blando, cosquilludo casi al tacto como ella, de las cosquillas pasan a las almohadas, en un extraño momento de distracción de la pelirroja aprovecha para abalanzarse sobre la misma usando su peso para evitar que se moviera, mirándole de la manera más especial posible, de pronto oyen un estruendo allí en el ventanal, Jonny y Phil la pareja shippeadora estaban pegados al vidrio mirando con cara de depravados...

No es otra típica historia de tu vecino (Chris Martin)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora