➳ 22: Fuego helado. ➳

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Él entre los brazos de Harry, con el mayor abrazándolo con ternura y mostrándose como el retrato de una religión falsa para sus ojos. Louis descubrió que tenía una fe y que residía en esas dos personas. En sí mismo... y en Harry.

— ¿Qué piensas? —le preguntó como si no hubiera visto ya la expresión en el rostro de Louis.

El omega lo miró con condescendencia mientras se daba la vuelta entre los brazos de Hary y se ponía de puntillas para besarlo. Cuando se separó, dejó sus rostros muy juntos mientras se abrazaba a la cálida piel de Harry.

—Me gusta. —dijo por fin, suspirando frente a la piel del major.

—Bien.

—Me gustas más así.

— ¿Resignado y abusado por las tijeras de un sirviente? —Louis bajó la cabeza, riendo, contemplado la piel lisa y suave del pecho de Harry. Descubriendo lo mucho que le gustaría tocarla. —Honestamente, creo que yo también me agrado más así.

— ¿Si?

—Si, está es la versión que has hecho de mi. —le dijo, provocando que el príncipe alzara la cabeza y se miraran a los ojos. —Tu y tus bonitos ojos... solo por esos ojos... —le dijo en susurró. —Haría lo que fuera ¿Lo sabías?

Louis quiso llorar y reír al mismo tiempo. Negó suavemente, porque aún era nuevo para él que Harry le dijera todas esas cosas.

—Pues ahora ya lo sabes. —El omega sonrió.

Y Harry peino su cabello durante unos segundos, hasta que este notó que probablemente los dos terminarían congelados sin no se cubrían pronto, así que Harry tomó a Louis de sus manos y besó sus nudillos antes de llevárselo de vuelta a la habitación.

(...)

A la mañana siguiente, después del almuerzo, Harry y Louis estaban en la enorme biblioteca de Dragonscale. Eran pasadas las once de la mañana y el entrenamiento comenzaba siempre a medio día. Siempre puntual. Pero Harry había accedido a acompañar a Louis hasta que fue la hora de irse.

Ahora que los aldeanos habían reforzado su condición física, los entrenamientos serían más pesados; Harry entrenaría hasta la hora de la cena y probablemente estaría tan cansado al final del día, que no tendría fuerzas para quedarse despierto y pasar el rato con Louis, por lo que esos eran técnicamente los únicos minutos libres que tenían y bueno...

Louis no parecía verlo así.

Recién llegando a los pasillos de la biblioteca, qué eran unas enormes columnas rebosantes de libros, en forma de cilindro, ubicada en una de las tantas torres del Krestum. La cantidad de libros ahí era simplemente demencial. Y tenía tantas escaleras para alcanzar cada tomo y libro que se requiriera. Y era tan bien cuidada, que una comunidad de hombres mayores mantenía el movimiento constante en las instalaciones, preservando los libros correctamente y organizándolos a cada segundo.

Louis estaba anonadado de todo el conocimiento que podría adquirir ahí. Y una vez que entraba, se sumía en sus pensamientos y acarreaba el mismo carrito de siempre en que amontonaba los libros a los que recurría siempre y los releía una y otra vez en busca de una respuesta. Ahora sus días en el sur se resumían a leer e investigar durante el día. Incluso en ocasiones se llevaba un libro y leía sobre la cama mientras Harry se apoyaba en su hombro mientras dormía pacíficamente.

Dragonscale [l.s]Where stories live. Discover now