Capítulo tres.

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— Eso quiero, que me enseñes.- Bakugō quería reírse de la vergüenza, ya que eso lo había malpensado.

— Ajá, ajá. Haz lo mismo que yo.- Agarró un trapo, y lo mojó un poco para humedecerlo y limpiar las mesas de cada uno de los alumnos.

  Shōto lo miraba atentamente, e intentaba imitarlo. Pero lo mojó demasiado y tuvo que escurrirlo.

— Qué inútil que eres.

— Uh, lo sé.

— Y qué aburrido también.

— Y tú que gruñón eres.

— ¡¿UH?! DILO OTRA VEZ.

— ¿Viste? Eres un gruñón. Pareces Gruñón de los siete enanos de Blanca nieves.

  Bakugō se sonrojó y le pegó a Todoroki en la cara con el trapo. Simplemente para que éste no pudiera ver su cara.

— Bueno, cambiando de tema. ¿Es verdad que a veces te quemas las manos con tu Quirk?

— Ugh, sí. Es una puta mierda eso cuando no llevo los guantes.

— ¿No tendrían que explotar tus manos?- Se preguntaba por qué era tan imbécil.

— Serás idiota. Sigue limpiando.

— Ya terminé con las mesas. ¿Qué hago ahora?

— Borra la pizarra, y lleva las tizas a la sala de maestros. Yo limpiaré el suelo.

  Shōto asintió, y comenzó a borrar la pizarra. En esos momentos en la que tiza caía en su rostro, se puso a pensar en por qué Bakugō seguía allí con él. No le debía absolutamente nada.

— Oi, bastardo.

— ¿Qué sucede?- Preguntó sin voltear, ni tampoco parar en lo que estaba haciendo.

— ¿Quién te gusta?- Paró de repente sorprendido, pero volvió a lo mismo para no parecer sospechoso.

— La máquina de Uraraka funcionó mal. No me gusta nadie.

— Ajá, y Deku va a dejar de llorar algún día.

— ¿Por qué metes a Midoriya en todas las conversaciones? ¿Te gusta?

— OBVIO QUE NO, IDIOTA. ¡¿DE QUÉ TE SIRVE ESTAR VIVO SI ESTÁS BIEN PINCHE PENDEJO?!

— ¿Entonces te gusta alguien?

— A ti que mierda te importa.

— Sí pregunté es porque me importa, ¿no?

— Qué pesado eres. Mejor sigue limpiando porque se va a hacer tarde, inútil.- Sus mejillas estaban algo coloradas, así que se dio la vuelta para que Shōto no lo vea.

— Ok. Pero...

— ¿Pero qué?

— ¿Y tú qué estás limpiando? El piso parece espejo de tanto que lo fregas.

— ¿UH?- Miró al suelo y el bicolor tenía razón. Podía ver su propio reflejo.— Ah, bueno. Entonces solo ve a llevar las tizas a los profesores, luego la oruga las pide.

  Todoroki solo hizo caso, y fue a llevar las tizas a los profesores. Los cuales seguramente estarían ahí preparando su próxima clase.

  Simplemente las dejó, no hubo nada interesante. Bueno, escuchó gemidos, pero nada interesante.

  "¿Qué?" Fue la pregunta que se hizo en su mente. Intentó acercarse al lugar de donde provenían aquellos sonidos, pero al escuchar de que dijeron "All Might~" en medio de ellos fue una razón para irse.

  Cuando llegó, Bakugō extendió sus brazos para darle un abrazo.

  Ajá, un abrazo en sus sueños.

— Oi, ¿por qué tardaste tanto?

— Por nada.- No quería hacer que eso se vuelva de qué hablar en todo 1-A, y tampoco le parecía bien meterse en la intimidad de las personas.

— Dime.- Insistió, pues la verdad se había tardado un buen rato.

— Ya dije que no.

— Dime o te exploto bastardo.- Agarró al bicolor del cuello, haciéndolo mirar para arriba. Tal vez se estaba excediendo, pero también había una posibilidad de que Todoroki esté viendo a otra persona mientras él lo esperaba.

— Ya te dije que no, Bakugō.

— Vámonos ya.- Agarró su mochila y salió del salón.

— Oye, de lo que me preguntaste antes.- Siguió al rubio con su mochila.

— ¿Qué?

— Lo de porqué me tardé tanto. ¿Todavía quieres que lo cuente?

— Haz lo que quieras.

  Shōto no quiso hablarle, ni tampoco levantar la cabeza. Estaba demasiado sonrojado y no quería que Bakugō lo viera.

— Ya levanta la cabeza, ¿qué eres, un niño al que sí mamá no le compró el juguete que quería?- Levantó la cabeza del bicolor a la fuerza, y miró la cara sonrojada de éste.

  Katsuki no pudo evitar reírse.

HOLA SEÑORES O SEÑORAAAAS.
AQUÍ SU MARIACHI, ahre.
He vuelto úwù.
Espero que les haya gustado el capítulo (Un poco largo ;) como recompensa por no actualizar)
Pinche Shōto se pasó de verga.
Y yo sin nada más que decir me despido.
¡Adiós!

¿todoroki... enamorado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora