CAPÍTULO 3.

96 8 0
                                    

Narra Gala.

Ya llevábamos un rato buscando y al fin encontramos unos vestidos preciosos y unos zapatos de tacón hermosos. ¡¡Nos encantan!! 

De camino a casa, decidimos ir a la peluquería. Yo me hice mechas en las puntas de color azul y las chicas solo se lo cortaron un poco. Cada vez quedaba menos para la graduación, y estábamos nerviosas.

Ahora sí, por fin, decidimos ir a casa y empezamos a caminar cuando nos dimos cuenta de que Paula no estaba con nosotras riendo y divirtiéndose, nos giramos y la vimos parada con la mirada triste. Nos acercamos preocupadas y María habló.

—¿Qué ocurre Paula?.—preguntó.—¿Estás bien?.—volvió a preguntar y Paula negó.

—¿Qué pasa?—dijo preocupada y Paula soltó una lagrima.

—Chicas, yo no sé si ir a la fiesta, no quiero ver a Daniel, ese idiota me ha hecho daño.—dijo evitando ponerse a llorar y yo la abracé.

—No digas bobadas Paula, tu irás con nosotras y lo pasaremos genial. Y ese Daniel se va a enterar, ya verás.—dije llena de rabia, todas las chicas me miraron  sonrientes. Paula aceptó y nos dimos un abrazo grupal...

Todas nos dirigimos a mi casa y así podernos cambiarnos juntas. Después se quedaríann en mi casa a dormir, por que mañana a las 12:00 del medio día nos vamos a Londres, ¡¡por fin!! Alquilamos una casa en Holmes Chapel y tenemos ganas de ir ya.

Pasó una hora y ya estábamos casi arregladas y por casi me refiero a Noe, ella y su perfección, pero aun así la queremos mucho. Yo llevaba un palabra  de honor color beige y unos zapatos de tacón color blanco, Miriam llevaba un vestido blanco con unos zapatos de tacón blanco. María llevaba un vestido verde largo y unos tacones azul marino. Paula llevaba  un vestido de color azul eléctrico con unos tacones negros y por último, Noe, ella llevaba un vestido negro con unos tacones marrón clarito. Todas menos Noe y Paula, llevábamos el pelo suelto y todas íbamos un poco maquilladas. 

—Chicas estoy muy nerviosa, ¿vosotras no?.—pregunté atacada de los nervios. 

—¡Si!—dijeron alteradas. 

Después de diez minutos llegamos y lo primero que vimos fue a Daniel comiéndose con Lidia a besos. Vi cómo a Paula giraba la cara incómoda y enfadad, mientras que las chicas y yo estábamos rojas de rabia. 

—¡Cabrón!—Fuimos detrás de él y cuándo nos vio empezó a correr. Mientras íbamos corriendo yo me quedé parada, estaba a pocos centímetros de mí. No puede ser, no otra vez.

Era él, era Nathan...

Atentamente, yo. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora