Capítulo IV: Celos y Sake

301 17 14
                                    

La mañana comenzó diferente al ver en la entrada del restaurante a los capitanes del Shinsengumi no pude evitar ofrecerles algo para desayunar a lo cual todos aceptaron alegremente.

El desayuno transcurrió sin problemas, Heisuke me obligo a contar historias sobre el futuro mientras que Shinpachi aprovechaba la distracción del joven para robarle parte de su comida, Okita  me miraba con curiosidad mientras me oía y Sanosuke me sonreía coquetamente todo el tiempo, Saito sólo se limitó a comer.

-Yo digo que todos los días deberíamos venir a comer aquí- Dijo Shinpachi mientras miraba a Heisuke.

-¿Tienes dinero para pagar, Shinpachi?- le preguntó el joven emocionado.

-He escuchado que Saito ha cobrado el dinero de una recompensa- Mencionó Sanosuke.

De pronto todos los hombres miraban en dirección a Saito esperando una respuesta que no llegaba.

-Vamos Saito, el día de hoy Heisuke cumple dieciocho años y ninguno de nosotros tiene dinero- Replicó Sanosuke tranquilamente mientras terminaba de tomar su té.

-¿Heisuke cumple años hoy? - Pregunté sorprendida.

-Sí, pero es muy tímido como para decirlo a todos- Suspiro Shinpachi.

-Shinpachi...- Susurró Heisuke sorprendido.

-Bueno entonces celebremos el cumpleaños de Heisuke- Sonreí animada.

-Por favor, Saito, la próxima vez pagaré yo- Suplicó Shinpachi mientras suspiraba resignado.

-Está bien...- Respondió finalmente el hombre de ojos azules.

-Hoy es mi turno de patrullar, así que no podré ir con ustedes- Agachó ligeramente la cabeza Okita desanimado.

-No te preocupes te guardaremos sake- Le respondió Sanosuke mientras daba pequeños golpes al hombro de Okita para consolarlo.

Luego de la conversación del desayuno todos se fueron a hacer sus respectivos deberes, Sanosuke apoyado por Shinpachi, Heisuke y Saito habían tenido una reunión la noche anterior con Hijikata para resolver mi situación en el cuartel; de ahora en adelante sería conocida como la hermana menor del vice-comandante, hija de una madre diferente, lo cual explicaría el poco parecido entre nosotros; al morir mi supuesta madre había pasado al cuidado de mi hermano mayor a pedido de nuestro padre, toda una historia que me permitiría visitar el cuartel de vez en cuando y frecuentar a los capitanes.

Al parecer Hijikata no se uniría a nosotros en la comida por el cumpleaños de Heisuke ya que tenía muchas obligaciones por cumplir fuera de la ciudad debido a que hace unos meses Kondo-San había decidido casarse con una mujer y formar su propia familia para lo que cedió la capitanía del Shinsengumi al hombre que le sucedía en mando, Hijikata.

Esa tarde luego de ayudar con algunas tareas domésticas regresé a mi habitación para elegir el kimono que usaría para la comida, me decidí por uno un poco diferente a los otros kimonos, tenía un elegante acabado, la tela era color rosada con detalles de flores blancas y el obi era color púrpura; me vestí emocionada intentando recordar paso a paso la forma correcta de hacerlo y no pasar futuras vergüenzas; al terminar cepille mi cabello y me coloque la peineta al costado derecho de mi cabeza sujetando un mechón de cabello con ella, retoqué mi maquillaje cuidadosamente; puse un poco de color a mis mejillas y utilice sombra para ojos, delineé mis ojos con un delineador líquido y finalmente puse un poco de color a mis labios.

Me miré detenidamente el rostro en mi pequeño espejo y saque un pequeño frasco de perfume de mi bolso, lo rocié alrededor de mi cuello y detrás de mis orejas, volví a guardar todo en su lugar mientras esperaba que me llamaran para salir.

Perdida en Hakuouki: Memorias del ShinsengumiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora