Hace unos años, en el cuarto día del niño de Federico...
R - ¡SHHHH! No grites, Mar... Tiene que dormir hasta la mañana y ahí ver los regalos. Ya despertaste a Mora y a Santino... - grita en susurros a las 3 A.M en la puerta del cuarto de Fede. - Menos mal que Bruno no estaba dormido todavía...
M - Bueno, perdón no soy tan perfecta como vos, Ramita... - dice haciéndose la pobrecita.
R - ¿Ah no? Pero si vos sos la mujer más perfecta de este mundo... - le dice tomándola de la cintura y sonriéndole.
M - ¿Si? - no deja que le de un beso.
R - Obvio... - estaban por besarse cuando un pequeño Federico Ordóñez abre la puerta de su cuarto silenciosamente y estira la camiseta de su padre para llamar su atención.
R - ¡Hijo! - dice sorprendido.
M - Mi amor, ¿estás bien? - se agacha.
R - ¿Se estaban peleando?
M - No... - le acomoda el pelo tras la oreja. Federico ve el gran paquete tras la espalda de su madre mientras ella sigue hablando. - Sólo vinimos a dejarte tu regalo...
M y R - ¡Felíz día del niño! - lo abrazan.
Federico entra feliz a su cuarto con el regalo que le hicieron sus padres, mientras ellos caminaban en silencio al living.
Se sientan en el sillón y Ramiro dice:
R - Gritona...
M - Obsesivo...
R - Loca...
Marianella abre la boca y pone cara de ofendida.
R - Me pasé, perdón mi amor...
M - Tenés suerte que te ame tanto como para perdonarte todo.
R - Al final nosotros dos somos más infantiles que ellos... - señala con la cabeza el pasillo que conducía a los cuartos de los niños. - Seguimos portandonos igual que cuando teníamos 17...
Marianella y Ramiro se ríen tiernamente y empiezan a recordar viejas épocas.
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ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ 2: ɴᴀᴅᴀ ᴇs ᴘᴀʀᴀ sɪᴇᴍᴘʀᴇ [ʀᴀᴍᴇʟʟᴀ]
FanfictionA veces la habilidad del ser humano de creer que todo estará bien es asombrosa. Sobretodo si hablamos de los guardianes. ¿No entendieron lo que cuesta la felicidad? ¿Lo efímera que es? Ramiro y Marianella se habían casado con la esperanza de un futu...