Falling for you /Lukanette/

LUKA

 Eran más de las 3:00 am y Luka todavía no había podido conciliar el sueño. Normalmente, después de practicar un rato con su guitarra, solía dormirse antes de las 12:00 pm, pero esta noche era diferente. Los sucesos del día anterior lo habían dejado con un manojo de dudas que le impedían conciliar el sueño.
¿Aún sentía Marinette algo por Adrien? ¿Será que todos estos meses juntos no significaron nada para ella? Se repetía como eco en su mente sin cesar mientras daba vueltas en su cama, rodeado por las sábanas de color verde que tanto le gustaban.

Se sentía molesto, triste y decepcionado, pero al mismo tiempo, recordar lo cerca que había estado de la Marinette durante la tarde lo hizo sonrojar, abrazando su almohada con fuerza, imaginando que era ella la que estaba entre sus brazos. Era una mezcla agridulce de pensamientos que lo atormentaban, y aunque no eran necesariamente malos, le molestaba tener que lidiar con ellos. La idea de que Marinette aún sintiera algo por Adrien lo hacía sentir incómodo, pero a la vez, no podía evitar sentirse atraído y enamorado de ella.

Él siempre se había caracterizado por ser una persona de pocas emociones, tranquila cuando se trataba de otras personas y escéptica en cuanto al amor. Sin embargo, tan pronto la vio por primera vez, hecha un manojo de nervios en una tarde en la que se reunía con su banda, entendió que sí existía el amor a primera vista y lo acababa de experimentar al verla entrar por la puerta de su habitación. Desde entonces, su vida dio un vuelco de 180° que lo cambió por completo. La azabache le provocaba un vaivén de emociones incontrolables que le generaban todo tipo de pensamientos. Además, ella lo inspiraba a crear música, y desde ese día, él le compuso innumerables canciones que nunca se atrevió a dedicarle por miedo a su rechazo.

A pesar de haber pasado tanto tiempo juntos, Luka se había mantenido en la distancia, respetando los sentimientos de Marinette hacia Adrien, obligándose a no intervenir.
Luka estaba dispuesto a ayudar a la azabache en la búsqueda de su felicidad, aún si eso significara entregarla a otro, la amaba tanto que abandonaría a su felicidad por ver una sonrisa dibujaba en el rostro de la azabache.

Se planteó la idea de renunciar a Marinette y estuvo decidido a hacerlo. Pero en ese instante, cerró los ojos y se proyectó por las calles de París de la mano de la azabache, disfrutando de su compañía y de las maravillas de la ciudad. Podía sentir su piel suave rozando la suya y su risa dulce resonando en sus oídos.

Perdido en su imaginación, Luka abrió los ojos lentamente y se sorprendió al ver que tenía una sonrisa en su rostro. Se levantó de la cama, decidido a dejar de pensar en lo que no podía ser y enfocarse en lo que sí podía hacer. Tomó su guitarra y comenzó a tocar una melodía que compuso hace algún tiempo, dedicada a Marinette. Mientras tocaba suavemente para no despertar nadie, imaginó que ella estaba allí, escuchando su música, sintiéndose atraída por su melodía. Al terminar la canción, suspiró y sonrió con tristeza, sabiendo que lo más probable es que nunca llegara a ser más que un buen amigo para ella.

–Soy patético – dijo en voz alta llevándose las manos a los ojos. Sabía que debía poner los sentimientos de Marinette por encima de los suyos, pero no quería renunciar a ella. Y si lo hiciera, seguiría siendo difícil luchar contra lo que su corazón le dictaba.

Por muy remota que pudiera parecer la posibilidad de estar con la azabache, Luka seguía fantaseando con un futuro donde él y Marinette podrían estar juntos, incluso si eso significaba esperar indefinidamente.
Tratando de dejar sus preocupaciones de lado, y con ese pensamiento en su mente, finalmente logró conciliar el sueño.

Eran las 8:00 am y Lukaseguía en su cama, acurrucado bajo las sábanas mientras abrazaba su almohada con fuerza.
Luka se levantó con pereza de la cama, frotándose los ojos y bostezando antesde darse cuenta de la hora que era.

– ¡Joder! – Gruñó saltando de la cama, para luego correr hacía subaño y tomar una ducha.
Abrió la regadera y dejó que el agua caliente cayera sobre su cuerpo, llevándose los pensamientos negativos con la espuma del jabón.

A pesar de su apariencia relajada y rockera, Luka era un estudiante brillante y un prodigio en la escuela. Aunque tenía la misma edad que Marinette y su hermana gemela Juleka, lo habían adelantado de grado debido a sus sobresalientes habilidades en la escuela. Sin embargo, sus clases comenzaban en 10 minutos y por primera vez  en su vida llegaría tarde.

–Me voy – se despidió rápidamente de su madre desde la puerta y salió corriendo por las calles tratando de llegar a su escuela lo más rápido posible.

Eran ya las 8:25 y Luka aún no estaba ni a mitad de camino. Resignado aceptó que perdería la primera hora.

Al llegar, sus ojos se le abrieron como platos a encontrar a la culpable de su de su desvelo y tardanza. Marinette estaba en la entrada, con una sonrisa tímida en su rostro mientras le explicaba al portero de la escuela el motivo de su retraso. Luka no pudo evitar sonreir verla allí, y sintió como el corazón se le aceleraba.


–¡Marinette! – gritó emocionado, levantando las manos para llamar la atención de la despistada chica que giro rápidamente para buscar quién la estaba llamando. En ese instante, la sonrisa de su rostro se desvaneció al darse cuenta de que no estaba sola. Luka bajo las manos rápidamente esperando que la pecosa hubiese sido lo suficiente distraída para no notar su presencia pues sería difícil ocultar su evidente incomodidad.

–¡Luka! – se acercó la azabache con una sonrisa en su rostro mientras se acercaba y lo abrazaba, tomándolo por sorpresa.
– Espera... ¿Por qué tan tarde? – le preguntó extrañada la ojiazul mientras se separaba de él.

– Pues... – ''Por tu culpa'' pensó – No tuve tiempo de pensar en una excusa – Dijo Luka riendo con suavidad, haciendo que la azabache se sonrojara de la vergüenza pues ella siempre tenía una excusa para todas sus tardanzas.

–Hola – dijo Adrien con seriedad, intentando incorporarse a la conversación después de haber sido ignorado por ambos.

–Hola – lo saludó Luka, dándole una sonrisa fingida. – ¿También tarde?

–Sí – respondió Adrien con una sonrisa incómoda.

– Marinette, la clase de Ms Bustier va a comenzar. – le dijo rubio en un intento de separarla de Luka.
– No queremos perder una clase más ¿verdad? – agregó, tocándole el hombro para apurarla

–¡Es cierto! – exclamó Marinette, llevándose las manos a la cabeza. – Luka, nos vemos luego – se despidió antes de salir corriendo.

Mientras la veía desaparecer, suspiró profundamente y susurró para sí mismo: "Adiós, Ma-Marinette". Sintiendo un apretón en el estómago, trató de sacudir sus pensamientos y dirigirse a su propia clase.