Historia 1: Te Reto a Leerme

224 15 9
                                    

Y ahí estaba yo, aguantando a mi madre gritando después de mi cita con mi terapeuta, yo era el copiloto del auto, mientras ella conducía y le gritaba a su asistente por teléfono; mi vida siempre había sido dura, mi padre murió en un horrible accidente automovilístico desde ese día mi madre se ha comportado muy raro.
Sufro de un problema mental, por tal manera voy al terapeuta para controlar mi trastorno.

Me dirigía a mi casa, pero en realidad yo solo quería abrir la puerta del auto, lanzarme y solo morir para nunca más ver este mundo de porquería, lo único que me tiene en la tierra es mi novia Amanda y mi mejor amiga Lyzs, ellas hacen que el mundo sea mucho mejor.

Al llegar a casa para bañarme había notado que mi vecino justamente a esta hora siempre se encontraba regando sus plantas, pero esta vez no se encontraba regando nada, a diferencia de ahora que se encontraba un grupo de personas afuera de su casa, mientras los forenses sacaban su cadáver con una manta blanca encima, su esposa se encontraba llorando como nunca. Ahí fue cuando pensé que las personas no quieren morir y mueren más rápido al contrario de las personas que si quieren morir, mueren más lento.

–Bueno, ¿que esperas? Entra, me dijo mi madre de manera exaltada

Caminé hasta la casa y al entrar no podía dejar de pensar lo que me había dicho mi terapeuta: me encontraba mucho mejor al respecto del problema mental, pero yo pienso que cada día estaba más loco, creo, siento que soy otra persona; esta sensación era muy rara.

Después de haberme bañado escuché mi teléfono sonando, lo agarre para ver quien llamaba, era mi novia Amanda.

–Hola amor le había contestado.
–Hola cariño, ¿que haces?– me había respondido ella con una voz dulce y melodiosa.
–Nada.
–Bien solo quería decirte que el sábado en la noche Ángel Verenzuela hará una fiesta espero que vayas.
–Si iré, amor.

Después de un rato me había dado hambre así que fui a prepararme un cereal para cenar cuando escuche que había llegado mi madre, sus pasos se oían cada vez más fuertes hasta que llego a la cocina.

–Te tengo una noticia, tu padre tenía una casa secreta a las afueras de la ciudad; mi abogado llamó diciendo que fuera a mi propiedad antes de que la invadan. Iremos mañana ahora vete a dormir es tarde– me dijo mi madre en un tono de orden.

Me había quedado sin palabras, no por saber qué teníamos otra casa, sino que mi madre lo había dicho tan despreocupadamente como si fuera un premio que hubiese ganado en una feria o algo así.

Me sentí demasiado cansado para hacer otra cosa así que apague mi teléfono, me acosté en mi cama quedando dormido por completo, al día siguiente me desperté percibiendo un olor a tocino; me levante y fui a ver que era cuando llegué a la cocina era mi madre cocinando huevos con tocino.

Después de desayunar ella me dijo que fuéramos a su nueva propiedad, antes perteneciente a mi padre, me fijé que llevamos 20 minutos de camino y aún no habíamos llegado.
A lo lejos se veían los grandes rascacielos de la ciudad de Calabozo, el camino se hacía cada vez más extenso, al llegar noté la gran casa moderna, aunque no entendía ¿por qué la habían construido tan lejos de la ciudad?

Era hermosa, un poco descuidada pero aun conservaba un estilo moderno, saqué mi teléfono para descubrir que no había señal, no me sorprende al ser este un lugar tan alejado.

La abogada de mi mamá se nos acercó diciendo.

–Bienvenidos, por aquí– dijo señalando la entrada. La casa por dentro era un lugar muy oscuro y algunas hojas secas de árboles en el piso, se percibían olores extraños probablemente eran de aislamiento. La curiosidad me hizo llegar hasta un corredor muy largo donde se podía vislumbra una puerta al final, aquella puerta se encontraba en un estado deplorable, muy deteriorada, al acercarme miré los rasguños que tenía como si un enorme gato hubiese pasado sus garras sobre ella, cuando la abrir me fijé que la puerta llevaba a una especie de sótano.

Te RetoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora