No me hagas esto...

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Las semanas transcurrieron muy rápido, pues la construcción de el suelo de ambos chicos estaba en proceso; la aldea, donde la paz reinaria y los niños estudiarian y se mantendrían a salvo.

Hashirama se encontraba hablando con su amigo de la infancia, Madara, justo en esa colina donde tiempo atrás se juraron amor y nunca separarse...

—Se ve bien, ¿No crees, Hashirama?

El azabache le dedicó una sonrisa, su sueño se había cumplido, aunque sacrificios hubo para llegar a este acuerdo... hubiera deseado que no fuera así... pero todo tenía un costo en esta maldita vida.

—Se ve bien .-susurro melancólico el castaño.

Quería hablar con el de muchas cosas, más los nervios lo consumían. ¿Qué eran ahora que habían hecho la alianza de paz?

—Aun te quiero, Hashirama

El moreno no sabía que contestar. Su hermano ya le había hablado de un tema muy complicado... volver a amar al azabache no podía estar en sus planes.. no.

La cara de desilusión de Madara no tenía precio. No había obtuvido respuesta alguna, sólo podía ver con detenimiento la gran inseguridad que su amigo cargaba. ¿Era complicado amarlo?

Bajó la mirada en un instante, no dejaría que lo viera así de roto, no ahora.

—Ven a casa está noche, Madara

—Hashi....

Se había ido.

No comprendía lo que pasaba por la cabeza de Hashirama, le parecía algo sumamente raro.
Desde que tenía memoria, el castaño solia ser sincero con el, ahora parecía más bien que deseaba ocultarle todo, y eso disgustaba.

No quería bajar de aquel lugar, de alguna u otra forma, si recorría los estrechos caminos de la aldea, acababa pensando en Izuna y derrumbándose un poco más..

Un poco de soledad en ese lugar tan especial no le harían daño ... solo unos minutos más

*Narra Madara*

Había estado tocando su puerta varios minutos, pero nada, así que, a las muy malas, decidí entrar

Las luces estaban apagadas, decidí dejarlas así.

Di pequeños pasos por la casa, mientras preguntaba por el. ¿Donde diablos estás, Hashirama? Esto me está poniendo más nervioso de lo que estoy

Toda la tarde me la pasé pensando en el porque de esta cita inesperada, y del porque había evadido mi declaración... ya tenía suficiente por hoy...

La puerta de una habitación estaba a medio cerrar, camine hacia ella con desesperación y la abrí de golpe

— Hashirama ya estoy aqu..

Lo vi tumbado en su cama, sólo la luz de media Luna lo iluminaba, su cuerpo estaba totalmente desnudo, lo estaba.

—Madara

—Hashirama yo.. -retrocedi un poco —no quise entrar así de golpe

Mi corazón comenzó a latir más rápido, las manos me temblaban y al mismo tiempo mi vista se negaba a dejar de verlo...

Hashirama comenzó a caminar hacia mi, yo había chocado contra la pared..

—Hashirama...

Éste, tomo mi mano y la dirigió a su pecho, suspiro levemente y me sonrió.

Una sonrisa dificil de explicar

Su corazón latía con rapidez, sus manos también temblaban, su vista era confusa

—Me gustas, Madara

Y esa frase.. retumbó dentro de todo mi ser

Y, con una ancha sonrisa, tome sus mejillas y lo bese, emocionado.

Hacia años que no los probaba.. tan frescos, tan dulces, tan el..

Mis manos instintivamente fueron bajando hasta sus caderas y ahí, con un miedo obvio, se aferraron.

No podía ni pensar en que pasaría..

El beso aún lo mantenía lento, y los leves suspiros de Hashirama provocaban espasmos en mi..

Su dulzura aún permanecía intacta, y tenía profanarla, no quería corromperlo, pero ¡Demonios!

Deshice el beso únicamente para apartar todas las prendas de mi cuerpo
Podía ver la cara de asombro de Hashirama, ahora me sentía apenado.

No estabamos listos.

Lo lleve hasta la cama, lo recosté con el mayor cuidado del mundo, como si de un cristal valiosos se tratase, y volví a besarlo de la misma manera.

Fui bajando lentamente por su pecho, besando y humedeciendo su piel, escuchando aquellos suaves jaleos que me regalaba

Mi erección respondía a ello, estaba sufriendo , quería hacerlo ya, pero debía esperar

Bajé hasta su miembro y di lentas lamidas, escuchando al fin el primer gemido de su parte

—Hashirama... —susurre regalandole una sonrisa

Su rostro estaba totalmente rojo, su miembro estaba muy erecto, su respirar era agitado...

Bajé directamente a su entrada, la cual, desesperadamente lamí.

Mi lengua se movía a placer por esa zona, entraba y salía de el. Las manos de Hashirama, se posaron en mi cabello, aferrándose a el y canalizando todo el placer que sentía

Varios minutos así provocaron la obvia desesperación de ambos, y tras un "por favor" de su parte, entre en el de una.





[•••]







Respire su suave cabello de nuevo.
Aún seguía descansando en mi pecho.

—¿Aún te duele mucho?

—Esta noche Madara.. fue muy especial

Sonreí

Había perdido mi virginidad con el, al igual que el conmigo

Hashirama se levantó, tomo una toalla y la enredó en sus caderas.

—Madara... —desvio la mirada

—¿Hashirama?

—En una semana me casaré.. es.. por un acuerdo de paz

Mi sonrisa se desvaneció al instante

Era una puta broma ¿Verdad..?

Ojos que no ven.... [MadaHashi]Where stories live. Discover now