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Cuando la espera me pareció más que suficiente, me acerquénuevamente al escritorio de la secretaria:—Discúlpame, ¿ya me pudiste anunciar? Es que no tengodemasiado tiempo. Tengo que volver a trabajar.—Lo lamento —dijo la chica, cuando era evidente que nolamentaba nada—. Hasta que Desmonti no se desocupe, nolo puedo interrumpir. Y como ya habrás notado, por allí nobajó nadie... —comentó mirando hacia la escalera y dandoa sus palabras una inflexión que me hacía quedar como unaestúpida.Pasaron otros treinta minutos iguales a los anteriores y alas respuestas a otra tanda de mensajes SOS de la agencia y ala retorcida de manos, yo le había agregado el golpeteo constantedel piso con el pie.—Necesito por favor que le avises a Desmonti que lo estoyesperando —le dije a Miss Simpatía después de acercarmenuevamente a su escritorio e intentar dibujar en mi cara unamedia sonrisita—. Tengo que irme...—Ya te expliqué que no puedo interrumpirlo. Cuando lapersona que está entrevistando baje por esa escalera...Mientras la secretaria hablaba, una puerta lateral se abrióa mis espaldas. La chica de pronto se calló y miró por sobremi hombro. Cuando me di vuelta, vi que alguien subía por laescalera.

¡wuenaaaas!

Este capitulo si esta un poco corto pero bueee

Se les ama:3

di hola(libro de german garmendia).Where stories live. Discover now