Capítulo 25 Final

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Era viernes y estábamos desayunando cuando Proteo se paró en frente de las diecinueve estrellas en los comedores.

— Buenos días —dijo— Hoy es nuestro último día juntos. Por lo tanto, me gustaría decirles que he estado con cinco grupos antes de éste, y aunque ustedes me ocasionaron demasiados problemas, e hicieron rabiar a Kano en muchas ocasiones, quiero que sepan, que son el mejor grupo de treinta que he tenido...

— Típicas palabras de profesor —dijo Lored con desanimo. Igualmente me alegró que haya hecho por lo menos ese chiste.

—...y que me alegro mucho de haber estado con ustedes. Yo sé que son los últimos aquí, por lo que les debo felicitar por ser parte de los diez mejores, aunque normalmente serían cinco, diez es una cantidad considerable, nunca habían sido tantos.

— De verdad —volvió a hablar Lored— Es lo que dicen todos los profesores de nuestro nivel.

— Como sea —prosiguió— Me gustaría agradecerles por haber participado y por haber sido tan buenos concursantes. Me alegra mucho haber estado con ustedes, y, lamentablemente, ya no se repetirá, pero nos volveremos a ver... Pronto.

— Ya saben que hoy es día de expulsión —intervino Kano— Tienen hasta las doce del día para terminar.

Se sentó de nuevo.

— Debemos decirles ya —dijo Lífsero— Si no lo hacemos será tarde.

— ¿Cómo? —cuestioné.

Lífsero se acercó al odio de Den y le dijo algo no estuve seguro de si era lo que creí hasta que volteó y me dijo:

— Diles que le digan a todos que nos vemos en tu cuarto después del desayuno.

Volteé con Sonos y le dije. También agregué que era importante y que se lo dijera a los demás. El mensaje se fue extendiendo hasta llegar a todas las estrellas. Algunas pusieron peros y quejas, pero al final les ganó la curiosidad y aceptaron.

El desayuno terminó y fui a mi habitación.

Vi que algunas estrellas me seguían, otras se desviaban. Al final llegamos dieciséis estrellas. Las que habían faltado eran Peleadores, la parecer habían enviado a sus entrenadores para que escucharan el mensaje por ellos.

Cuando todos estuvimos dentro, Flia comenzó a hablar:

— Por favor —habló más fuerte que los demás— Les pediré que guarden silencio.

Todos se callaron y se quedaron quietos en medio del cuarto.

Lífsero cerró la puerta y se acercó a mí.

— ¿Para qué nos pediste venir? —preguntó Lordo Can.

— Debo de darles un importante mensaje —contesté—. Sé que no hablamos en la mayor parte de la competencia, pero esto sobrepasa todo.

— Espera —dijo una estrella que no reconocí— Debo llamar a Yer para que sepa de esto. Si es tan importante como dicen —nos señaló a Lífsero y a mí— será mejor que escuche.

— Llamaré a Mus —dijo una gali.

— Y pues yo a Tirio —agregó otro gerlo.

Unos cinco minutos después alguien tocó la puerta. Lífsero fue a abrir y se encontró a las estrellas que faltaban, éstas entraron de mala gana y se pararon junto a sus entrenadores.

— ¡¿Qué quieren?! —preguntó Mus Pis casi gritando.

— ¿Recuerdan que Kano estaba enojado por algo que nadie supo, y por eso nos encerraron la última expulsión? —pregunté.

Los Combates de Astéri [La Trilogía de las Estrellas 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora