- Hey, tú- no me gire, por alguna razón- chica a quien golpeé- y en ese instante cerré mi casillero para mirarlo.

- ¿No te dije mi nombre? - el se rasco su cabeza.

- Tal vez el profesor lo menciono en el pase de lista pero fue tan rápido que no lo procese- su sonrisa carismática volvió a contagiarme.

- Miranda Pemberton. Pero para ti soy señorita Miranda- comenzó a reír.

- Muy bien señorita Miranda- levanto las manos a manera de rendición- es un gusto conocerte. Al menos no estoy tan solo- negué riendo.

- No eres de por aquí, ¿verdad? - lo mire a sus ojos que irradiaban energía.

- No- metio sus manos a los bolsillo de su su suéter con rayas- soy de Nueva York- mi boca se habrio por completo.

- Yo he acompañado a mi padre en algunos viajes gracias a su empresa y ese lugar es maravilloso. Pero, ¿qué haces tú aquí habiendo nacido allá? - me sorprendí tanto ya que siempre se escuchan historias de estudiantes mudando se a la gran ciudad para un mejor trabajo pero es el primer caso en el que la historia es totalmente lo contrario.

- Mi padre decidió que era suficiente ruido, así que decidió venir aquí... Sumándole al hecho que la ciudad era muy cara para nosotros así que... Hola pequeña ciudad.

- Oh vaya...pues es genial que hayan tenido la oportunidad de llegar aquí. No se arrepentirán te lo aseguro- tome su hombro.

- No me arrepiento. Y menos ahora- me miro atentamente, casi me derrito de nervios. Pero sin previo aviso escucho como mi querido amigo Toomes se acerca.

- ¡Miranda!, ¿dónde has estado pequeña? - su mano la paso por mi cabello, enmarañandolo a su paso. Yo quite su mano de mi cabeza entre risas y molestia, observando la sorpresa que se llevó Adrian al ver a David ahí.

- Hey, ¿que tal amigo?- dijo Adrian, mientras chocaban sus puños.

- ¿Ya se conocieron? - asintieron mutuamente- oh, ¡que bien!

- Si. En la hora del almuerzo uno de sus amigos chocó conmigo, de nuevo, y después de unas disculpas comenzamos a hablar.

- Espero se lleven muy bien- estaba contenta de hacer un amigo nuevo, mas aún que él puede hablar de sus experiencias viviendo en Nueva York... Aunque creo que eso no cambia mi idea de quedarme aquí siempre. Yo amo a mi hogar y si me es posible viviré aquí con mi familia e hijos, aunque si una gran oportunidad llega obviamente no dudaría en tomar mis maletas.

- Bien, David. Debemos retirarnos- hice una reverencia la cual el contestó.

- Espero verla pronto señorita Miranda- asentí.

Yo también lo espero.

Y mientras mi corazón latía alegre, una parte de mi se dejaba llevar ante los encantos de mi muy amado amigo Adrian. Quien con una sonrisa de lado me hizo sentir completa...

                           ~°~

Pero con el tiempo me fui dando cuenta que ese sentimiento se fue yendo, dejando molestia en su lugar.

Él sabía que yo tenía una gran herencia, creí que eso no le importaba... Me equivoque.

Yo quería ver feliz a mi padre, así que acepte salir con Adrián cuando esté me lo pidió enfrente de mi familia, evitando el que yo si quiera pensara la respuesta, ya que en ese momento él comenzaba a comportarse distinto. Era exageradamente controlador y yo sabía que en el fondo me amaba, solo que con esa misma fuerza amaba el dinero y más que nada se que su padre lo hizo cambiar con el tiempo.

Te Siento (Andrew Garfield y tú)Where stories live. Discover now