5 DE ABRIL : KRISTY, SCOTT Y EMMA

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En el pasillo del instituto, Kristy se acercó a Emma para saludarla. Emma de forma indiferente le contestó levantado la mano derecha mientras ocultaba su rostro en su casillero.

- Ayer te llamé varias veces, se suponía que estudiaríamos juntas. – Dijo Kristy.

- Si, disculpa. Ayer tuve un percance y ya no pude ir a tu casa. – Decía mientras seguía hurgando su casillero.

- ¿Qué buscas?

- Creo que olvidé mi libro de matemáticas en casa.

- Yo tengo tu libro de matemáticas, me lo diste ayer. – dijo Kristy mientras sacaba el libro de la mochila y para entregárselo a Emma.

- Cierto, lo había olvidado. – Emma soltó una risa nerviosa, cerro rápidamente su casillero y tomó el libro.

Kristy notó el rostro de Emma un poco ruborizado.

- ¿Te pasa algo?

- No, nada...estoy bien.

- Bueno, si tu lo dices. Mmm ¿hablaste con Scott?

- No hablé con él desde ayer...hablamos luego ¿sí?, tengo clases de matemáticas y ya voy tarde. – Emma rápidamente se alejó.

- Ok. Nos vemos luego. – Dijo Kristy un poco incómoda.

En clases, Kristy estaba escribiéndole un mensaje a Emma cuando le llegó una nueva notificación, era un mensaje de Scott.

"Perdón por lo que pasó ayer, no quiero que nuestra amistad se arruine, espero que podamos continuar siendo amigos y tranquila, no le dije nada a Emma."

Este mensaje la hacia sentir más culpable, no quería ocultarle cosas a Emma. Sin embargo, tampoco quería que Emma supiera de sus sentimientos por Scott, su novio.

Más tarde, en el receso, Kristy se fue deprisa a la biblioteca, de esta forma no se encontraría ni con Emma ni con Scott. Aunque intentaba concentrarse en resolver los problemas de algebra, le resultó imposible. Decidió irse a casa. En el camino no dejaba de preguntarse si lo mejor sería alejarse, aunque tampoco quería terminar su amistad con Emma. En su mente intentaba adivinar la respuesta posible a cada situación, pero mientras más lo pensaba era peor.

Ya en casa, tomó unas latas de cervezas de la nevera, sus padres nunca notaban si faltaba una o dos. Abrió la puerta de su habitación, arrojó su mochila al piso, colocó la música a todo volumen y recostó en la cama mirando al techo. Las dos latas cervezas aún seguían en sus manos; después de unos minutos se sentó en el borde de la cama y empezó a beber la primera lata.

Kristy nunca tuvo una buena resistencia al alcohol, de hecho, procuraba no beber más de un vaso en las fiestas del instituto, pero como estaba en casa no le importó tomar ambas latas. Al final de la segunda lata Kristy ya se sentía lo suficientemente mareada para no ir por una más.

Recostada en su cama, oyó el timbre de su celular, no vio quien era, decidió no contestar. Tampoco estaba en buen estado para contestar una llamada, y si eran sus padres se metería en problemas.

Unos minutos después de esa llamada, escuchó un golpe en su ventana, dio un salto de su cama por el susto y dirigió su mirada al vidrio, era Scott.

Kristy se frotó los ojos, como si creyera que la imagen es un engaño de su vista, pero efectivamente, ahí estaba, Scott saludando y haciendo una seña para que le abriera la ventana y pudiera entrar.

Después de unos segundos, abrió la ventana y Scott dio un salto dentro.

- ¿Estuviste tomando?

-No...bueno si, solo tomé un poco.

- ¿Estás segura de que sólo fue un poco? – dijo Scott sonriente.

-Eso no importa, ¿Qué haces aquí?

-Venia de visita es todo.

-No deberías estar aquí, si Emma se entera, ella...

-Si, lo sé. Solo venia a ver como estabas. No te vi en el instituto, por eso vine.

-Ya viste que estoy bien, ahora vete.

-Espera, también quería preguntarte sobre Emma. Hoy estaba rara en el instituto, creo que me estaba evitando.

-Yo también la vi extraña esta mañana.

- ¿Crees que sospeche algo?

-No lo creo, nadie nos vio y nosotros no dijimos nada.

-Cierto, pero...bueno no importa... ¿Tienes más cerveza?

-No tengo más.

-Por favor, solo una cerveza y me iré.

Con una mirada de resignación Kristy se dirigió a la cocina para traer unas latas más.

-Aquí tienes. – dijo Kristy mientras le entregaba la cerveza y tomaba asiento a su costado.

Después de terminar las cervezas, y sin más temas de conversación que explotar, ambos se quedaron en silencio, sentados en el borde de la cama. En el silencio la mano de Scott poco a poco se enredaba con la mano de Kristy, ella sin decir palabra también rozaba los dedos de Scott con los suyos. Después de unos segundos ambos estaban mirándose a los ojos, Scott acercaba su rostro al de Kristy, ambos poco a poco se dejaban llevar; unos segundos después sus bocas jugaban lo mismo que sus dedos, hace un momento.

Sus pensamientos les gritaban que esto estaba mal, pero el impulso eléctrico que sentían ahora mismo era mas fuerte, y lo único que podían hacer era disfrutar el momento.

El teléfono de Scott interrumpió el momento, era Emma. Kristy tomó el celular de Scott, lo apagó y colocó sobre el velador. Como si su cerebro se hubiera apagado, ahora mismo no le importaba las consecuencias, solo quería sentir a Scott.

La tarde se había encargado de que la única luz en la habitación fuera la de la lámpara del velador, bajo las sábanas disfrutaban del juego prohibido, ya consumado el acto; Scott se vistió, y antes de saltar nuevamente por la ventana se quedó mirando a Kristy por unos segundos, siéndose presente por fin, la idea de que todo estaba mal y las cosas estaban empeorando.

Cadena de acontecimientosWhere stories live. Discover now