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«Voces ilegibles».

» Cuando era pequeño recuerdo que mis padres antes de dormir me contaban historias. Intrépidas, a veces predecibles, a veces frías. Pero no hay una como aquella, esa llamada "Susurros del mar" y dice así:

» Mi bisabuelo paterno viajaba por todo el mundo, desde infante deseó con fuerza explorar cada país, cada isla, cada rincón. Con el tiempo, acabó varado en una isla, en medio de la nada, viviendo en un pueblo pequeño con diversas personas. Conoció a mi bisabuela, nació mi abuelo, y él terminó marchándose de la isla de alguna forma abandonando a su familia.

» Sin embargo, una noche, cayó un asteroide que impactó en la isla, acabando las vidas de mis bisabuelos y parte de los habitantes, dejando un gran agujero y poca isla formándose así un pedazo considerable de mar.

«Hey...».

» Las personas se acercaron al "mar" y muchos testigos dicen haber oído susurros que van más allá de las profundidades. Y las personas que han entrado en él... jamás regresan.

«Hey...».

» Pensé que era mentira, pero...

«Hey...».

» Hoy vi el mar.

«¡Hey...!».

» Y el mar...

«¡Horror!».

» Susurró mi nombre.

Es difícil acostumbrarse al clima latino, nada comparado a los inviernos severos de Novosibirsk los cuales amo con toda mi alma. El calor es sofocante, aburrido, abrumador, al igual que las personas de éste país.

Llevamos un año aquí debido a una contrata, vivo con mi padre quién es el único familiar que tengo cerca, aunque muy poco está en casa. Mi español no es muy fluido y tampoco me interesa el idioma, nada en general. Irónicamente, muchos sienten curiosidad al verme caminar, con mi cabello tintado de plateado y mi frívola mirada como el amado frío ruso.

Detesto ser el centro de atención.

Y ahora que estoy sentado a metros de distancia del comedor siento las miradas sobre mí, qué asco.

Dedico en degustar el almuerzo que ofrece la empresa, pasta con pernil y ensalada. Ignoro por completo mi entorno, encerrándome en mi mundo, ignorando los murmullos del personal, el ruido que emite la televisión, las miradas. Solo estoy concentrado en una cosa. No solo estoy alejado del mundo porque me irritan las personas, no, no solo eso. A una distancia significativa, veo de reojo a un azabache que padece de miopía.

Pero no solo es un azabache que padece de miopía... para mí, significa más que eso.

Cada vez que lo veo, siento un deja vù... como si lo hubiese visto en alguna parte. Claro que lo he visto, es uno de los hijos del supervisor, Error, sin embargo, esa sensación se intensifica y no entiendo porque. Y cuando intento ver su rostro, mi visión borrosa se vuelve.

—Veo que no te cansas de la soledad. —Esa voz es característica de Dust. Le miré.—. Dime, Horror, ¿Tienes planes para más tarde? Podemos salir a tomar unos tragos esta noche con los muchachos.

«Los muchachos». Se trata de Nightmare, Killer, Error y él mismo. Prefiero quedarme en casa con mi viejo, prefiero la soledad, pero no puedo negarme. Nightmare es el jefe de la empresa, y cuando está de buenas lo mejor es seguirle la corriente, sacar provecho de ello, y manipularle, aunque el rey de la manipulación es él.

Susurros del mar. | Horrorgradient |Where stories live. Discover now