—Brad, supe lo que pasó con Brenda... sé que no fue tu culpa.

Sus ojos se iluminan y toma mis palabras como invitación a acercarse un poco más. Nos alejamos un poquito del área reservada a las porristas pues no tengo que estar a la vista de todo el mundo para charlar con él.

—Te juro que jamás haría nada para herirte.

—También hablé con Ethan —continúo—. Yo ya sabía mucho de eso, pero me recalcó una vez más que desde el comienzo me has defendido.

—Me has gustado desde que llegaste. No es que sintiera cosas fuertes por ti desde el día uno, pero me gustaste y de a poco te he tomado mucho cariño. —Brad toma una de mis manos con ambas suyas—. Te juro que cuando te propuse ser novios de mentiras no tenía más intención que ayudarte a vivir a través de los chismes por lo que pasó con Ethan, pero me fui acostumbrando mucho a ti, a tomarte de la mano, a que me abrazaras, a fingir ser lo que no éramos aún...

Suelto una risita entre dientes, recordando que cuando estábamos aún en medio de la farsa, yo pensaba lo mismo, ya estaba tan acostumbrada a sus brazos que se volvió algo natural entre nosotros, nunca hubo incomodidad ni presión.

—Me pasó igual —confieso.

—Cuando te besé en el baile todo para mí cambió y no sabía si seguir con la actuación por tu bien o si intentar algo más porque ese beso había sido en un contexto extraño, pero luego en la fiesta de Brenda...

—Lo sé... —Doy medio paso más hacia él—. Para mí fue especial... todo tú has sido especial desde el comienzo. Supongo que Ashley ya te contó que me enteré de casi todo en problema entre tú, Ethan y Brenda, la verdad no me esperaba muchas cosas pero a fin de cuentas tú no has hecho nada malo.

El partido da inicio de nuevo pero como no tengo intención alguna de dejar la conversación a medias, me quedo en mi lugar. Dudo que Brenda me extrañe en la coreografía si apenas y me he movido hoy.

—Lamento ocultar tantas cosas, y lamento lo de la fiesta. —Una de sus manos sube a mi mejilla, mi cuerpo queda ya completamente unido al suyo y bajo mi brazo suavemente hasta su cintura en un roce mínimo, apenas perceptible—. Me gustas mucho, Emily, mucho más de lo que me ha gustado otra persona antes.

Si no tuviera nada más en la mente en este momento estaría plenamente segura de que es con él con quiero estar porque al verlo a los ojos veo lo que busco, lo que siento necesitar y lo que me ha faltado desde la discusión por el estúpido beso con Brenda. Tenerlo tan cerca me revuelve las mariposas y me hace acelerar el pulso, estar a un suspiro de él es la definición personal de pre enamoramiento. La burbuja en la que siempre nos internamos al estar juntos nos separa totalmente del resto de la gente, del bullicio, de los problemas y de las dudas.

Brad me sonríe con ternura y desde el fondo del corazón le respondo el gesto. Acerca su rostro lentamente, quizás para asegurarse de que si me niego tendré el tiempo suficiente para dar un paso atrás; pero no lo doy, a cambio me estiro el otro porcentaje que falta y nuestros labios se juntan por primera vez en días, se rozan, se reconocen, se disfrutan.

Es un beso tan dulce que encierra toda la inocencia y sinceridad que pueda haber entre dos corazones temerosos; con un atrevimiento delicado, Brad encaja mi labio inferior entre sus dientes y presiona un poco, nada doloroso, todo cariñoso. Lo siento sonreír cuando lo hace y en el momento en el que no puedo responderle la sonrisa con la misma rapidez y reciprocidad de hace un rato, noto que algo va mal.

De repente mis mariposas dejan de revolotear causandome cosquilleo y comienzan a brincar bruscamente causandome un leve malestar. Una angustia se ha apoderado de mi pecho y me impide seguir besándolo con el mismo gusto de los primeros diez segundos. Me separo con el corazón latiendo a mil suspiros por segundo y no abro mis ojos, al contrario, los aprieto.

Un Cliché desComunal •TERMINADA•Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ