6~Real Life~

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Un pequeño café en España era el escenario donde Lena se encontraba fingiendo que leía un libro "Un monstruo viene a verme" de Patrick Ness. Sus ojos se movían de un lado a otro en la misma pagina mientras sentía ganas de vomitar gracias a los nervios.

Sebastian Stan estaba en camino y Ella solo podía sentarse ahí y fingir que era una chica normal y no una loca fan.

Pero Lena era la más loca fan.

La campaña de la puerta sonó y ella se felicitó mentalmente por no girar la cabeza como el maldito exorcista, dejó la vista en su libro y ya había leído tanto esa página que estaba segura que la sabía de memoria.

— Estas muy concentrada. — oh aquella aspera y a la vez aguda voz que resaltaba por su inglés. Lena tragó grueso y se encontró al protagonista de todos sus sueños húmedos.

— Hola.

Su voz salió tan aguda que fue un milagro que la taza frente a ella no se rompió. Se puso de pie para abrazarlo y el correspondió. Olía a pino y aire acondicionado.

— Debo decir que eres más bonita en persona. — Sebastián tomó asiento frente a la castaña.

— Igual tu.

Lena se disculpo un par de veces por su rostro de idiots y con el tiempo entablaron una conversación normal hablando de la rara forma en la que se conocieron.

— ¿De que equipo eres? — preguntó Sebastián. Lena se relamió los labios y empezó a reír.

— ¿Honestamente? —asintió— Ninguno.

Sebastian alzo las cejas y soltó una carcajada sonora, Lena sonrió.

— No me dolerá si eres equipo Iron man.

— Fui sincera. Ambos tienen razón y ambos están asquerosamente equivocados. Así son las guerras, nadie esta equivocado y nadie tiene razón.

Sebastián guardó silencio y lo meditó un momento con el ceño fruncido.

— No eres solo una cara bonita.

— Soy mucho más que eso, dulce soldado.

Los pasteles llegaron y empezaron a comer en silencio mientras coqueteaban con miradas, con el tiempo Lena se sentía a gusto frente a su Máximo crush y Sebastian estaba sorprendido por la actitud de ella, esperaba que ella se le lanzara a pedirle fotos y autógrafos y un millón de insinuaciones sexuales.

Sin embargo no había sacado su teléfono ni para ver la hora, tampoco había dicho nada de su trabajo y cuando EL coqueteaba ella respondía sutilmente como quien no quería la cosa.

Salieron junto la del lugar hablando de banalidades y tonterías. Ella insistió en pagar lo que consumió y el se dio cuenta que ella hablaba un magnífico español. Caminaron hasta el edificio de la chica que se encontraba a un par de cuadras de ahí.

Subieron y se detuvieron en la puerta de su habitación.

— Fue todo un placer para ti conocerme. — Bromeo ella. Sebastián empezó a reír.

— La verdad que si. — ella sonrió.

— Te invitaría a pasar, pero no quiero que cosas se mal entiendan. De verdad que fue todo un gusto.

Ella abrió la puerta y se dispuso a entrar pero el le sostuvo la mano impidiendo que siguiera su camino.

— ¿Que tan mal estaría que te robe un beso?

— Depende de que tan culpable te sientas.—murmuro ella.

— Lo superare.

La acercó a el y la besó.

Crazy Love - Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora