Quiero hablar, quiero decir algo pero no tengo la menor idea de que decir. Mis manos se aferran a la toalla cuando me doy cuenta como su perversa mirada viaja por mi cuerpo.

–Quítatela. –Ordena firmemente y re lambe sus labios. Mis ojos se abren y me quedo sin respiración.

No por favor.

No de nuevo.

Suplico en mi mente.

Mis piernas en este momento son tan pesadas, que me es imposible moverme o huir de ahí.

–Escúchame bien zorra de mierda –Dice y da un gran paso de tal modo que puedo sentir su respiración chocar con mi rostro, segundo después me toma del codo bruscamente y me mira con furia. –, harás todo lo que yo te ordene, no me importa que tú no quieras, no me importa lo que tengas que decir al respecto. Solo obedecerás a mis órdenes y punto. –Mi labio sin darme cuenta esta temblando y mis ojos se llenan de lágrimas levemente. – Y si no lo haces, créeme me las arreglare para que sufras…más. –Amenaza y una sonrisa ladeada se forma al decir el ‘’más’’.

Bajo mi cabeza para cortar el contacto visual, el suelta mi codo de una forma brusca pero aún sigue en la misma distancia.

–Ahora que creo que ya has comprendido –Murmura con lentitud y puedo sentir su fría mirada. – Quítatela.

Cierro mis ojos y tomo una gran respiración, mi cuerpo comienza a temblar con temor y mi corazón late desenfrenadamente. Resignada comienzo a suavizar el agarre que mis manos tenían sobre la toalla y esta instantánea mente comienza a resbalarse por mi cuerpo. No tengo otra alternativa, sé que su amenaza es de cumplirse y soy una cobarde para sentir más dolor.

–Eso es…–Susurra cuando la toalla cae finalmente en mis pies. Observo como su mano trata de acariciar mi hombro pero yo lo aparto rápida mente, al parecer eso lo enfurece. Mis ojos están llorosos y la voz no me sale, él trata de empujarme a la cama pero yo me resisto, pero al final él pude fácilmente lanzarme.

–No sé porque te resistes tanto. –Dice mientras pasaba la yema de sus dedos por mi estómago. –Si tu quisieras lo puedes disfrutar, tanto como yo lo hago. – Sus dedos suben por mis pechos, por mi cuello y después regresa a mi estómago para bajar a mis muslos.

Es impresionante la desesperación y la impotencia que me hace convulsionar de  grandes oleadas de asco hacia mí misma. Recuerdo haber leído una novela donde la protagonista era tomada por un hombre al cual no amaba, pero ninguna narración por parte de ella se comparaba con lo que estaba viviendo en la vida real, justo ahora.

– ¡No, no, no! – El pánico se apodera de mí cuando sus asquerosas caricias comienzan a bajar con dirección a mi vagina, me muevo de un lado a otro con desesperación. – ¡Basta! ¡Deja de tocarme! –Grito y como puedo comienzo a golpear indefensamente su pecho.

– ¡Cállate! –Su mano golpea fuertemente mi mejilla provocando que las lágrimas abandonen mis ojos. Se aleja de mí y sale de la cama, un poco de alivio me recorre al no tenerlo cerca, pero pronto se desvanece cuando lo veo desabrocharse el cinturón, después quita su saco de mosaicos y sus botines de piel negros. –Es mejor que no te resistas nena. –Me mira intensamente y saca su costoso reloj de su mano izquierda.

Se desabotona la camisa sin prisa, lentamente, mientras sus ojos se posan en los míos que están presos de miedo, él sonríe de medio lado. Se vuelve a acercar a mí e instintivamente cierro las piernas, aunque sé que eso no va a servir de nada.

–No lo hagas. –Suplico y él sonríe crudamente. – Por favor, no me lastimes. –Sollozo y lágrimas caen de mis ojos.

–Créeme, nada de lo que digas hará que me detenga. – Desabrocha su pantalón, no sin ates meter su mano derecha a uno de sus bolcillos traseros y extraer un empaque azul brillante. – Estoy tan excitado que incluso duele. –Ríe y baja su pantalón junto con su bóxer. En ese momento su erección esta frente a mis ojos, mi cuerpo tiembla al ver el tamaño y grosor de este. Abre el empaque y saca de este un condón trasparente, cierra sus ojos y gruñe cuando este se resbala por su longitud

– ¿Te gusta pequeña zorra? –Pregunta acercándose hacia mí al darse cuenta que lo observaba.   

Niego con mi cabeza y tomo una respiración entrecortada. Yo sé que él puede ver todo el miedo que me provoca con tan solo estar a mí alrededor. Se posiciona entre mis piernas y puedo sentir como su cuerpo choca con el mío. Hunde su cabeza en mi cuello y inhala mi aroma, giro mi cabeza y cierro mis ojos, no quiero ver lo que está por venir.

– ¿Lista? –Susurra en mi oído y muerde mi cuello. No contesto solo lloriqueo más, además para que contestarle si él ya sabe la respuesta.

Un grito desgarrador se escapa de mis labios cuando me sujeta de la cadera para tomar fuerza y penetrarme de una sola y dura envestida. Sin duda es un dolor inexplicable e inigualable. Mi espalda se arquea cuando sale y vuelve a entrar, puedo escuchar sus gruñidos y maldiciones sobre mi cuello. Quería que esto parara, suplicaba por que se detuviera.

Un pequeño albido de nuevo me recorre cuando siento como de un momento a otro deja de moverse, tal vez ya termino. Sale de mí y con un movimiento rápido retira el condón y lo avienta a un extremo de la cama.

–No es lo mismo con esta mierda. –Gruñe frustrado y sin perder el tiempo vuelve a entrar en mí, me toma de mis muslos y abre más mis piernas para que lo reciba con más profundidad.

–Oh, sí, sí, ¡sí! –Gime extasiado y masajea bruscamente uno de mis senos.

– ¡Ya! ¡Basta! –Suplico llorando. –Duele…–Digo débilmente.

– ¿Te duele? ¿Te duele esto?- Abre más mi pierna y se impulsa en mi cadera para inyectar su miembro en mi cavidad que está muy sensible por su falta de delicadeza. Jadeo mientras se me escapa el aire de los pulmones.

Cierro de nuevo mis ojos y clavo mis uñas en la sábanas blancas. – ¡Contéstame! –Grita y se mueve más rápido. – ¿Te duele?

Asiento torpemente incapaz de hablar.

–Dilo.

–S-sí. –Contesto en un hilo de voz.

Gruñe y disminuye su velocidad, pero ahora sus envestidas son un poco más firmes y profundas. Segundos después sale de mí y un ronco quejido llena la habitación, siento como algo caliente chorea mi cadera y parte de mi vientre, aunque se completamente de que se trata.

No se mueve, se queda inerte ahí, con su cabeza apoyada sobre mi hombro y su respiración entrecortada. De nuevo haciéndome sentir como una completa basura.

–Definitivamente no se ira. –Débilmente escucho como se murmura así mismo, pero sus palabras no tienen sentido para mí.

 

Hola, Hola<3

AQUÍ NUEVO CAPITULO.

ESPERO QUE LO HAYAN DISFRUTADO.

Trate de ser un poquito más explícita. ¿Quieren que continúe así?

Comenten que les pareció y lo que piensan acerca de todo esto. El siguiente cap está por terminarse, así que si ya lo quieren leer voten PERO SOBRE TODO comenten.

 

LUNA.

Xoxo…

Without Feelings.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu