Minutos atrás, mientras Etta mantenía a Raisa en el fondo de la piscina. Entré al agua y, como los ángeles poseemos más fuerza que un humano, de un simple golpe en el estómago lo obligué a retroceder, apartándolo de ella.

Permanecí en guardia, creyendo que Etta regresaría para intentarlo de nuevo, pero aún bajo el agua, vaciló. Fue mi primer encuentro con un demonio, pero, sobre todo, con uno que dudó. Tenía miedo y supe de qué. Estaba aterrado del otro demonio que fingía ser un gato inofensivo, pero que acababa de alzarse a mis espaldas, tomando la apariencia de un hombre airoso que se arrojó al agua un momento después de mí.

En ese instante, Prince Hastings tenía a una Raisa inconsciente entre sus brazos, y la contemplaba con una especie de expresión que la nebulosidad del agua no me permitió identificar. Pero hubo algún sentimientode por medio, de eso estoy seguro. Luego convirtió su mano en puño, y Etta llevó las suyas a su propio pecho, acto que se repite constantemente en los humanos que están a punto de sufrir un paro cardiaco.

Fue entonces que pude escucharlo, al corazón del humano estremecer como una bomba lista para estallar, pero cuando estuve seguro de que lo mataría, inesperadamente Prince abrió la palma y Etta pudo huir.

Jamás escuché de un demonio que tuviera la habilidad para frenar el corazón de cualquier ser humano sin tocarlo siquiera. De hecho, puedo jurar que es imposible.

Los demonios poseen los cuerpos de los humanos para quedarse en la tierra, y solo entonces, pueden manipularlos a su antojo, atemorizarlos, o asesinarlos si es que les apetece. Pero luego deben buscar otro humano en el cuál ocultarse. Por lo general, suelen elegir a los más vulnerables: personas sin hogar, enfermos de gravedad, aquellos que desean quitarse la vida, humanos que sufren depresión en un estado crítico...

Definitivamente Hastings no es un demonio convencional. Pero, ¿se contuvo porque no quería asesinar al humano o al demonio? La duda me interceptó cuando Raisa me habló de lo que Hastings hizo con esa otra humana.

También me gustaría saber por qué motivo fingió ser un gato durante tanto tiempo. Tendrá todo que ver con Raisa, por supuesto, de eso no me cabe ninguna duda. A su causa no puedo permitir que se acerque a ella nuevamente, peor aún atreverme a dejarlos a solas.

Pero, ¿de dónde salió Hastings?

Tengo entendido que años atrás las puertas del infierno se abrieron durante diez largos minutos, tiempo suficiente para que un gran número de demonios de todas las calañas escaparan. ¿Quién las abrió? Arriba sospechan que fue obra de Samael, aunque jamás descubrimos cuál fue el verdadero motivo. Cielo e infierno siempre han estado en guerra después de todo.

Sin embargo, los demonios que consiguieron huir a la tierra son de lo peor, los más poderosos, aquellos que permanecían encerrados en los calabozos situados en lo más profundo del abismo. Desde entonces vagan en la tierra, muy bien ocultos entre los humanos porque nadie, en todo su sano juicio, desearía volver al infierno. Pero para eso estamos los ángeles después de todo, para devolverlos al sitio al que pertenecen.

Honestamente jamás imaginé un encuentro así. Me resulta increíble que, en frente de mis ojos, se manifestaran dos al mismo tiempo.

Raisa se abraza los codos, y mientras pierde la vista en el suelo, me pregunta:

—¿Qué es lo que Prince quiere de mí?

—También me gustaría saber. —Así como si acaso sigue enfadada conmigo. No obstante, ¿por qué debería importarme? Estoy aquí con el objetivo de mantenerla a salvo, no vine a formar alianza con una humana, o a preocuparme de lo que siente. Los humanos son muy complicados con sus emociones y sentimientos.

Amando la Muerte ✓Where stories live. Discover now