FINAL

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Con el corazón a punto de romperse en mil pedazos y dispuesta a rogar y suplicar, me lancé de rodillas a sus pies aferrándome a cualquier posibilidad de salvar nuestra relación, haría lo posible y hasta lo imposible por retenerla a mi lado, intenté decirle tantas cosas, pero de mi boca no salía ninguna palabra, quizás la conmoví, porque tiró el sobre al piso, se arrodilló frente a mí y me abrazó pidiéndome que me calmara.
No decía nada más, sólo que dejara de llorar, que todo estaba bien, pero sus palabras carecían de significado para mí, nada, absolutamente nada estaría bien si ella no estaba conmigo, intentó levantarse, pero no se lo permití, me pidió que fuéramos a la cama, que necesitábamos hablar, pero eso me parecía injusto, yo aún no tenía voz, y no sabía si ella estaría dispuesta a esperar a que desapareciera el nudo que tenía en mi garganta; puso sus manos a cada lado de mi rostro y limpió con sus pulgares mis lágrimas, en ese momento pude ver que ella también lloraba, tal vez aún me quería, esa era mi única esperanza.
Me tomó de la mano, recogió el sobre del piso y me incorporó junto con ella, cerró la puerta que permanecía abierta y prácticamente me arrastró a la cama, yo no quería sentarme, pero me obligó a hacerlo, en cuanto lo hice se sentó a horcajadas sobre mí y dejó caer el sobre a un lado de mi cuerpo; tomó mis manos y las colocó suavemente sobre sus glúteos, pasó sus brazos por detrás de mí cuello y lentamente acercó sus labios a los míos, no la besé, fue ella quien me besó a mí, yo sólo me dejé hacer, pero ese beso no era como los demás, había algo diferente, algo que en ese momento no logré identificar, ¿una despedida?... ¿un reencuentro?... no lo sé, no logré descifrarlo; se separó lentamente de mi boca privándome del placer de sus labios, mi mente estaba en caos, ¿Qué pasará ahora?, ¿Se levantará y se irá?, y si lo hace... ¿Seré capaz de detenerla?... ¿O de retenerla a mi lado?
Me miró sonriente y preguntó:

-¿Ya estás mejor?

Apenas recuperando la voz pude responder

-Sí. –casi inaudible, pero la estaba engañando, nada estaba mejor, nada podía estarlo sin ella, me dio un pequeño beso y levantó el sobre de la cama, ante mi mirada temerosa, lentamente abrió el sobre y sacó una hoja membretada, le dio vuelta y la extendió frente a mis ojos para que pudiera leer, mi alma casi salió de mi cuerpo sólo con ver el logo del membrete, era el de una clínica privada de fertilización; con ansias empecé a leer, y me encontré con que se había practicado una inseminación artificial hacía casi dos meses, mediante esta carta se le estaba informando que el resultado de la prueba de embarazo había sido positivo, las lágrimas volvieron a inundar mis ojos, pero esta vez eran de felicidad, Jesy la había llevado con un amigo muy cercano de ella que atendía ese consultorio, dada la proximidad, le pidió que los rasgos del donante coincidieran con los míos, me sentí la persona más dichosa del mundo entero en ese momento... mi princesa no me abandonaba, estaba formando una familia conmigo.

Entre besos me confesó que tenía miedo de decírmelo sin antes estar segura de ello, además que quería que fuera una sorpresa, había estado muy preocupada por el resultado, por eso estaba tan distante, y también porque la situación se le estaba saliendo de las manos y la presión de no decirme la estaba matando; ya sabía que yo había malinterpretado las cosas y que tenía miedo de perderla… la vieja chismosa de Edward se lo había dicho, sólo a él le confesé mis miedos, así que por consiguiente, de seguro Jesy y hasta mis padres estarían al tanto de todo.
Tiré la hoja al suelo y me abracé a su cuerpo con infinita delicadeza, la besé de tal forma que casi desfalleció en mis brazos, comenzamos a quitarnos la ropa mientras se nos hacía imposible separar nuestros labios, quedamos totalmente desnudas en muy poco tiempo, me acomodé en la cama y atraje su cuerpo hasta quedar a horcajadas sobre el mío, me incorporé hasta quedar casi sentada, aprovechando esta posición besé su boca… sus mejillas… bajo su barbilla… su cuello y finalmente… sus pechos, me dediqué a lamer y acariciarlos, bajé mis manos a su trasero y lo apreté suavemente, traté de seguir bajando mi boca, pero mi posición no me lo permitía, así que me recosté totalmente en la cama atrayéndola por sus caderas hacia mi boca, besé su pubis y la escuché gemir, deslicé mi lengua por su cuerpo y la vi aferrarse desesperadamente a la cabecera de la cama, deslicé mis manos suavemente por su vientre hasta llegar a sus pechos, los acaricié mientras mi lengua la derretía, me moví un poco para poder penetrarla con la lengua, cuando lo hice, echó su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y emitió un profundo gemido, bajé mis manos momentáneamente hasta sus caderas y apreté su cuerpo contra mi cara, la volví a subir y bajar un par de veces marcando el ritmo de su placer, pude ver sus pechos balancearse ligeramente de arriba abajo, subí mis manos hasta sus pechos para acariciarla y continué desplazando mi lengua tratando de llegar a su punto G, cuando lo logré, los movimientos de sus caderas aceleraron levemente el ritmo y sus gemidos hicieron eco en la habitación, vi su cuello tornarse ligeramente brilloso, empezaba a sudar, no sabía si el "ejercicio" le haría mal a su estado, así que la agarré firmemente por la espalda y sin dejar de mover mi lengua la empujé suavemente hacia atrás hasta recostarla en la cama, sus piernas quedaron sobre mis hombros, una de sus manos sobre mi cabeza y la otra aferrada al borde de la cama, puse una mano sobre su vientre ejerciendo leve presión y acaricié su pubis con mi pulgar, la otra mano se encargó de acariciar sus pechos, mi lengua continuó moviéndose en su interior por inagotables minutos en los que pude ver y oír cuánto disfrutaba de mis caricias.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2014 ⏰

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Hacerte mía (Jerrie Thirlwards)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora