-Isa, él es...
-Claro que sé quién es, Molly- interrumpió a la forense mientras estiraba su mano hacia el detective con una sonrisa- Este hombre no necesita presentación, es un verdadero placer señor Holmes, soy una fiel admiradora de su trabajo.
S...
-Bueno, me pediste que viniera, asumo que es importante- dijo John parado al lado del detective, este se volvió a recostar y puso sus manos bajo su barbilla y cerró los ojos.
-¡Ah! sí claro ¿me prestas tu teléfono?
-¿Mi teléfono?- preguntó confundido el doctor.
-No quiero usar el mío, siempre hay riesgo de que reconozcan mi número, está en mi página web.
-La señora Hudson tiene uno- dijo John incrédulo por lo que estaba escuchando.
-Sí, está abajo, intenté gritarle, pero no escuchó.
-Yo estaba al otro lado de Londres.
-No tenía prisa- dijo con un tono calmado.
John un poco molesto sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y se lo estiró a Sherlock.
-¡Ten!
Sherlock sólo estiró un poco su brazo y John se lo dio. Al tenerlo en su mano lo puso entre las dos y volvió a su antigua postura.
-¿Se trata de la maleta?- preguntó Isabella mirando divertida lo que había pasado.
-Sí. El homicida se llevó su maleta, primer equivocación.
-Se llevó su maleta ¿y?- preguntó John aún de pie.
-No hay otra opción, debemos arriesgarlo- dijo Sherlock más para sí que para sus dos compañeros- En mi escritorio hay un número, manda un mensaje- dijo en tono más fuerte y dándole el teléfono de nuevo a John.
Isabella soltó una pequeña carcajada, era divertido ver que Sherlock podía hacer a las personas a su antojo. John soltó una pequeña risa molesta.
-Hiciste que viniera ¿para mandar un mensaje?
-Uno sí, el número está en mi escritorio.
John hizo una pequeña mueca con sus labios y movía sus hombros un poco en señal de frustración. Isabella mirando que los ánimos se estaban calentando un poco, se acercó a Sherlock, tomó el teléfono y después se acercó al escritorio y tomó el papel donde estaba apuntado un número. John se acercó a ella y un poco más tranquilo lo tomó de la mano de la chica dándole una pequeña sonrisa.
-¿Qué ocurre?- preguntó Sherlock al ver que el doctor agarraba ambos objetos y se acercaba a la ventana para ver a través de ella.
-Conocí a un amigo tuyo.
-¿Un amigo mío?- preguntó Sherlock sin saber a qué se refería, pero todavía acostado en el sillón.
-Un enemigo- dijo John siendo más claro.
-¡Ah! ¿a cuál?- contestó el detective como si fuera muy común tener muchos enemigos, aunque en su caso, era muy probable.
-¿A cuál?- preguntó Isabella sorprendida y divertida- ¿Acaso tienes muchos?
-Unos cuantos- dijo Sherlock con tono desenfadado.
-A tu archienemigo, según él ¿las personas tienen archienemigos?
Sherlock lentamente lo miró- ¿Te ofreció dinero para espiarme?
Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.
