Capítulo 5: Sigan sin mí.

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Yui.

Mi mamá ya se había ido de mi habitación en el hospital y eso me dió un poco de tiempo para pensar y digerir bien todo lo que estaba pasando conmigo; lo de sentirme rara en cuanto a todo este mundo de las idols, sobre mis lesiones. La banda canceló el último concierto que teníamos aquí en Japón antes de el tour en Estados Unidos sólo por mi culpa. Mamá me dice que nada de esto es mi culpa y que no debo sentirme mal, sin embargo no puedo, por más que quiera no puedo dejar de tener esta sensación. Ya no soy... Yo. Tengo esta horrible y amarga sensación que ya no me puedo quitar.

Sin darme cuenta aprieto fuertemente las sábanas de mi cama y unas lágrimas fugaces comienzan a resbalar por ambas mejillas. Pero no quiero llorar porque si lo hago no seré capaz de detenerme.

Alguien interrumpe mis pensamientos tocando a la puerta de mi habitación.
¡Es cierto! Su-chan y Moa-chan vendrían a verme. Mamá me lo había dicho antes.

Su: Yui-chan, soy Su. ¿Podemos entrar? –Ellas estaban detrás de la puerta esperando para verme. Rápidamente me dispongo a limpiar las lágrimas que tenía aún en mis mejillas y a fingir una sonrisa para no levantar sospechas de nada. Eso es lo que menos quiero en este preciso momento.–

Moa: Tal vez se quedó dormida Su-chan. –Escuché que Moa le decía a Su. Esto me hizo reaccionar de inmediato.–

Su: Mmm, dices que viste salir a su mamá de la habitación, ¿No?. Pero bueno, tal vez... –Justo en ese momento interrumpí.–

Yui: Chicas estoy conciente, pueden pasar. –Se escucha que se abre la puerta y ambas entran a mi habitación.–

Moa: ¡Yui, estábamos muy preocupados todos por tí! Qué bueno que estás mejor. –Comienza a abrazarme mientras unas lágrimas caen de sus ojos.–

Su: Moa cuidado, vas a lastimar a Yui-chan. –La regañó como si de una niña pequeña se tratara.–

Moa: ¡Perdón Yui-chan! ¿Te lastimé? –Podía ver una cara de preocupación que me hizo reír mucho internamente, por lo cual decidí fingir.–

Yui: Moa, me lastimaste. Ahora voy a morir en la agonía. –Su-chan me miraba directamente a los ojos y  me siguió el juego.–

Moa: ¡¿Qué?!

Su: ¿Yui-chan, qué tipo de flores quieres para tú funeral? –Su-chan hizo un tono tan dramático que casi muero pero de la risa.–

Yui: Quiero rosas rojas como un tomate Su-chan.

Moa: ¡Oigan, no jueguen así conmigo!

Yui: Ja ja ja ja, caíste Moa.

Su: ¿Viste su cara Yui?

Yui: Fue muy graciosa ja ja ja ja ja ja.

Moa: Que bien que ya estés mejor. –Hizo un puchero y se sentó con los brazos cruzados en un pequeño sillón que estaba enfrente de mi cama.–

Ellas en verdad me hacen sentir muy bien. Miren, ahora estoy riendo por las reacciones de Moa y que Su sea mi cómplice para molestarla; eso me trae muchos recuerdos de cuando nosotras éramos pequeñas.
A veces... Siento que no las merezco a mi lado. Sólo les causo problemas.

Su: ¿Cómo te sientes tomatito?

Yui: Bien, sólo me duele un poco el golpe y... ¡Oye! ¿Por qué tomatito?

Su: Porque eres pequeña. –Dijo soltando una leve risita.–

Yui: No es cierto Su-chan. Ya tengo 18. –Dije desafiante.–

Moa: Ella no se refiere a la edad. –Murmuro mientras se reía.–

Su: Mejor no digas nada Moa, que tú eres incluso más enana que Yui ja ja ja ja ja.

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