Juntos por siempre

93 11 62
                                    

— Sr. Piccolo ¿Qué siente por Izbet?

— La quiero mucho, es mi amiga, una excelente guerrera.

— ¿Nada más? — sonrió maliciosa.

— No me digas que tú también estas con esa — dijo molesto.

— Ambos se ven tan bien como pareja ¿Por qué no lo intenta? — preguntó con su mejor cara.

— No es de tu incumbencia, por favor, no vuelvas a tocarme el tema sino de verdad me voy a enojar contigo.

En vista del resultado fue con la mujer a conversar lo mismo.

— ¿Qué piensas del Sr. Piccolo?

— Es mi amigo, lo aprecio mucho, es un ser muy poderoso.

— No sientes nada más por él — dijo con tono insinuador.

— ¿Tú también cariño? Que acaso no puede haber una amistad sincera entre un hombre y una mujer.

— Pero es que ustedes harían una bella pareja.

— En los sentimientos no se manda por mucho que uno quiera cariño, Piccolo nunca podrá enamorarse de nadie — suspiró resignada.

— Lo sabía, lo amas — sus ojos brillaron felices al ver que por lo menos con ella no se equivocó.

— No es así — se atropelló al hablar, nerviosa — y es mejor que no insistas sino me enojare.

— Esta bien, no quiero que te molestes conmigo, prometo no contarle tu secreto a nadie — arrancó volando y riendo.

Pasados 10 años, el namek y la medio demonio habían tenido muchas aventuras juntos, pero últimamente Izbet sintió su cuerpo cansado, al ir al médico le descubrieron una enfermedad mortal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasados 10 años, el namek y la medio demonio habían tenido muchas aventuras juntos, pero últimamente Izbet sintió su cuerpo cansado, al ir al médico le descubrieron una enfermedad mortal.

— Videl, necesito conversar contigo. Puedes venir a mi casa — preguntó angustiada.

— Enseguida voy — antes de media hora ya estaba con su madrina — ¿Qué pasa? — dijo al verla nerviosa.

— Fui a un chequeo y... tengo una enfermedad a la sangre, fui muy tarde... por ahora los tratamientos ambulatorios no han resultado, debo hacerme algunos más agresivo para darme un tiempo más ¿Podrías cuidarme? — prefirió ser directa, sería duro para su ahijada, pero no quiso ocultarle nada, necesitaría mucho apoyo, y si ella sabía la verdad podría ayudarla mejor.

La mujer de los ojos azules no podía creer lo que le contó, no podía ser cierto lo que escuchó.

— No bromees con eso.

— Es verdad, tengo un tipo extraño de leucemia, me someteré a un tratamiento bastante fuerte para darme algo más de vida, pero necesito quien me cuide. No quiero sobrecargar a mi asistente con eso, hace meses deje la empresa en sus manos...

Ángel Ciego 1. El ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora