Sansa (15)

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—Nunca pensé despertar en los aposentos del rey —dijo Sansa.

Era una mañana encantadora para la norteña, el sol había salido y la luz se colaba por las rendijas de las ventanas. La sonrisa de Daenerys estaba frente a ella y solamente quería pasar los días así, con ella.

—¿Alguna vez lo pensaste? —Le preguntó Daenerys después de dejar un beso en los labios de Sansa.

—No —sonrió Sansa—, cuando era pequeña pensaba en casarme con el príncipe y tener a sus hijos, pero no me pasaba por la cabeza lo que se hacía antes de los bebés.

—Entonces no pensabas que despertarías junto al rey —terminó Daenerys.

—Pero estoy despertando junto a la reina —Sansa besó la nariz de Dany—. Eso es todavía mejor.

Daenerys le sonrió, se acercó a Sansa y tomándola por el cuello, la volvió a besar, más lento, sin prisa.

—Te amo —susurró Daenerys entre sus labios.

La pelirroja suspiró, se cuestionó lo que le respondería ya que habían acordado que era más fácil alejarse si no hablaban de sus sentimientos en esos días. Pero Sansa no podía responderle de otra forma a los ojos violeta de Daenerys que la miraban con total sinceridad.

—Te amo también —respondió.

Daenerys volvió a besarla, se hundieron en ese beso por tanto tiempo que Sansa sintió que se ahogaba. Cuando se separaron Daenerys la miró.

—No te vayas —le pidió—, puedes quedarte aquí. Conmigo.

—Dany... —empezó Sansa—. Sabes que no puedo.

—Nadie nos diría nada, Sansa, podríamos despertar así todos los días.

—¿Con Jon en medio de nosotras? —Se rio Sansa.

—Le pediré que use otras habitaciones —negó Dany—. Quédate.

—No podría huir de mis responsabilidades en el Norte —Sansa bufó—. Aún si quisiera.

La reina dejó de insistir, se mantuvo en silencio mientras pasaba sus brazos alrededor del cuerpo de Sansa. La pelirroja respiró el aroma de Daenerys y le dejó un suave beso en lo alto de la cabeza.

—¿Cuándo partirán? —Daenerys preguntó luego de un rato.

—Mañana —contestó Sansa.

Daenerys asintió y apretó el abrazo, Sansa apenas lo había decidido la noche anterior cuando estaba de camino a los aposentos de la reina.

—Quería prepararte algo esta noche —le dijo Dany.

Sansa deshizo el abrazo y miró a Daenerys.

—Nos veremos hoy en la noche, entonces —asintió.

—Mi corazón estará triste después de mañana —murmuró Daenerys.

Sansa negó con la cabeza, los ojos de Daenerys estaban llenos de lágrimas que estaba aguantándose. Ella pensaba que Daenerys era quien tenía la mayor madurez de ambas y que Sansa sería quien llorara en esos momentos, y las ganas no le faltaban, pero quería mantenerse fuerte para Daenerys.

—El mío estará feliz sabiendo que te quedarás aquí por lo que tanto trabajaste —Sansa le dijo.

Dany sonrió con tristeza, su mirada lucía tan apagada que Sansa no pudo evitar besarla. Quería besarla hasta que se acabara su abatimiento, su melancolía. Daenerys le devolvió el beso de una forma demasiado entusiasta, como si de eso dependiente su vida. Y esa mañana Daenerys le hizo el amor tantas veces que Sansa perdió la cuenta.

Reinas de PonienteWhere stories live. Discover now