Reinas de Poniente

Daenerys (3)

No podía evitar caminar alrededor de la mesa, sus pasos eran lentos pero constantes. Las manos las tenía juntas, sus dedos no dejaban de jugar entre ellos, quería tener la fuerza para enfrentar aquel problema, quería sentirse igual de valiente como cuando sube en Drogon para vencer a sus enemigos, pero en aquel momento se sentía como una niña pequeña.

Tyrion y Varys estaban parados esperando que dijera algo, que por lo menos tuviera algo que decir la reina, pero Daenerys sentía que su lengua había sido arrancada de su boca.

—Mi reina —comenzó Varys—, no podemos cersiorarnos de que esto sea cierto.

—Bran Stark quedó lisiado después de haber caído por una torre —dijo Tyrion—. Se dice que viajó más allá del muro y regresó con estos poderes mágicos. Es algo difícil de creer, pero también lo eran sus dragones.

Daenerys miró a Tyrion, el enano bajó la mirada, como temiendo lo que ella pudiera decir.

—Jon Nieve no ha sido el que mandó estos mensajes, puede que sea una trampa de Cersei Lannister para distraerla, su gracia —continuó Varys.

—Lady Arya ha confirmado esta noticia —dijo Tyrion—. El cuervo que llegó a su primo en el Valle fue enviado desde Invernalia.

—¿Y qué proponen? —Al fin preguntó Daenerys, quería saber qué planes había porque ella no podía pensar en ese momento.

—Si esto es cierto —dijo Varys—, podríamos hacer un cambio con el Rey en el Norte.

—El Norte no se arrodillará ante nadie que no sea su rey, podríamos pedirle su renuncia al Trono de Hierro a cambio de su independencia —Tyrion añadió.

—Eso me parece buena idea —aceptó Daenerys—. Pero Lady Stark está aquí por la alianza que hicimos con el Valle, y ella espera que nuestras fuerzas ayuden en el Norte con su guerra contra los muertos.

—Podemos tener una reunión con Jon Nieve para dejarle saber nuestro cometido —Tyrion dijo.

—Mandaremos un mensaje a Invernalia hoy mismo. Lord Varys, le encomiendo esa tarea —finalizó Daenerys.

Varys y Tyrion se inclinaron cuando Daenerys pasó caminando hasta la puerta de la Cámara de la Mesa Pintada. En ese momento quería caminar solamente, bajó de la Torre del Tambor de Piedra y se dirigió a sus habitaciones. Cuando estuvo dentro se sentó en su cama y comenzó a respirar lentamente para poder calmarse.

No conocía a Jon Nieve pero había escuchado que era querido por muchos, sólo bastaba con ver que un bastardo había sido elegido rey por sobre sus hermanas legítimas. Y ella estaba ahí besando a una de ellas mientras seguramente Sansa se querría ir de regreso con su hermano, el que ahora habría sido descubierto como sobrino de Daenerys.

Sansa.

No había pensado en ella desde que recibió la noticia a las afueras de su fortaleza. Se le ocurrió que en ese momento daría lo que fuera por llamarla a su habitación y encerrarse con ella para que todo lo demás pasara sin que se diera cuenta. Ella podría pedirle que viniera, "soy la reina", se dijo, "todo lo que yo digo se hace", pero ahora no se sentía como una reina. Se veía tan irreal haber luchado tanto por ese reclamo que tenía al trono que era de su familia y ahora no lo miraba claro.

Los pensamientos de Daenerys se vieron interrumpidos por el sonido de la puerta llamando, se levantó de su cama y abrió la puerta apenas.

—Mi reina —le dijo uno de sus Inmaculados—, Lady Stark ha pedido verla.

Daenerys se sorprendió un poco, no creyó que Sansa quisiera verla tan pronto.

—¿En dónde está? —Preguntó cuando no la vio detrás de su guardia.