-Isa, él es...
-Claro que sé quién es, Molly- interrumpió a la forense mientras estiraba su mano hacia el detective con una sonrisa- Este hombre no necesita presentación, es un verdadero placer señor Holmes, soy una fiel admiradora de su trabajo.
S...
-Mike ¿me prestas tu teléfono? no hay señal en el mío y prefiero mandar un mensaje que marcar- dijo Sherlock al doctor.
-Lo siento, está en mi abrigo.
-Ten, usa el mío- dijo John sacando su teléfono.
-Oh, gracias- dijo Sherlock acercándose al doctor para tomar el celular.
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-¿Afganistán o Irak?- preguntó el detective al doctor mandando el mensaje.
Isabella y el doctor Stamford voltearon a ver a John, ella rápidamente empezó a analizarlo más a detalle, lástima que no tenía la habilidad del detective asesor, pero aún así tenía una mente brillante y era muy observadora. Lo primero que notó fue que era cierto, había estado en el ejército, su postura lo decía. Lo segundo, lo habían lastimado en combate, pero no en la pierna, sino en el hombro, no pudo explicarse el porqué llevaba bastón si no estaba herido en la pierna.
-¿Qué cosa?- preguntó John mirando a Sherlock haciendo que este le repitiera la pregunta.
-¿Dónde fue? ¿Afganistán o Irak?
Y con esa pregunta, Isabella pudo adivinar en dónde había estado, Afganistán, por la pequeña reacción en su cara que había tenido cuando escuchó el nombre del país.
-En Afganistán- ambos, Isabella y John, contestaron al mismo tiempo.
-¿Cómo lo supiste?- los tres hombres en la habitación le preguntaron a la chica, sorprendidos.
-Porque lo estaba mirando, como dije, soy muy lista. Así que cuando el señor Holmes hizo la pregunta lo empecé a observar más a detalle, me dí cuenta que efectivamente estuvo en el ejército, fue herido en combate y supe que había sido en Afganistán por la pequeña reacción que tuvo al escuchar de nuevo el nombre, la primera pregunta lo tomó por sorpresa.
Todos la miraron, Sherlock y John más intrigados con la joven, el profesor Mike orgulloso de esa chica tan joven y tan brillante.
La puerta fue abierta de manera sorpresiva, haciendo que todos se giraran y vieron que Molly estaba entrando con el café de Sherlock en la mano, teniendo sólo ojos para él.
-Ah, Molly, gracias por el café, pero la señorita Collins me dio el que no quisiste- dijo Sherlock tomando el vaso que estaba a un lado de la chica y bebiendo de él.
Él empezaba a hacer una mueca al notar el error que tuvo al hacer eso, pero se dio cuenta que el café era tal y como le gusta.
-Ese era mío- dijo Isabella en voz baja mirando el café que estaba tomando el detective.
Este bajó el café y tomó el que ya le había extendido Molly poniéndolo en la mesa.
-¿Qué pasó con el labial?- le preguntó Sherlock al notar que sus labios estaban limpios.
