¹ 𝗖𝗢𝗙𝗙𝗘𝗘 | cinco hargreeves (reescribiendo)

❪ 14. EYE ❫

—RAPIDO, GRANT —murmure aburrida, balanceando mis pies que colgaban de la orilla del archivero.

—Es La-Lance —frunci el ceño confundida.

—¿No era Grant? —el negó, con la mirada fija en los archivos —¿Estás seguro?

—Cherry, basta —Cinco interrumpió a Grant cuando esté había hecho ademán de responder, resople aburrida.

Finalmente, y después de muchos minutos, saco una carpeta del archivero. Comenzó a revisarlo y segundos después nos miraba desorientado, baje de un salto, acercándome para tratar de ver las hojas pero este las tenía demasiado arriba.

—¿Qué? Déjame ver —pedí, tratando de ponerme de puntitas.

—Esto es tan extraño —murmuro.

—¿Qué? —pregunto Cinco acercándose a nosotros.

—Ese ojo, aún no ha sido fabricado —su respuesta había sido mucho, mucho peor de lo que esperaba, ¿Entonces que significaba?

¿A quien pertenecería?

—¿Co-Como que no ha sido fabricado? —inquiri nerviosa, mirando con incredibilidad, mi respiración comenzaba a volverse pesada y sabía muy bien que eso no era bueno.

—Según nuestros registros, el ojo con ese número de serie —trago saliva, al notar como los tres lo mirábamos fijamente —No ha sido fabricado, no aún —miro a Cinco entonces, confundido a más no poder —¿Dónde es que lo encontraste?

ESTÁBAMOS FUERA de Meritech, tratando de comprender que había sido lo que había pasado allá adentro, desde la impulsividad de Klaus hasta enterarnos que no había ningún registro sobre el ojo, y yo no entendía nada.

—Esto no está bien —nego Cinco, notoriamente molesto.

Klaus y yo sentados en la acera, mirándolo perder su poca paciencia, si es que aún quedaba.

—Pero lo hice bien, ¿Cierto? —nos pregunto Klaus, arrugue la nariz al recordar los golpes, pero ignorando lo molesto que había sido eso, había funcionado, mejor que nuestro plan.

—Bueno... Si, en realidad si —atine a decir, dejando que una sonrisa orgullosa apareciera en Klaus.

—Ese no es el punto —interrumpio Cinco

—¿Cuál es el problema con el ojo, entonces? —mire a Cinco, incapaz de ser yo quien lo explicará.

—Alguien por ahí perderá el ojo en los siguientes siete días —me levanté al instante en el que note como se acercaba a paso rápido contra Klaus, deteniendolo cuando el espacio se había reducido considerablemente. Me miro por un instante, todavía más molesto y bufando con fuerza —... Y traerá el fin de la tierra como la conocemos.

Pareció que Klaus lo comprendió, al menos por unos segundos, suficientes para que Cinco se alejara un par de pasos, pero no los suficientes para que el de barba no abriera la boca.

—¿Me darán mis veinte dólares ahora?

—¿Tus veinte dólares? —y la furia volvió... De nuevo.

—Si, mis veinte dólares —rode los ojos al escucharlos, no otra vez.

—¿El apocalipsis se acerca y en lo único que piensas es en drogarte?

—Bueno, también tengo hambre, ya sabes... Me rugen las tripas —hizo un gruñido a la vez que movía sus manos por su delgado abdomen, y aunque a mí me había parecido divertido, a Cinco no, y lo supe en el mismo instante en el que trato de lanzarsele encima.

—¡Cinco! ¡Para, idiota! —lo sujete por el cuello de su saco.

—¡Ah, Cherry, ayuda! —lloriqueo Klaus cubriendo su rostro a la par que se hacía una bolita sobre la acera.

—¡Voy a...!

—¡Besalo, besalo! —grito Klaus, lo mire desorientada, aún sin soltar a Cinco que trataba de alcanzarlo —¡Así se tranquilizaba cuando éramos niños! ¡Solo besalo antes de que me mate!

Y para mí mala suerte, Klaus recordaba eso, haciendomelo recordar a mi también. Cinco solo se distraía si lo besaba, ¿Ahora que se supone que hacía?