Su cabeza se movió por inercia, y Cinco se veía tan molesto como imaginaba.

—¿Y que fue lo que le hizo a mi pequeña niña? —se acercó hasta mi está vez, desabotonado mi savo y revolviendo mi cabello —¿Esto es una marca? —la palma de su mano impacto contra mi mejilla, y el hormigueo me recorrió el rostro a la par que llevaba mi mano para cubrir la zona.

—¡No era necesario! —me queje, pero aún así no me miró, sus ojos estaban fijos en el doctor.

—Quiero el nombre —pronuncio de una manera tan seca que mi piel se había erizado —Ahora, por favor.

Nada estaba saliendo como el plan, porque este no incluía labios rotos, ni abofetadas, y mucho menos que Klaus actuará más que para fingir ser nuestro padre.

—Estas loco.

—Como no tienes una idea —una sonrisa psicópata apareció en su rostro, a la par que el mío era girado siendo sujetado por la mandíbula, Cinco se encontraba frente mío, y yo tragaba saliva al notar su cercanía, con el ruido de Klaus de fondo —Paz en la tierra, que tierno —oi el cristal reventar y un gemido de dolor.

—¿Cherry? ¿Estás bien? —asenti, desconcertada con todo lo que estaba ocurriendo. Cinco me inspeccionaba, como si no creyera en mis palabras.

Mire a Klaus, aún con la mirada de Cinco encima, su frente sangraba. Pude notar como el médico trataba de tomar el teléfono de manera disimulada, pero antes de que lo logrará me apresure a salir del agarre de Cinco y ser yo quien tenía el aparato entre las manos.

Me veían, pero la mirada de Klaus me decía todo, tenía que continuar con la locura que habíamos comenzado.

A-Ayuda, por favor —solloce en cuanto el teléfono se amoldo a mi rostro, note como la sonrisa en Klaus se agradaba y las manos del médico comenzaban a temblar —Hubo un a-ataque, en la oficina del señor Big —solloce aún más fuerte, e hipee deseando a qué se creyeran mi terrible actuación —Por favor, ayúdeme —las manos temblorosas del médico trataron de arrebatarme el teléfono pero solté un grito agudo antes de colgar la llamada.

La adrenalina estaba comenzando a llenarme y en menos de lo que esperaba sujetaba con fuerza su corbata para acercarme a su rostro, obligandole a agacharse por mi desafortunada y pequeña altura.

—Ahora, imbécil, escucha bien —hable, apretando el nudo más contra su cuello —Esto es lo que sucederá, Grant.

—E-Es Lance —corrigio, rode los ojos.

—¿A quién le importa? —estaba irritada, incomoda, y con un ardor terrible en la mejilla porque Klaus era tan buen actor que nos había golpeado realmente fuerte, así que mi paciencia estaba siendo tan grande como la de Cinco —En dos minutos entrara la seguridad por esa puerta y verán todo esto, y cuando pregunten que es lo que sucedió, le diremos que —pare por apenas un segundo, lo necesario para que mi voz se entrecortara nuevamente y mis ojos se cristalizaran —Nos diste una paliza, a-a mi pobre padre que ta-tan solo quiere ayudarnos a ser mejores personas —pude jurar haber escuchado como tragaba saliva de forma dura, haciéndome sonreír complacida —¿Lo entendiste?

—Te irá bien en prisión, Grant —murmuro mi falso padre, sonriendo de una manera tan irónica que incluso yo me sentía intimidada, aunque su mirada no estaba en mi, si no en el hombre gelatina que seguía en mi agarre —Creeme, he estado ahí. A los pollitos como tú —cerro sus ojos por un instante, con un gesto relajado —¡Oh, Dios mío!, Te pasarán de uno a otro —mobia sus caderas en círculos, haciendo que Grant se asustara cada vez más —Te irá genial, es a lo que me refiero.

—Eres un maldito pervertido —murmuro el hombre, solté una risa por lo bajo.

—No, solo es honesto.
 

¹ 𝗖𝗢𝗙𝗙𝗘𝗘 | cinco hargreeves (reescribiendo)Where stories live. Discover now