Séptima nota.

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Martes 22 de Enero

El timbre había sonado indicando el cambio de clase, Joaquín fue de los últimos en salir, ya casi terminaba la jornada escolar y él solo quería volver a casa, no había dormido bien porque estaba cuidando a su hermana (a la chica le había dado una fiebre tremenda).

Entró al salón de matemática arrastrando los pies y dirigiéndose a su asiento habitual (Nikolás no compartía las últimas horas con él), sobre él se encontraba una nota junto a unas pastillas de dulce, con la suficiente azúcar como para subirle las energías. Una sonrisa se plasmó en su rostro a pesar del cansancio y abrió la nota.

"¡OH POR DIOS!, ¡SONREISTE CON MI NOTA!, no tienes idea de lo feliz que me hiciste cuando sonreiste mientras leías, me siento con el derecho de presumir que pude sacarte una de tus hermosas sonrisas.

Hoy te ves bastante cansado, ¿te sientes bien, peque?, me preocupé así que te regalo algunos dulces para que tengas más energía, espero que no pasara algo malo.

Con ojeras y carita de sueño te sigues viendo hermoso, ¿cómo pueden permitir que tremendo ángel baje a la tierra?

7/17"

Joaquín tomó uno de los dulces y guardó la nota en su mochila con cuidado, el resto las tenía en una pequeña cajita en su casa, les iba tomando cariño de alguna forma.

Gracias al dulce logró no dormirse en sus últimas dos horas, no podía estar más agradecido con ese chico, así que decidió escribirle una nota, aunque no sabía muy bien cómo dársela.

Cuando el timbre de fin de jornada sonó, juntó sus cosas para correr hacia su casa, la cual no quedaba muy lejos.

—¡Mamá, Reni, ya llegué!— gritó Joaquín a penas cruzó la puerta de su casa y se dirigió a su habitación.

Tomó asiento en su escritorio y comenzó a escribir.

"Muchas gracias por los dulces, de verdad me salvaste de quedarme dormido. Pareces alguien divertido, de alguna forma me pareces familiar, ¿en algún momento podré conocerte?, creo que seríamos buenos amigos.

-Joaquín"

Guardó la nota en su mochila con una sonrisa y luego sacó sus libros para hacer la tarea, mañana podría ser un día interesante.

Joaquín nunca sabría de la enorme sonrisa que había causado en Emilio, tampoco sabría que logró enamorarlo más con ese pequeño momento en el que sus hombros chocaron, pues Joaco estaba muy adormilado para notarlo.

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Llevo todo el día viendo momentos Emiliaco y aún así no consigo inspiración para escribir, ¡CEREBRO, REACCIONA!

-Cam

17 notas (Emiliaco)Where stories live. Discover now