Colapso

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El colapso psicológico se produce cuando se rompe ese equilibrio, en el que nos quedamos sin fuerzas para seguir afrontando con normalidad nuestra vida. Es como si se rompieran las compuertas y de repente estallarán la tensión, el sufrimiento y la ansiedad contenidos durante demasiado tiempo. Tambien el colapso es el agotamiento físico y mental en el que el cansancio es cada vez más grande y el estado de ánimo se encuentra cada vez más desgastado es una constante que puede derivarnos en un colapso mental, un bloqueo que suele aparecer como respuesta a un estado de estrés intenso

Por tanto, el colapso psicológico o nervioso, como también se le ha llamado, implica un patrón de pérdida del control emocional, como comprobó un estudio de la Universidad de Columbia. Perdemos la capacidad para gestionar nuestras emociones y estas toman el mando.

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Media hora más tarde, la joven se encontraba frente a la puerta del departamento de su abuela y cuando estaba por meter la llave, la puerta de abrió y Eric aparecio en el umbral tomándola por sorpresa. Su aspecto se veía bastante descuidado, su pelo negro estaba revuelto y sus ojos color miel, estaban llenos de compasión. Vestido con una camisa blanca pero algo arrugada, unos jeans azul oscuro, que le daban un aspecto totalmente diferente del que siempre acostumbraba ver en él. Desde que se conocían, Eric destacaba por su 1.80 de alto, tenía un buen físico y quizás su unico defecto era ser demasiado guapo, ya que cuando era más joven le consideraban un rompe corazones. Además, quizás las quejas eran poco justificadas, y es que tras acabarla universidad, empezo a salir con una de sus amigas y desde aquel entonces, se volvieron inseparables. Incluso podria decirse que estaban hechos uno para el otro.

Anneliese juzgando por su apariencia descuidada y la expresión cansada de su rostro, comprendió que debia llevar un par de horas sin dormir.

Además, sin darle tiempo a hablar, él hizo una seña con la cabeza, hacia dentro de la estancia, dándole a entender que debia darse prisa.

¿Eric, que ha pasado? - Pregunto Anneliese al borde de un ataque de nervios. - Porque cuando la vi por ultima vez, parecia estar bien, pero ahora de repente parece que todo ha ido empeorando. ¿Cómo es eso posible?

- Mira, sé que necesitas repuestas, pero ahora mismo te sugiero que vayas a verla- Pasándose la mano por el pelo y soltando un pesado suspiro, Eric desvió la mirada y sus palabras fueron como si le hubieran echado un cubo de agua fría encima.

Anneliese, con el corazón en un puño y sin decir nada, entro corriendo cruzando el salón en dirección al dormitorio de su abuela, pero cuando entro, sintió como si de repente sus fuerzas, abandonaran su cuerpo, haciéndola perder el equilibrio por un momento, al verla en la cama, tan pálida y delgada, como si no se hubiese alimentado en mucho tiempo.

¿Abuela, puedes oírme? - Con la voz quebrada y las lágrimas que caían por sus mejillas, la joven se sentó cerca de ella y tomando su mano entre las suyas, fue depositando un suave beso en sus nudillos. Anneliese, con el corazón roto, susurro en voz baja algunas palabras. Aún recordaba ese día, en que su madre, la llevo a casa de sus abuelos como cualquier fin de semana y en su inocencia pensó que pronto vendría a recogerla e irían juntas a casa, pero nunca volvio a buscarla. Ella, innumerables veces intento ponerse en contacto con su madre sin éxito. Finalmente, con el pasar de los años, comprendió lo que habia pasado, pero necesitaba una explicación, entender la razón del porque se habia ido sin decirle nada. Y muy a su pesar, sus abuelos tampoco parecían saber nada, pero eso no fue un impedimento para que la criaran como a una hija, pero ella seguia teniendo esa espina en su corazón, ese dolor y anhelo por saber la verdad.

Con el pasar del tiempo, fue tratando de avanzar por su cuenta, aprendiendo cosas nuevas cada día y experimentando un sinfín de emociones. Pero lamentablemente, su abuelo fallecio debido a un infarto, hacia casi dos años, dejando tras su partida muchisimo dolor y sufrimiento.

Sabiendo que no sería facil superar su perdida, con el tiempo lograron seguir adelante.

Esa mujer habia sido como una madre para ella, siempre estuvo a su lado cuando más la necesito y saber que probablemente no volvería a verla, era como una herida que tardaría mucho tiempo en cicatrizar.

- Por favor no me dejes sola - Anneliese, sentia como todo su mundo se derrumbaba - ¿Por qué no me lo dijiste? Sabes que habria hecho hasta lo imposible por ti. - Sus hermosos ojos azul zafiro, parecían haber perdido su brillo y estaban llenos de dolor.

Lo sé cariño, por eso mismo no te lo dije - Con voz cansada, y respirando pesadamente, fue acariciando la mejilla de la joven con ternura. - Sabía que si te contara la verdad no estarías de acuerdo con mi decisión. Lamento haberte hecho preocupar tanto. - Suspiro y con una leve sonrisa continuo. - No me queda mucho tiempo, pero quería que supieras que tanto tú abuelo como yo, siempre estuvimos orgullos de ti.

Anneliese negó con la cabeza y temiendo que pudiera hacerle daño si empleaba demasiada fuerza, la abrazo con suavidad queriendo grabar ese momento para siempre en su mente.

Aun sabiendo de que sería la última vez de que la vería.

- No puedo expresar con palabras lo agradecida que estoy por todo lo que habéis hecho por mí. - Trato de controlar su voz mientras hablaba. - Sé que todo lo has hecho pensando en mi bienestar, pero debías habérmelo dicho, seguramente podria haber pasado más tiempo contigo y no te hubiera dejado sola. - Concluyo ella entre lágrimas y notando como un gran un vacio crecía en su interior, al ser consciente de que el tiempo se juntó a su abuela se estaba agotando.

La que debe darte las gracias soy yo. - Antes de dar su ultimo respiro, acaricio la cabeza de la joven, y con una mirada cansada, prosiguió. - Verás, los médicos me informaron de que esta enfermedad no tiene cura y aunque prosiguiéramos con el tratamiento, que era muy agresivo, podria haber convertido mi vida en un infierno. Esa es la razon por la cual, decidí pasar los últimos momentos, haciendo todo aquello que siempre deseé y la verdad pensé que tendria más tiempo para contártelo. Pero según parece me equivoque y es por eso que le pedí a Eric que te avisara.

¿Cómo? - Anneliese ante la mención de Eric, abrió los ojos como platos. - ¿Eric ya estaba enterado de esto?

Su abuela, con sus últimas fuerzas, le entregó una carta y antes de dar su último aliento, le agradeció por ese cariño incondicional que le habia dado y que, por favor, la perdonara por su egoísmo.

- No, no puedes hacerme esto, por favor no te vayas - Entre gritos y llantos desconsolados, negó lo que acababa de pasar. Pero viendo que la mujer que una vez la crio como su propia hija, ya no respiraba, termino por quebrarse emocionalmente. Eric al escuchar su voz, entro en la habitación preocupado y al ver la desgarradora escena, se la llevo fuera, tratando de calmarla.

Anneliese por mucho que tratara de controlar sus emociones, en el fondo sentia como algo en su interior se rompía y de pronto su vista se volvio borrosa, haciéndola perder el conocimiento.

El amor no tiene barrerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora