S I E T E ✔

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Llevo buscando a Thomas, Emily y mis hijos diez minutos. Lo único que hice fue ir al baño pero al volver ya no se encontraban en su lugar.

Me decido comprar agua ya que Emily tenía mi botella. Me formo en la fila de un sitio de bebidas y voy cuarta. Miro a mi alrededor por si veo a mis hijos. En media hora deben comer de nuevo y son muy puntuales para eso.

- ¿Qué desea, señor?- preguntó un chico de mi edad a la persona que estaba primera.

- Un café, por favor.- dijo...

Su voz.

Maldita sea, esa era su voz.

Harold estaba ahí a dos metros de mi, podía ver sólo su espalda y su corto cabello, salgo de la fila y me alejo un poco para verlo mejor.

Esta vestido con el traje de camuflaje color verde oscuro, con sus botas negras, una mochila cuelga de su hombro derecho y en su brazo izquierdo tiene cabestrillo que lo deja inmovilizado, ese es el golpe en el hombro del cual Emily habló. Su rostro era serio y sin duda se veía cansado.

Tenía ganas de llorar de nuevo, estaba muy sensible y esta ocasión no es la excepción para mis lágrimas rebeldes. Harold tomó su café y volteó del otro lado para salir pero comencé a caminar hacia él.

- Harold.- lo llamé reuniendo todas las fuerzas.

Él volteó confundido, al verme las comisuras de sus labios se elevaron. Con una sonrisa de oreja a oreja corrió hacia mi y me dio un gran abrazo provocando que casi caigamos al suelo. Comencé a llorar en su hombro.

- Cariño...

- No vuelvas a irte de esa manera nunca más.- murmure.- Te extrañé demasiado.

- No más que yo.- dijo, nos separamos y me dio un beso cargado de emociones y sentimientos encontrados. En verdad lo extrañaba.

- ¿Cómo sabías que llegaba hoy?

- Me avisaron a mi.- dijo Emily llegando, Harold abrazó a su hermana mayor.- Tenía tanto miedo de que no vuelvas como papá.

- No va a pasar no podría dejarlas a ninguna.- dijo Harold y limpió sus lágrimas.- Me alegra de estén juntas.

- Amigo mío.- dijo Thomas llegan con mis hijos y con el coche de los bebés. Harold y él se dieron un saludo de hombres, abrazo y palmadita en la espalda.- Me alegra de que te encuentres bien, nos tenías

- ¿Y estas ternuritas?¿Al fin decidieron adoptar?- preguntó Harold, se puso de cuclillas para ver a Aaron y a Juliette y comenzó a hacerles caras y hacerlos reír.

Emily me abrazó sonriendo y comencé a llorar otra vez.

Soñé con esta imagen varias veces y de las mil formas posibles pero nada se compara con lo que siento al ver a mis hijos jugar con su padre.

- Harold, amor.- lo llamé y se paró.- Ellos son Aaron y Julie, nuestros hijos.

- ¿Nuestros hijos?¿Soy padre?- preguntó, asentí y me abrazó.- Lo siento... por no estar contigo... yo...

- No te disculpes, te encargaste de no dejarme sola y te lo agradezco, estos niños han sido mi motor y mis esperanzas.- dije y los miré.- Son mi orgullo.

- Le pusiste el nombre de mi padre.- dijo y asentí.

- Y es igualito a él, siempre está de buen humor.- dijo Emily.

- ¿Puedo cargarlos?- preguntó.

- Amor, son tus hijos, nunca podría negarte tal cosa.- dije sonriendo.

- ¿A quién cargo? No voy a arriesgarme con ambos y este brazo.

- Carga a Aaron, porque Julie está durmiendo y si la despiertas...

Reí por el comentario de Thomas y cargué a Aaron para luego dárselo a Harold en sus brazos. Él lo miró con tanto amor que hizo que mi corazón se llene de felicidad plena.

Pero ahora había que ir a casa y sabía que iba a derramar más lágrimas.

Esperándote Where stories live. Discover now