Capítulo 9.

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Cerré la puerta con fuerza y me deslicé con pesadez hasta quedar sentada en el piso. Doblé mis rodillas y escondí mi cara en ellas. Me quité las botas y las lancé, cayeron al otro lado de la habitación. Me levanté y quité mis lágrimas con fuerza. Me quité el suéter, que estaba lleno de sangre, y lo lancé sobre mi cama. Escuché la puerta abrirse con lentitud, allí estaba mi mamá mirándome confundida. Se veía tan frágil que la podía haber matado con mi mano.

-Cariño...- se me acercó cuando me vío llorando- ¿Qué paso?- me eché a llorar en su hombro, ella me abrazó y paso su mano repetidas veces por mi espalda mientras me susurraba "tranquila".

Escuché la puerta de entrada y luego una risa, más bien, una carcajada.

-¡Lo hemos atrapado!- más lágrimas brotaron- ¡Hemos atrapado al chico!

Mamá se separó y moví los labios diciéndole "ve". Mientras ellos hablaban yo los escuchaba. Jack estaba siendo operado por la bala, lo dejarían una semana en observación y luego sería llevado para interrogarlo y averiguar donde estaba yo, era mi culpa. Todo era mi culpa.

                                                        (...)

Una semana de sufrimiento. La peor semana de toda mi vida.

Había tenido que ir al colegio, ya corrían los rumores de él, lo que me ponía peor. Debía estar alerta a todos los movimientos a mi alrededor, me podrían descubrir en cualquier momento. Hoy era sábado, hoy llevarían a Jack a la comisaría, para averiguar dónde estaba su "cómplice".

Según papá, Jack había estado estable físicamente, pero mentalmente no, lloraba todas las noches murmurando algo inaudible, que supongo sería algo sobre mí, se ve bastante mal que diga eso, pero así es, probablemente.

-¡Adiós, Jane!- me gritó mi papá desde el piso de abajo- ¡Hoy es el gran día!

-¿Puedo ir contigo?- le pregunté bajando las escaleras apresurada, él asintió y celebré por dentro mientras subía al auto.

El camino fue silencioso, solo con el sonido de la radio, que relataba la historia de un hombre que había "sobrevivido" a la muerte. Al llegar papá entró con un caminar de superioridad mientras yo le seguía de cerca. Luego de saludar a toda la comisaría- policías, militares, doctores, investigadores, entre otros-, por fin fue hasta el lugar donde estaba él. Estaba entre las rejas, acostado en una cama que se veía realmente incómoda. Tenía uno de esos trajes anaranjados de los presos.

-¡Levántate, Jack!- papá le lanzó una moneda a la cabeza y él se levantó con un poco de dificultad, que supongo sería por el disparo, apenas me vio, una sonrisa se iluminó en su rostro.

-¿Por qué tan feliz, Coleman?- preguntó el compañero de mi papá, Jack se encogió de hombros y se sentó en la cama.

-¿Para qué querías venir, Jane?- mi papá era curioso cuando quería.

-Tengo una tarea- dije restándole importancia mientras que Jack escuchaba atento mis mentiras-, debo entrevistar a alguien... Interesante.

-¿Y te parece interesante un asesino?- asentí y mi papá caminó a la puerta- Carlos, vigílalos, yo iré a terminar el papeleo- Carlos, el compañero, se sentó y sacó el teléfono del bolsillo trasero de sus pantalones.

Miré a Jack interrogativa, pasó su dedo índice por su cuello y señaló a Carlos, lo debía matar, pero era evidente que había cámaras. Me balanceé mientras sacaba una libreta de mi bolso, estaba averiguando en qué parte estaba la cámara. Vi una en la esquina en la que estaba Carlos, me dirigí hacia allá, y me incliné en la pared para "buscar" el lápiz, pero en vez de eso saqué la pistola y disparé a la cámara, Carlos se levantó de inmediato y también le disparé, entre las cejas, no tenía mucho tiempo antes de que los policías llegarán. Busqué las llaves y se las pasé a Jack, él abrió la celda y me besó de inmediato.

¿Qué es la muerte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora