El amor de un alienígena (Yaoi)

La llegada

Peter

Vale, admito que esto es demasiado incómodo.

Hacía como dos horas que habíamos salido y dos horas en las que estaba demasiado angustiado, la razón es muy sencilla... ¡Tengo a dos hombres, cada uno por un lado! Todo es silencio, para nada era agradable. Solo espero que todo esto vaya bien y pueda desarrollar mi trabajo como es debido.

Por suerte, divisé a través de la ventana las vallas eléctricas que separan el Área del mundo exterior, por decirlo de alguna forma.

Ahora ya no había marcha atrás.

Atravesamos el gran terreno extenso de tierra hasta llegar a uno de los edificios altos para aparcar, todos salieron rápidamente con sus respectivas armas y me indicaron que saliera con mis cosas.

—Vamos, salga—.

—¿Aquí es?— La verdad es que no hay mucho para ver, si me lo preguntan, es lo que aparece en Maps desde arriba, y aquí es casi lo mismo.

—Dejese de preguntas y vaya directo a la planta baja. Esto no es ningún McDonalds jovencito, espero que deje de preguntar estupideces y pueda empezar cuanto antes— En cuanto acabó de hablar me empujó con la punta del arma en la espalda. Maldita sea, definitivamente esto no era lo mío.

No quiero acabar igual que ellos.

Refunfuñé y me aparté hacia un lado, dejé que me guiaran hasta adentramos en una de las puertas y para mi sorpresa, era una sala vacía y blanca a excepción de un gran ascensor que se hayaba en el medio.

— Bien Woods, aquí nos separamos, irá directo a la planta -1, allí le esperará uno de los militares que lo guiará a una de las habitaciones.— El rostro de aquel agente le delataban, diría que estaba deseando deshacerse de mí.

— Entonces es verdad que no saldré de aquí, ¿Cierto?— Le dije con ademán de desilusión.

—Lo siento, es por seguridad. Cuídese, lo va a necesitar—. Me contestó el otro hombre, no tan amargado como el de antes, y eso último me había preocupado.

—Claro, gracias...supongo— Suspiro hondo y entro al ascensor que me abrieron, cuando se cerraron las puertas vi como los hombres desaparecían por encima de mí llevándome hacia abajo— Cuídese, lo va a necesitar— Protesté con voz autoritaria imitando al hombre de hace unos momentos.

Arrastré mis maletas cuando las puertas se abrieron, lo primero que vi fue un largo pasillo extenso y algo estrecho, salí y busqué con la mirada al responsable que debía guiarme, no vi a nadie, solo unas paredes desgastadas y mal cuidadas, seguí caminando unos metros más y por fin pude ver a un hombre alto, con traje militar y por supuesto un arma en mano enfrente de una puerta de metal. Me acerqué lo suficiente para que notase mi presencia, cosa que vió al momento y me habló.

—Buenas tardes, Peter Woods, ¿Cierto? — Asentí con mi cabeza— Bien, sígame, está en uno de los establecimientos más importantes y secretos del mundo, por no decir el primero, lo sabe ¿No?—

—Si señor... —Me fijé en su placa del traje— Jason—

—Cierto, me presento, soy Jason Griffin, estoy a cargo de esta planta y soy el secretario de mi jefe. Ahora sígame—.

Y finalizada la conversación, sacó una de las tantas llaves que tenía y abrió la gran puerta de metal, le seguí el paso por detrás y suspiré hondo, la verdad es que estoy muy, pero que muy asustado, tengo la certeza de que esta gente habrá visto de todo y por eso deben mantener la compostura fría. Pero no era mi caso, yo vengo de fuera, ajeno a todo lo que ocurre aquí, me tranquilicé a mi mismo y me dispuse a mirar a mi alrededor.