Capítulo I

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No me muerdas.

Damian Wayne, 17 años, ya mide 1.79 de estatura, todo un Alfa digno de admiración.

—Padre, iré a mi práctica de soccer. Por favor dile a madre que volveré antes de que oscurezca.

Bruce lo miró. Su hijo menor se había vuelto demasiado respetuoso desde que tenía a su pareja con él. Incluso a veces se ponía algo celoso de la relación de su pareja y su hijo.

—Damian, no tardes. Por favor.

El menor asintió saliendo de la mansión.

Damian no se iba permitir llegar tarde al entrenamiento, más aún cuando su madre le exigía que lo hiciera bien. Si bien la persona a la que llamaba madre no era de verdad su progenitora era mas de lo que podía pedir.

Apenas llegó notó que de hecho había llegado bastante temprano, así que comenzó a calentar. Minutos después su amigo Jonathan estaba ahí, Kent era -al igual que él- un Alfa bastante conocido, más que nada por tener genes Kryptonianos.

—Buenos días Damian —Jonathan le sonrió como habitualmente, y como de costumbre el mayor sólo le dio un gesto a manera de saludo.

El entrenamiento comenzó como siempre, un par de vueltas para calentar y estiramientos.

En la mansión Wayne la promesa de Damian no se había cumplido y ya era bastante tarde.

—Bruce debiste avisarme, hubiera pasado por el.

El Omega se notaba enojado, claro que lo estaba y se notaba en las venas que se saltaban en sus sienes.

—Hal, tranquilizate, llamaré a Clark, seguro se quedó con Jonathan.

Antes de que pasarán a reclamos Damian entró girando los ojos. Odiaba que sus padres pelearan así.

—Madre, tranquilizate. Ya tengo edad para salir ¿Okay?

Hal suspiró.
Se acercó a Damian para revolverle el cabello.

—Lo siento pequeño, es que hoy vendrán tus hermanos a cenar ¿Qué dices, eh? ¿Quieres algo?

Damian hizo un gesto de molestia.

—Nada de carne, iré a ducharme.

Subió rápidamente, hacía semanas que no veía a sus hermanos mayores. Sobre todo a Dick, que ya se vivía en Bluehaven con su novia.

Ese día vería a los que fueron Robín antes que él, así que se preparó para dar la mejor impresión.
Bajó con elegancia, entonces los vio entrar. Sus tres hermanos, Dick, Jason y Tim.

—Damian...

El primer y único en abrazarlo fue Dick, Tim sólo le dio un apretón de manos y Jason le dio una mirada despectiva.

La cena se llevó a cabo mientras Hal les preguntaba cosas de su vida y les presumía los logros de su hijo Damian.

—¿Se quedarán a dormir, verdad?

Dos de los hermanos asintieron, sólo Jason se veía distante.
Nadie más lo sabía, pero Jason y Damian tenían un lazo, eran Alfa y Omega predestinados, antes incluso de que nacieran su lazo ya estaba ahí.

—Jason, por favor, quedate esta noche ¿Si?

Hal le tomó la mano con dulzura.

—Esta bien mamá.

Bruce sonrió, eso significaría que habría patrulla en familia.

—Pero nada de patrullajes nocturnos Bruce, quiero a mis hijos aquí. En casa.

El linterna se quitó el anillo como diciendo "Si yo no salgo ustedes tampoco". Los hijos y Bruce asintieron, ya sabían cómo era Bruce al enojarse, incluso Batman pero ver a su madre enojado no era opción.

Una vez que todos terminaron y Hal ayudó a Alfred a limpiar, pudieron subir tranquilamente a su habitación.

El problema fue la madrugada, el aroma a Omega de Jason perforaba la nariz de Damian, lo necesitaba.

Se levantó para ir a la habitación de su hermano, cuando entró lo vio durmiendo, o al menos eso aparentaba.

—Jason.

Damian lo llamó con su voz de Alfa haciendo que el mayor se retorciera. Se quedó quieto pues conocía a Damian, sabía que él no se iría si no le daba lo que quería.

—Jason.

Volvió a repetir.

—¿Que mierda quieres Damian?

Jason apreciaba que lo llamara por su nombre, ya que antes lo hacía por su apellido, igual que sus demás hermanos.

—Sabes lo que quiero, tú también lo quieres.

Jason tragó saliva, sentía el aroma de Damian fuerte y que lo sumía en un estado de idiotez.

Damian se acercó a la cama, se sentó para después inclinarse al cuello de Jason, olía delicioso, era un aroma que cautivaba a Damian.

—Vamos Jason, no es la primera vez...

Todd sólo se giró, lo miro con coraje, como si quisiera matarlo, pero en lugar de eso lo jaló para besarlo.

Damian sonrió acomodándose encima del mayor, lo besó con fuerza, como si realmente quisiera hacerle daño.

—Te odio Jason... Eres el único con él que pierdo el control.

Jason sonrió de manera provocativa.

—¿Tú perder el control? Yo estoy tan mojado sólo con tu aroma.

Entre besos los hermanos se demostraron cuando poder tenían uno sobre el otro.

Y es que los besos de Damian exigían que Jason aceptará sumisión absoluta, pero obviamente el mayor no se lo permitía.

Damian destapo el cuello de Jason notando aquel collar que siempre le prohibía morderlo.

—¿Aún resiste? —preguntó Damian sonriendo.

—Es otro... Rompiste el último.

La sonrisa del Wayne menor no se hizo esperar, bajó al pecho de su hermano besando cada punto que estaba cerca.

—Jason ¿Hoy también me vas a detener, verdad?

El mayor asintió mientras alejaba a Damian, se vieron a los ojos. Sus pupilas dilatadas, mejillas rojas, labios hinchados. Todo un poema.

—Iré a mi habitación entonces...

El menor se alejó, ambos tenían erecciones notables, pero sabían lo que podía pasar si seguían adelante.

—Quiero lamerte ¿Puedo?

Pidió el menor en un susurro.

Jason se quedó pensando, tenía miedo de que su hermano lo marcará. Pero no pudo evitar quitarse el collar para dejar que la lengua caliente de Damian se pasearan por su nuca.

—Nhg... Dami...

A estas alturas los dientes del menor hormigueaban.

—N-No muerdas Damian.

Aunque sus labios decían aquello, en su mente sólo resonaba:

«Dios, por favor, ya marcame, hazme tuyo, quiero ser tuyo».

Un líquido rojo cayó en la nuca de Jason. Éste se giró para ver, de nuevo Damian se había mordido la muñeca hasta sangrar.

—Quiero marcarte.

Damian no tenía problemas con decirlo.

—Papá se molestara.

—No me importa.

—Mamá lloraría...

Damian se quedó en silencio. Jason volvió a tomar la palabra.

—Y eso es algo que no quiero ver.

No soy tu Omega [Damian x Jason]Where stories live. Discover now