Capítulo 31

923 37 2
                                    

Capítulo 31

—¿Estas segura de que es lo que quieres? —pregunto Lisa una vez hubo cerrado la puerta. —Se escuchaba desbastado.

Kristen hundió sus hombros, miro con incertidumbre la puerta. No, no estaba segura de nada.

—Tengo que saber si en verdad es real.

Lisa tomo una de las flores y la acerco a su nariz. —A ningún hombre le gusta que lo pongan a prueba, les gusta pensar que ellos tienen el poder.

Mordió su labio, de pronto la idea no parecía tan buena.

—¿Crees que no vuelva?

—Si es listo lo hará. Me alegra de que te pongas primera ante que lo demás. Si decide dejar que un simple no lo defina, entonces no te merece, él se lo pierde.

Kristen corrió a sentarse a su lado, apoyo la cabeza sobre su hombro. —Si no vuelve, entonces seguiré adelante, luchando por mis sueños, por superarme más cada día.

—Esa es mi chica.

—Algún día llegara el indicado para las dos.

Lisa soltó una suave risa. —No necesitamos de un hombre para ser feliz, yo estoy bien así. A veces pensamos que necesitamos de otra persona para que nos apoye y brinde cariño, no nos damos cuenta de que eso nos los podemos brindar nosotras mismas. ¿Quién te va a amar más que tú?

Kristen sonrió sin más.


Los días volaron hasta que se hizo un mes desde la despedida. Kristen temió que después de ese día no volvería a saber nada de Robert. Dio por sentado que se rendiría. No pudo estar más equivocada. Robert hizo notar su presencia con fuerza.

Coloco las flores en un jarrón, si seguían así su apartamento se convertiría en una florería. No sabía de donde sacaba Robert tantas flores o cuanto gastaba en ellas, en todo caso. Dejo la nota junta con las otras luego de leerla.

Cena conmigo esta noche. Te estaré esperando.

Robert

Directo. Tan solo una última oración en el final.

Esperare el tiempo que sea necesario.

Kristen se dejó caer sobre la cama, coloco una almohada sobre su rostro y grito. Por alguna razón no lograba sentirse feliz con todos esos gestos. No que no los apreciara, por el contrario le gustaban pero... Ni ella misma se entendía.

No acudió a la cita o a las otras invitaciones que siguieron.

El sábado por la mañana Kiara paso a visitarla, aunque al juzgar por su mirada quería algo. Estuvo a punto de cerrar la puerta luego de dejarla pasar de no ser por el pie que se interpuso. Ethan la saludo cordialmente.

—Cuñis.

Solo tenía dos sillas, una que ocupaba Kiara y la otra ella, por lo que él se medió recostó en su cama.

—¿Cómo puedes salir con él? —le susurro a su hermana.

—No salgo con él.

Le sorprendía que después de todos esos meses siguiera con lo mismo, pero la conocía y sabía que no lo decía en serio.

—¿No vas a ofrecernos nada? —pregunto Ethan.

—No es un restaurante.

Contrario a sus palabras se levantó para preparar una taza de café. Lo que no le gustaba de Ethan era su falta de discreción como hacía ver en ese momento.

Locuras de amorWhere stories live. Discover now