Capítulo 29

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- Es que no tengo ni hambre Antonio - Ana mira con desgana la carta pero nada le llama la atención ni le apetece demasiado después de la mañana ajetreada que llevan.

- Venga que te quiero con fuerzas esta tarde - la apremia así que Ana resopla y termina pidiendo lo primero que ve cuando se acerca el camarero para tomarles nota - Vas a ir a Barcelona el fin de semana.

- ¿Qué? Ah sí, necesitamos esos terrenos. Tenemos toda la manzana ya y todos los permisos, sólo nos falta que esa señora nos venda y...

- A trabajar ya se que si Ana.

- Pues a que te refieres - se echa hacia delante en la silla, cruzando sus manos sobre la mesa.

- A que con quien vas a pasar el resto del tiempo que no sea trabajando.

- Bueno yo... - Ana se pone nerviosa y se le nota en como se echa el pelo hacia atrás y le evita la mirada entre sus tartamudeos - Pues con... eh... verás.

- ¿Con la rubia del teatro?¿Mimi era? - Ana abre los ojos de par en par y Antonio sólo puede reírse de ella y su reacción - Me pareció ver algo y no me equivocaba.

- ¿Que... Que viste?

- Te mira distinto, como viéndote. No se si me explico, se le nota que le gustas. Se amolda a como te mueves y está pendiente. Estáis compenetradas.

- Nos has visto dos veces - murmura Ana recordando, algo avergonzada, su primer encuentro.

- Y las dos veces he visto lo mismo.

- Antonio yo no quise engañar a Javi... - agacha la cabeza culpable cuando les traen la comida y sólo mira su plato.

- Son cosas de vuestra relación, yo no voy a entrar en eso. No lo hice cuando el te puso los cuernos a ti no voy a hacerlo ahora pero cuéntame que tal con ella.

- Pues muy bien, la verdad es que estoy muy contenta con ella y bueno eso, que estamos empezando bien - evita entrar en muchos más detalles comiendo.

- Pero

- Joe, no me leas la mente alguna vez para variar - el hombre se ríe esperando su respuesta - Bueno a veces me preocupa un poco. Es que... A ver yo intento ser comprensiva con ella pero a veces hace cosas que me sacan de mis casillas.

- ¿Por qué?

- Pues porque no confía en mi y yo intento no tomármelo muy en serio porque se que hay algo que no la deja y que no es por mi pero no sé. Se me hace un poco cuesta arriba a veces. Que luego se me olvida enseguida porque es una mujer maravillosa. Es tan dulce, tan atenta, tan... todo. No sé, es que cuando creo que empiezo a conocerla hace algo que me sorprende de alguna manera que - se le corta el discurso por la sonrisa.

- Pues me alegro mucho hija, de verdad. Que al menos toda esta estupidez sirva para algo.

- Ya... yo lo siento Antonio... Lo de esta mañana con Carlota... Es culpa mía.

- No Ana. Llevo pensando en el divorcio mucho tiempo.

- ¿En serio? - Ana visiblemente sorprendida le coge la mano al hombre.

- Cuando terminemos está tarde iré a casa a por un poco de ropa y me iré a algún hotel - el hombre baja la mirada con decepción y a Ana se le cae el alma a los pies.

- Puedes quedarte conmigo - sugiere con sinceridad apretandole la mano.

- No te preocupes Ana, no es necesario.

- Ya se que no es necesario pero aún así me gustaría devolverte un poco del apoyo que me estás dando tú. Además tengo todavía alguna estantería sin montar y así me ayudas - le sonríe y el hombre asiente al borde de la emoción - Pues te acompaño cuando acabemos y no se hable más.

Con Una MiradaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin