Capítulo 1

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Desde mi uso de razón, siempre había algo que me atraía de los cuentos de hadas, tal vez fue el príncipe apuesto, la princesa hermosa con vestidos encantadores, la ambientación o incluso algo más allá que eso... La esperanza de que todo tiene un final feliz.

El hecho de que tuviera la capacidad de imaginar mi vida a base de historias da fantasía ayudo demasiado a no centrarme en la realidad, todo tenía que suceder como en mi cuento favorito o de lo contrario algo acababa mal.

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En mi día a día todo se refería a la monotonía, el despertar, buscar algún suéter que me protega del frío alentador de las mañanas, encontrar mi liga para el cabello perdida en las sábanas, usar las sandalias más cercanas y mis anteojos. Definitivamente mis anteojos.
Salir de mi habitación esperando encontrar desocupado el tocador, si tenía tiempo desayunar algo rápido o en caso contrario apresurarme a mejorar mi aspecto y salir a toda prisa para intentar no llegar muy tarde a mis pendientes del día, regresar a casa, tal vez tomar café y darme una ducha larga, estar un tiempo en el celular y dormir esperando el día siguiente. Fin.
Y así desde hace mucho tiempo.
La verdad mi vida no tiene mucha actividad o acción, no es parte de una historia en la que mi familia es muy rica, en la que tenemos dones sobrenaturales o tan siquiera en la que nuestra mascota nos rescata de una catástrofe.

Pero lo que hoy hace diferente mi día al resto es mi cita.
Así es, ésta chica tiene una cita, pero no cualquier chico, sino con un psicólogo o bueno, intento de practicante.
La verdad no me agrada mucho la idea de tener que pasar tiempo en su consultorio, más que nada, me insistió demasiado mi tía Lucy y aún sin mi consentimiento agendó una cita. No puedo negarme cuando las cosas ya están hechas, así que sólo me queda la resignación.

  -Verás que te ayudará mucho esta experiencia y más ahora que estás creciendo y entrando a una etapa difícil en los jóvenes.- Decía mi tía preparando un licuado con ingredientes de dudosa procedencia. -Créeme, a mí me hubiera encantado tener estas pláticas con un profesional a tu edad Kat.

Debo admitir que fue una noche larga, por estar en el celular no tuve mucho tiempo para dormir y tenía que estar lista antes de las 8:00 a.m. que para mí, ya era demasiado temprano.
Mi tía no quería que llegará tarde así que decidió llevarme pero siendo honestos, ella es la persona más impuntual que conozco, así que no podía confiar mucho en ella para esto.
Me levanté con pesadez deseando con todas mis fuerzas regresar a mis cobijas y no despertar en un buen tiempo pero ahora tenía una responsabilidad.
Fui directo por mí cambio de ropa, buscando mis anteojos en el camino, por suerte mi liga para el cabello seguía en su lugar, señal de que no tuve mucho movimiento nocturno, y por ende, mi cabello no era un desastre total.
Escogí un pantalón azul marino, tennis negros y una playera al azar, realmente soy muy friolenta así que esa es una de mis leyes de vida:

LV3:No te preocupes por la ropa debajo de los abrigos, es más importante estar cómoda y sin pasar fríos innecesarios.

Gracias a esas leyes que he creado para mí es que me he evitado de infortunios.

No tenía tiempo para desayunar, mi tía Lucy ni siquiera daba señal de vida desde su habitación y no quería llegar tarde. Así que tomé mi mochila, mi celular con audífonos y los metí en la bolsa trasera del pantalón, tomé unas uvas que encontré sobre la mesa y mi monedero para salir a mi gran cita.

La unidad donde se encuentra mi hogar es muy tranquilo, somos una comunidad en armonía, la mayoría de los vecinos nos conocemos tan siquiera de vista, y nunca falta uno que otro saludo apresurado, pues siempre saben que voy tarde a todos lados y por ello tratan de no retenerme por mucho

  -¡Buen día Kat!, Me da gusto verte, ¡corre que el tiempo es oro!.- Dice a modo de saludo mi vecina Michell con la mano extendida -no olvides pasar por el encargo de tu abuela, me han dolido tanto las rodillas que no puedo ni salir a saludarla- termina con una expresión de dolor en su rostro marcado por la edad.

  -Buen día, de regreso estaré con usted- respondo mientras apresuró el paso, pues el tiempo me come los pocos minutos que me quedan.

Y realmente no puedo quejarme de mi hogar, me encanta vivir aquí, no es una zona de fraccionamiento pero realmente es acogedor aunque claro, nunca faltan los vecinos que amargan el día con sus miradas desalentadora.
Llegando a la avenida principal no tuve que esperar demasiado por un transporte, subí a prisa  por los escalones de un viejo autobús haciendo malabares para dar el pago de mi viaje al conductor, mientras visualizo el asiento trasero más alejado posible de los viajeros o más cercano a la salida.

LV5:Para evitarte problemas al bajar del transporte ubica tus opciones para no ser muy visualizada u ocasionar accidentes.

Y es que es así, hay situaciones o momentos en los que soy algo tímida y es cuando prefiero no tener contacto innecesario con los demás.

Afortunadamente encuentro el asiento perfecto para mí al fondo. Me dirijo allí con gran equilibrio por el movimiento brusco del pavimento desgastado logrando mi cometido. Sólo queda esperar llegar a mi parada.

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⏰ Last updated: Jan 20, 2021 ⏰

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Gritos AhogadosWhere stories live. Discover now