69

1.1K 142 13
                                    


Merlán

Una semana había sucedido desde que los hombres de este clan comenzaron en la búsqueda de aquellos híbridos dragón, dos días antes mi esposo, padre y sus hermanos, habían regresado y una parte de sus hombres junto con ellos, yo estaba muy nerviosos desde que mi hijo había revelado aquello y cierta parte de mi estaba resentido con él, no había podido ir a verlo ni una vez desde lo ocurrido y solo me limitaba a esperar desde mi habitación alguna noticia.

Esa mañana me encontraba junto a Mikaela en uno de los pasillos que daba al jardín cuando un alboroto comenzó a escucharse llamando nuestra atención, mikaela rápidamente detuvo a uno de los empleados que venían de aquella dirección, el cual comenzó a contarnos que el último grupo de soldados había regresado trayendo consigo una prisionera y que ahora mismo la llevarían al salón del trono, algo en mí se estrujo, tenía un mal presentimiento y estaba casi seguro que algo andaba muy mal, Salí corriendo al salón del trono mientras mikaela decía mi nombre tratando de impedir que fuera, pero no iba a detenerme necesitaba saber que era lo que estaba sucediendo, a unos pocos pasos de llegar a la gran puerta que daba acceso al salón del trono me encontré con la reina saki, el me miro por un momento antes de que juntos en silencio decidiéramos entrar al lugar.

La pesada puerta comenzó a abrirse con un rechinar, adentro estaba mi esposo junto a su padre y hermanos, mi hijo restante también estaba ahí y toda la atención de la sala se posó en nosotros, el lugar había quedado en completo silencio y vi como el padre de mi esposo comenzó a acercarse a nosotros, antes de que pudiera llegar a nosotros la puerta volvió abrirse en un estruendo y un grupo de soldados ingreso al lugar, todas las miradas se posaron en ellos y en la mujer que venía gritando tratando se zafarse de las mordazas en sus brazos.


—¡silencio! — mi esposo hablo levantándose del trono, el lugar volvió a sumirse en el silencio mientras la mujer se soltaba de los hombres para arrodillarse frente a mi esposo


—Por favor no me hagan nada, yo no he hecho nada malo— hablo la mujer mientras seguía de rodilla sin levantar el rostro


—Una ninfa— hablo mi esposo y yo abrí mis ojos con sorpresa al escucharlo— definitivamente eres del clan dragón— continuo y yo sentí el corazón en la boca, la mujer mantenía con la cabeza abajo y un ligero temblor movió su cuerpo


—sí, era del clan dragón— hablo la mujer en su posición — pero he abandonado de ese lugar, ya no soy parte de ese apestoso clan —finalizo levantando su mirada y en sus ojos se podía percibir un odio abismal. Todo habíamos quedado en silencio de nuevo y el padre de mi esposo se acercó junto a la mujer.


—Al parecer tienes cuentas con tu propio clan— hablo el anterior rey— muy bien, tengamos un trato— continuo mientras todos le prestábamos suma atención, yo estaba tan nervioso que no dejaba de apretar mis manos y estas ya estaban algo lastimadas por la fuerza que infringía


—Padre ¿estás seguro de negociar con esta criatura? —intervino mi esposo antes de que su padre continuara hablando


—¡cállate!, sé muy bien lo que hago— hablo algo molesto el antiguo rey kemal— esta criatura está llena de odio, estoy seguro que no tendrá ningún problema en guiarnos a la guarida de su clan ¿o me equivoco?

Continuo el padre de mi esposo y yo centre mi mirada en aquella mujer, mi corazón palpitaba sin parar, si ella los llevaba a ese lugar sería una masacre y mi hijo estaría implicado, los segundos parecían eterno y yo rogaba porque ella se negará, era su clan después de todo ¿estaba dispuesta a sacrificarlos?, la voz de esa mujer me saco de mis pensamientos mientras ella comenzaba a hablar


—estoy dispuesta a llevarlos—dijo la mujer y yo sentí un vuelco en el estómago — pero ¿qué ganare yo a cambio?, estoy segura que ustedes pretenden aniquilar todo el clan y eso me incluye— finalizo la mujer mirando seria mente a los presentes


—Eres muy inteligente— continúo hablando el antiguo rey— tienes razón eso pretendemos, pero ya que tu deseas ayudarnos te propongo un trato, es algo muy favorable para ti—sigue hablando el antiguo rey, la mujer lo miraba atentamente esperando que continuara cosa que no sucedió, en cambio mi esposo tomo la palabra unos segundos después de que su padre le susurro algo en el oído


—Te concederemos el privilegio de vivir, te daremos asilo en este lugar y hasta podrás trabajar en el palacio— hablo mi esposo seriamente y yo tenía ganas de gritar — ¿y bien cuál es tu respuesta? — continuo mi esposo, ¿Cómo podían darle aquellos privilegios a una criatura que traiciona a su propio clan? , tenía ganas de gritarles pero me temblaban los labios , tenía un dolor en el pecho de solo pesan lo que pasaría cuando encontraran ese lugar


—acepto— finalizo la mujer y yo sentí que se me derrumbaba el mundo, mi esposo dio por finalizado esa discusión para ordenar que se preparan ya que partirían enseguida, mi cuerpo reacciono y corrí desesperado a mi esposo


—¡¡No vayas!!— grite con desesperación sosteniendo su brazo—no lo hagas por favor— continúe sollozando mientras lo sujetaba más fuerte al ver que trataba de apartarse


—¡¡¡Basta!!!— rugió mi esposo separándose con algo de brusquedad para luego tomar algo fuerte mis brazos—¡¿acaso no estoy haciendo esto por ti?!, ¡voy a devolverte a tu hijo! — siguió rugiendo mientras yo solo podía llorar


—¡No! — chille tratando de zafarme de su agarre mientras todos los presentes estaban estáticos— no quiero, ¡¡no vayas a buscarlo!!— solloce más fuerte ya no podía más, la idea de mi hijo asesinado me estaba matando


—¡¡¿Qué es lo que me ocultas?!!, ¡¡¿Por qué no quieres que lo traiga de vuelta?!!— rugió mi esposo muy enfadado mientras yo me cubría el rostro, no podía decirle que su hijo también era un hibrido, mi cuerpo temblaba mientras mis sollozos aumentaban, mi esposo me atrajo a su cuerpo mientras me abrazaba— lo traeré, ya no llores— finalizo antes de entregarme a la reina saki mientras se disponía a salir con los demás, yo comencé a gritar pidiéndolo que no fuera pero el parecía no escucharme las puertas se cerraron dejándome adentro junta a saki quien me abrazaba para consolarme, pero yo estaba destrozado ¡no! ¡meyan!

hijo de  la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora