Capítulo 5: Matt Bomer.

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Charlotte POV's

Desperté en esa habitación oscura y silenciosa, como siempre, atada de muñecas y de tobillos. Incapaz de gritar porque un gran pedazo de tela estaba adherido en mi boca. Sentía mi córazón latir en mi garganta y en mis oídos. Traté de zafarme de las ataduras, pero era imposible.

"No de nuevo"

No sabía cuantos minutos pasaron hasta que una tenue luz iluminó el cuarto en el que estaba. El cuarto era pequeño y modesto, tenía las paredes desnudas y sucias, en medio del cuarto estaba esa jodida mesa con cuatro objetos: Un cuchillo, un revólver, una botella con un líquido transparente y una soga. La puerta estaba entreabierta y sentí como el silencio que había allí fue interrumpido por esas pisadas sordas y pesadas que iban in crescendo.

"Él no, no otra vez"

La puerta crujió cuando la abrieron, y ahí estaba. El hombre de siempre; alto y esbelto. Bien vestido y con esa sonrisa afilada, fumando como siempre. Castaño y con ojos verdes y penetrantes.

"Ese maldito bastardo no..."

- Oh, Lot. - Dijo mirándome con esos ojos engreídos. - Estas sufriendo ¿no?

Se acercó a la mesa con los objetos y examinaba cada uno, y se detuvo en la pistola, con una mano la levantó, sonrió triunfante, y con la otra mano sacó de su bolsillo algo que automáticamente identifiqué; eran balas. 

- Bien... - Dijo mientras cargaba el revólver con sutileza. - Podemos acabar con ese sufrimiento. Y para siempre.

Me removí asustada y nerviosa, mi corazón latía con fuerza contra mi pecho, tanto que dolía. No podía hacer nada, mis manos estaban atadas en un nudo ciego, al igual que mis tobillos. Una lágrima descendió por mi mejilla.

- Oh, Charlotte. - Suspiró nuevamente, apuntándome con el arma. - Si hubieras hecho lo que te pedí, todo esto hubiera sido diferente.

"No..."

Apretó el gatillo y en acto reflejo cerré los ojos, y un ruido sordo fue lo último que oí. 

~

Desperté de golpe, estaba mojada, tanto de sudor como de lágrimas. Mi respiración era desbocada e irregular. Estaba enredada entre sábanas y mi cama estaba totalmente revuelta. Tomé mi cabeza con ambas manos y cerré lo ojos con fuerza, tratando de sacar de mi mente esos ojos penetrantes.

"Fue solo otra pesadilla" - Me dije mentalmente - "Solo eso." - Tragué con amargura las lágrimas que amenazaban con salir.

Cuando por fin logré estabilizarme, abrí los ojos y vi mi habitación, con sus paredes blancas adornadas con cuadros vinta-ge, aquel closet de madera blanca y ese estante lleno de libros viejos: Mi lugar, mi habitación, mi departamento. 

Suspiré aliviada e intenté sonreír pero, como me lo esperaba; me fue imposible. Aquellas pesadillas eran frecuentes, pero eso no quería decir que podía controlar mi reacción ante ellas. Siempre era esa habitación, siempre era ese sonido del cañón del revólver el que me devolvía a la realidad; siempre era el mismo jodido bastardo. 

Miré el reloj de la mesita de noche y vi que eran las una menos cinco de la tarde; había dormido ocho horas. Me levanté a duras penas y fui hacia el cuarto de baño. Me vi en el espejo; y era un desastre. Cabello enmarañado, pintura corrida y unos ojos inyectados en sangre debido a las lágrimas. Parecía como si no hubiera dormido nada. Me di una ducha rápida y me vestí con vaqueros, una camiseta blanca sin mangas y unas botas de cuero café, amarré mi cabello en un tomate desordenado y me maquillé un poco. Bajé y me cociné un omelette, me lo comí rápidamente, luego de cepillarme los dientes y tomar un bolso con lo necesario, tomé las llaves de la Harley, para luego dirigirme a Crawford Company.

Midnight Murderers [Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora