A mis 25 años

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Soy una adulta ahora, tengo 25 despertarme a las 8 de la mañana, trabajar hasta las 8 de la noche, volver a casa con mi madre, dormir y se repite, ciertamente no es como desearía pasar mi vida y hasta este punto no era lo que creía que estaría haciendo, pero realmente no me hacía ni una idea.

—¡mierda! las 7:40 de la mañana, no voy a llegar —poniéndome cualquier cosa que tuviera a la mano y llegando a mi trabajo donde pasaba todo el día, un cyber, ahí dibujaba con mi tableta todo el tiempo ya que tenía esa libertad, era mejor que los anteriores trabajos de mesera o recepcionista de mi hermano, pero cansado— ya llegué perdón la tardanza.

—¿por qué tan tarde? —pregunto mi jefe

—5 minutos nada más, solo fueron 5 minutos tarde.

La misma excusa, mi camión no pasaba, estaba muy acostumbrada a ese lugar, atender un cyber es fácil, pero la gente suele ser, ugh, muy estresante, desde estudiantes de bachillerato que no saben usar una USB hasta adultos pidiendo "hackear un Facebook", Dios, me tocaba cada cosa todos los días, que solo así entendía que realmente mi paciencia no era tanta como creía.

—disculpe señorita ¿me baja la tirilla del ciclo 13 y 14?

—¿ciclo? Vienen por fecha

—si...

—¿entonces qué fecha?

—del ciclo 13

—señor ¡viene por fecha!

Ese día más tarde:

—Disculpe señorita lo que pasa es que necesito que le metan el WhatsApp a mi teléfono

Eso hice, le descargué  la app, pero me dijo que "no se iban los mensajes"

—para eso necesita Internet señora

—ah, sí descárgame eso

—no señora, no es una app, es un servicio

—eso, dámelo

—claro por cuantas horas?

—¿Cómo qué horas?

—sí, si va a rentar Internet en el teléfono ¿cuantas horas va a querer?

—no, yo lo quiero para mi casa

—ah, no, no, aquí solo metemos wifi para su celular amiga

—por eso, quiero eso, pero para que me llegue hasta donde vivo

—no señora para eso necesita un plan o contratar Internet en su casa

—ah, ¿entonces no lo puede hacer?

—no es que no pueda, es que para hacerlo debe ir a un lugar donde ponen servicios de Internet

—ah, bueno —la señora se disponía a irse hasta que la detuvo mi voz—

—son 20 pesos por lo del WhatsApp

—¿Qué? Pero si no me pudiste hacer el trabajo

—señora, se le está cobrando por bajarle la aplicación, lo demás corre por su cuenta

—Hmm, nada más le hacen mal el trabajo a uno

Ese tipo de personas ponen a prueba mi paciencia, de verdad. Pero fuera de eso está bien, crecí mucho, desde la preparatoria, era una chica cohibida pero ahora era segura de mi misma, tenía mi cuenta de Facebook, Instagram, twitter y mas solo por diversión y que, aunque aún detesto "fallos" de mi como mis orejas y sigo sin usar mi cabello amarrado demasiado, siento que me gusta el estilo que terminé adquiriendo, y ese es, usar cualquier cosa que se vea linda e inocente, claro estuvo de moda ser "Tumblr" y debo admitir que pasó por mi mente hacer el reto de "imitando fotos Tumblr" después ser "Aesthetic", morí de amor al ver llegar mi falda metálica iridiscente por correo, pero aunque fueron modas pasajeras yo me quede con algo de ellas, amo el rosa creo que alguna vez cambiaré este cabello negro a rosa, también amo el tornasol, los estampados bonitos y las faldas tableadas, ciertamente yo antes era muy distinta a como era enos primeros años de bachiller, hubo una época en la que creía que las chicas que solo se preocupaban por tomar, salir y divertirse para estar en Facebook eran huecas e insoportables, pero seamos sinceros, yo tampoco era muy lista solo por negarme eso, pero a todos nos gustaba sentirnos únicos, especiales, diferentes y raros, los protagonistas de nuestras propias historias pero, solo me negaba a un mundo que amaba, las redes sociales
Adoraba subir mis dibujos digital es y que estos llegaran a tantas personas, más que la gente comentara y conocer a personas mejores para aprender, subir mis fotos y recibí comentarios era algo que me perdía, era divertido y gratis y yo me negaba por hacerme la intelectual.

Drama de una Millennial promedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora