Mi nombre es Naty, una mujer ya de 25 años, estoy trabajando en lo que amo y vivo como una Millenial mas, pero hoy descubrí que todo pudo ser diferente, todo pudo cambiar en mi historia si regresamos 9 años atrás, a la preparatoria.
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Me llamo Naty, y amo dibujar, se nota ya que esa tarde de escuela, hace 9 años estaba sola en mi casa dibujando con mi tableta gráfica nueva, estaba soñada al ver como lo que hacía en mi libreta ahora se veía más profesional, pero esa felicidad no duró mucho, ya que alguien tocó a mi puerta, y al estar sola en casa, bueno, solo yo podría abrir, así que al abrir la puerta me encontré con la vecina que vivía frente de mi casa, una señora de unos 40 años, es de ese tipo de mujeres que usan de todo en su cara desde mascarillas de aguacate hasta cremas rejuvenecedoras de catálogo de Avon. una señora delgada de cabello y ojos negros. amiga de mi madre y madre de mi ex amiga Ivonne.
— Dígame doña Vivían.
—Óyeme niña —comenzó, alzando la voz cosa que me extrañó ya que ella solía ser calmada, bueno, tanto como lo podría ser una señora que aun anhela ir a beber café con amigas antes de cocinar la cena— ¿por qué andas hablando mal de mi hija en la escuela, y a su novio?
—¿Perdón? —dije sin entender—
—A Ivonne le dijo el novio que tú te le sentaste en sus piernas y le dijiste que ella era una zorra y que ¿para que salía con ella?
—oiga, ¡oiga! eso nunca pasó —si alguien pudiera ver esa escena segura se pondría en medio, no existía en ese entonces una chica tan mansita y tonta que yo, muda y sin poder defenderse por el miedo que imponía una señora mayor a una chica de apenas 16 años. —
