19/06/2019

0 0 0
                                    

Miércoles 19 de junio, 2019.


Ayer en la tarde llegó la tía Meme, desde Concepción, no sabíamos que vendría, fue totalmente sorpresa. Estuvo aquí sólo ayer, hoy en la mañana se fue al Monte, no sé a cuál, pero de algo así habló. Lo bueno es que esta vez no hizo diferencias con mi hermano el Rorri como lo había hecho anteriormente.


Ayer mi mamá me compró una botella de aluminio de color celeste para llevar líquidos calientes al colegio. Pero a mí no me convencía la idea, creo que era inecesario que me comprara eso, ya era suficiente con la colación y la plata que me daba para comprar comida. Pienso que esa botella le habría servido más a ella, yo no soy tan friolenta.


Hoy en la mañana ella me preparó milo caliente en la botella. Ella tenía buenas intenciones, me lo había preparado con cariño para que no me diera frío en el colegio, pero a mí seguía sin convencerme la idea, la llevaría sólo para que ella estuviera feliz, pero no soy buena disimulando, así que ella lo notó cuando estábamos en el auto.


-¿no quieres llevarla?

-no

-¿no quieres o si quieres?

-no quiero.

-ya, perfecto, entonces no la lleves, yo no obligaré a nadie.


Le pasé la botella y ella siguió manejando hasta que llegamos al colegio.


-toma, son mil quinientos pesos para que te compres algo para comer.


-gracias mami.


Nos despedimos y caminé hasta la entrada del liceo. Sabía que ella estaba triste. Me sentía culpable, como una mala hija, una malagradecida. Y eso era, qué me costaba ir al liceo con la botella, si lo hubiera hecho sin decir lo que pensaba mi mamá estaría feliz y yo sin este sentimiento de culpa.

Ahora tenía que realizar la prueba semestral de historia. Entramos a la sala por orden de lista. Entré de las últimas. Teníamos que dejar las mochilas en el piso y sacar nuestros estuches. La profesora me dijo dónde tenía que sentarme.


En todas las pruebas siempre hago dibujos en las hojas. Me estreso cuando leo las preguntas, soy floja xd, para mayor concentración necesito desconcentrarme de la prueba un momento, al lado de las respuestas comencé a dibujar jirafas, chanchitos, cualquier cosa que se me venía a la mente, también dibujé muchos rostros tristes, me seguía sintiendo culpable, cosas como estas hacen que mi ánimo baje a -1. Al terminar la prueba se la entregamos a la profesora y salimos de la sala para estar en recreo.


Estaba bien abrigada, mi mamá me había dado su chaqueta grande y gruesa anteriormente. Era muy calentita, me la pasó pensando en que yo no pase frío. Entré a la cafetería y subí las escaleras para ir al segundo piso. Me senté y pensé en lo sucedido. Cuando la Cami llegó y se sentó conmigo le conté lo que había sucedido, necesitaba un consejo, algo que me suba el ánimo al menos para estabilizarme emocionalmente.

Mi diarioWhere stories live. Discover now