Capítulo III: Cuchillo

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Al llegar a su casa Kenji cuenta la situación a sus padres, quienes deciden intensificar el entrenamiento, para aumentar las probabilidades de supervivencia de su hijo.

Después de una intensa sesión de entrenamiento, Kenji cae rendido en su cama. Cerca de media noche es despertado por sus padres.

Lo estuvimos pensando mucho…

Y decidimos darte esto- dice su madre abriendo una caja mediana, con un estilizado cuchillo cuya hoja brillaba tenuemente.

-Dreinen…-susurra Kenji.

-Así es, solo para casos de emergencia, confío en que lo usarás responsablemente.

-No lo quiero, si debo enfrentarme a Anderson, lo haré con mi propia fuerza, el sin sus legados no es nada, no quiero enfrentarlo así.

Su madre sonríe orgullosa.

-Es tu decisión usarlo o no, solo tenlo siempre contigo por prevención

-Ok

Tras una noche llena de pesadillas y miedo, sumado a la confusión que generó el beso de Nataly, Kenji se encuentra con Nataly camino a la escuela.

-Respecto a lo de ayer…

-Supe que le diste una paliza a Anderson.

Kenji se detiene en seco.

- Dare cuántas palizas sean necesarias por protegerte, pero no hablaba de eso - su cara se empieza a sonrojar.
-Ahh.

Sonrojada Nataly se voltea frente a Kenji.

-No sé qué decirte respecto a eso.

-Tú no, pero yo sí sé que me gustas Nataly, tú beso ayer me desconcertó en un primer momento, pero a la vez me ayudó a aclarar lo que siento por ti, no me voy a poner con sutilezas ni tonterías, sabes que no soy así.- réplica casi gritando Kenji, intentando que sus palabras no tropiecen, sintiendo como su camiseta y su frente se empapan de un sudor frio, mientras la cara se le calienta.

-Tú también me gustas, pero no sé en qué forma, somos amigos desde niños…- dice ella en un tímido susurro.
-Demonos una oportunidad, sin compromiso, y prometiendo no dañar nuestra amistad.-su petición casi suena como una suplica
-Déjame pensarlo…

Esa frase pesa letra por letra en la cabeza y el pecho de Kenji.

-Cuánto tiempo?

-No lo se… no seas impaciente, y no me presiones.

-Ok…

Sin saber que más hacer o decir, Kenji acelera la marcha, Nataly lo alcanza y lo toma de la mano, el intenta no emocionarse, pero su corazón palpita estruendosamente.

-Vaya!vaya!.

-Ahora no Anderson.

Anderson se aproxima peligrosamente a la pareja.

-Así que si son pareja…

-No te incumbe- refuta Nataly encarando al bravucón.

-Silencio mestiza- dirigiendo la mirada asesina a Kenji- lo de ayer no se quedará así, no se quien lo salvó, y no me importa saberlo, pero en algún momento, no habrá nadie con legados cerca que lo proteja, y en ese momento…

Harto de escuchar tantas idioteces juntas, Kenji empuja a Anderson y sigue caminando halando a Nataly.

-Te arrepientes de haber peleado con el?.

-Ni un poco, puedo tolerar cualquier maltrato hacia mi, pero nunca permitiré que te lastimen. 

Las palabras de Kenji están cargadas de seguridad y valor, Nataly observa maravillada la clase de hombre que se interesa en ella.

Terminadas las clases de ese día con toda la paranoia después de la amenaza de Anderson, Kenji deja a Nataly en su casa. Y casi de manera inmediata su celular vibra anunciando un mensaje nuevo.

"Debes ordenar el patio"

Esa es la clave que Mitsuko y el acordaron para referirse a las misiones. Emocionado sale corriendo rumbo a su casa, Anderson detiene sus pasos a escasos metros del hogar de Kenji usando telequinesis.

-Cuál es la prisa normie?

-No es una buena idea, déjeme ir, tengo cosas más importantes que hacer, y el circuito cerrado de vigilancia, está grabando cada cosa que está pasando por esta calle-dice mientras señala las muchas cámaras en la calle- en la escuela los profesores pueden hacer la vista gorda a sus pendejadas, pero no mis padres y sus contactos en la ONU.

Ante este comentario y una llamada entrante en el celular de Anderson, Kenji es liberado.

-Ya nos veremos. También tengo cosas que hacer.

-Eso espero.

Anderson se retira rápidamente, mientras Kenji entra apurado a casa alistarse para su misión de la noche.

La misión parece sencilla, una pandilla conformada por tres humanos sin legados liderados por un supremacista con Legados, raptaron tres niños Mog, y dos mestizos de un orfanato solo por diversión, conducta que han repetido en varias ocasiones, por lo que llamaron la atención de Mitsuko.

Escondido entre las sombras de un callejón de San Carlos, Kenji prepara un taser, con la intención de acabar rápido la misión, rescatar a los niños y llevarlos al orfanato, y a la pandilla a prisión.

El supremacista con una habilidad telequinetica sorprendente pone a los niños de cabeza, desde la distancia Kenji no nota la expresión que hace el sujeto, pero sabe que lo disfruta.

-Guarda el taser-

-Pero…

-Permiso para disparar flechas, fuerza letal si así gustas.

El tono de voz de Mitsuko en el auricular es sombrío, Kenji sabe que su madre está tan molesta como él con la escena, así que obedientemente cambia el modo de combate. Los secuaces bailan, beben y escupen alrededor los niños, mientras ellos solo pueden llorar.

Furioso tensa su arco plegable, ubica la primera flecha y dispara, sin tomarse tiempo para respirar, dispara las otras tres.

La primera flecha atraviesa transversalmente la rodillas de uno de los hombres, la segunda entra destrozando dos costillas y un pulmón al otro mientras escupe a un niño, la tercera se clava en el estómago de la única mujer del grupo, y la cuarta en el hombro del líder.

Todos caen presa del dolor, los niños se golpean estruendosamente contra el suelo, Kenji corre a auxiliarlos, pero están demasiado asustados para mantener la calma, rompiendo en llanto.

-Tranquilos, por favor, los llevaremos a un lugar seguro.

Los niños corren delante de Kenji, hacia la camioneta de Andrés.

-Quietos!- un grito supersónico paraliza de terror a los niños.

-Sigan! Yo los protejo.- ordena Kenji a los niños- Sacalos de aquí por favor-pide por el radio a su padre.

-Entendido hijo, ten cuidado.

Kenji se voltea asustado para enfrentar al líder del grupo, dándole tiempo a su padre de huir en la camioneta, el líder del grupo burlonamente arranca la flecha de su brazo, mientras su cuerpo sana a una velocidad acelerada.

-Muy bien, ahora me debe toda una camada de mestizos y moggies.

La cara de Anderson se contorsiona en una mueca mezcla de ira y risa.

-Mierda…

Usando su supervelocidad una sonora bofetada cruza la cara de Kenji, rasgando superficialmente su capucha y su bufanda, el sabor a sangre invade boca, y sus ojos se llenan de lágrimas. Pero no hay tiempo para lamentarse, con toda su voluntad se aparta de Anderson tomando una postura de combate.

Anderson responde con un poderoso puño a la guardia de Kenji, pero para sorpresa de ambos, su puño se detiene a escasos milímetros antes de impactar en el rostro.








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⏰ Last updated: Jul 07, 2019 ⏰

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KenjiWhere stories live. Discover now