My Dignity has died for you (#1.5 Odio a los chicos)

Bonus : Capítulo Especial: Hailee & Freddy

Hailee en multimedia

Hailee:

El asiento de adelante rechina en cada salto que doy, tengo las manos de Peter en mi cintura, su rostro hundido en mi pecho descubierto y el mío al lado de su hombros, no dejo de gritar cada vez que su polla entra y sale de mi interior, trato de sujetarme del jebe del asiento, pero es más fácil para mi coger sus hombros.

En dos ocasiones golpeo mi cabeza en el techo de su coche, pero no voy a detenerme, no voy a parar.

—Mierda, Hailee.—Pronuncia con la voz agitada.—Cielos, preciosa, lo haces muy bien.

Disfruto de sus halagos y me siento llegar cerca, doy un último salto y froto nuestras partes cuando voy a llegar, el gruñe en mi oído y grito ante el golpe que me deja el orgasmo.

Terminamos riendo y me coge la cara, apartando mis mechones, me da un beso duro y sonríe.

—Eres increíble, preciosa.

—Lo sé.

Se ríe y me acaricia el rostro para volver a besarme, sin embargo, su teléfono suena en su bolsillo, estira el brazo para buscarlo y me hago a un lado.

Peter coge el móvil y revisa la llamada.—Mierda.

Me coloco las bragas.

—Es Simon.

Doble mierda.

Peter se subo los vaqueros junto a los calzoncillos con rapidez y baja del coche, cierra la puerta y yo comienzo a vestirme dentro, me arreglo el cabello mientras escucho pequeños detalles de su conversación, como el decirle a su novia que tiene una reunión en casa de sus padres.

—Sí, te llamo cuando todos se marchen, adiós, te amo.

Me abotono los últimos botones de la blusa y salgo, Peter está revisando su teléfono, pero al verme lo guarda y me sonríe.

—¿Dónde estábamos?

Me coge la cara y besa mis labios, le devuelvo el beso.

—¿Te apetece una segunda vez al aire libre?

Me besa otra vez.

—Quiero cogerte aquí.—Murmura sobre mi boca y aunque la experiencia me apetece, necesito pararlo para hablar con el.

—Peter...

Intenta besarme otra vez y lo aparto suavemente, el me suelta la cara fastidiado.

—¿Qué?

—Quiero hablar contigo.

Peter niega.—¿Sobre qué? .. ¿No puede esperar?

—No, no puede esperar.—Respondo sincera.—Es importante.

Suspira fastidiado y camina hacia la parte delantera, se apoya en el capo de su coche, lo sigo y me pongo delante de él.

—¿Qué esperas? ¡Ya habla!

Asiento y sonrio despacio.

—Llevamos tiempo haciendo esto.

Sus ojos me examinan y me sonríe despacio.

—Y ha sido increíble, sigue siendo increíble.—Me dice y mi corazón se acelera.

—Yo también me siento así cuando estoy contigo.

Su sonrisa crece.

Aprieto los labios y lo miro a los ojos.—¿Entonces cuando...?

—¿Cuándo qué, preciosa?