—No.

—¿Ya no?

—No, supongo que tengo más cosas en que pensar.

—¿Cosas como qué?

—Prefiero no hablar de eso.

Prefiero esperar a que vuelva mí otro terapeuta, eso iba a decir.

—Igual que la última sesión.—Me hace recordar.—¿Quieres seguir retrasándolo?

Trago saliva.

Sé que por mi culpa no hemos avanzado casi nada, Cesar solo tiene las notas de mis anteriores sesiones con mi anterior terapeuta.

—Evanna, no puedo obligarte a decirlo, pero si no hablas conmigo sobre lo que te incomoda, será mucho más difícil dejarlo ir.

—Lo sé..

Lo miro y el me da una tranquila sonrisa, trago el nudo en mi garganta y decido contarle todo lo ocurrido, como buen profesional no me interrumpe hasta que acabo.

—Solo quería escuchar que es lo que sentía por mi.—Agrego.—Solo una vez ... y supongo que al final como resultaron las cosas fue mi culpa por pedirle que se sincerara conmigo.

—Nada justifica que te agrediera.

Los ojos se me vuelven a llenar de lágrimas, él me ha dicho algo que ya sabia y es mucho más doloroso que viniera de otra persona.

—No te culpes por lo que paso.

Me muerdo el labio.—¿Es bastante malo que lo extrañe ahora?

Debe creer que estoy enferma.

Me observa en silencio.

—Sé que está mal, pero no puedo evitarlo, cada vez que llama o intenta contactarse conmigo, tengo muchas ganas de responderle, pero en ese momento también se viene esa noche en mi cabeza y tengo miedo.. Miedo de pasar por lo mismo que pase con mi padre, que se repita y yo sea una estúpida que perdona cualquier agresión.

—No eres una estúpida.

Lo miro.

—No eres una estúpida, Evanna.—Me dice.—Solo estas enamorada.

Sonrio débilmente.—¿No es lo mismo?

El me devuelve la sonrisa.

—Tú relación con Mathew termino mal y te sientes de esta forma porque no has cerrado nada con el.—Me dice.—No correctamente.

Mi boca se abre.—¿Debo acabar esto correctamente?

—¿Sientes que debes hacerlo?

Asiento con la cabeza y bajo la mirada, enseguida me ofrece un pañuelo azul, lo recibo agradecida y me limpio con él.

—Cesar... ¿Puede quedar esta sesión solo entre tú y yo?

No quiero que tenga que comunicárselo a mis tíos, no esto, por favor.

Él me sonríe.—Claro, Evanna.












(*)












—¿Cómo estuvo la sesión de hoy?.—Tia Sarah no pierde la oportunidad de preguntar.

—Estuvo bien.—Solo respondo.

—Cariño, no incomodes a Evanna.—Le pide tío David.

—Solo estoy preocupada por ella.

Observo a ambos.

—Aun así..

—Gracias.—Pronuncio y ambos guardan silencio.

Los dos me observan llenos de confusión, tomo un respiro y sigo.

—Quiero que sepan que estoy agradecida.—Me sincero con ellos.—Desde siempre, por aceptarme y..

Los ojos se me llenan de lágrimas, tío David y tia Sarah me observan conmovidos.

—Porque a pesar de traer un millón de problemas conmigo, aun así no me cerraron la puerta de su casa, a pesar de que mamá..—Me detengo y los observo, las lágrimas cayendo por mis mejillas.—Estoy muy agradecida..

Mi voz se rompe.

—Realmente estoy muy agradecida.

Cierro los ojos y enseguida siento sus cálidas manos, tia Sarah me abraza y me limpia las lágrimas del rostro.

—No tienes nada que agradecer.—Me dice tío David.

—Tío David...

—No mereces lo que te pasó, ni mucho menos que mi hermana.—Se detiene al hablar de mamá.—Pero esto... hija, esto si te mereces, Evanna.—Pronuncia y mira a tía Sarah.—¿No es así, cariño?

Ella asiente y vuelve a limpiarme la mejilla con sus pulgares.

—Esto y más, cariño.

Comienzo a llorar otra vez.

Muchas gracias.

Ahora mismo me recuerdo que es la primera vez que hago esto, la primera vez que les agradezco correctamente y tal vez Cesar tiene razón, debo cerrar todos los cabos sueltos en mi vida, como lo hice con papá, como lo he hecho con mis tíos ahora mismo.

Y cómo debo hacerlo con Mathew.

My Dignity has died for you (#1.5 Odio a los chicos)Where stories live. Discover now