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Toma un taxi que tiene miedo de adentrarse mucho en la zona y termina dejándome dos cuadras antes, bajo y camino por el centro de la pista, paso por el lado de tipos que se me quedan viendo y personas fumando en las esquinas del vecindario, sin embargo además de invitaciones para que me acerque, ninguno se sobrepasa conmigo.

Llego a su casa, pasando mis manos por mis brazos como si lograra calentarme un poco y me recuerdo que tal vez debí traer una chaqueta porque este vestido no abriga nada en medio de la madrugada.

Doy un par de golpes en la puerta y no abren hasta la cuarta o quinta vez.

Y hubiera deseado que no abrieran.

Una chica.

Y me es familiar, es una de las muchas que he visto en el bar, aunque desconozco su nombre, lleva el cabello rosa revuelto y solo lleva su chaqueta encima, sin ninguna prenda por debajo, alcanzo a ver sus pechos desnudos y las mayas de sus piernas rotas.

—¿Quién eres, Darling?

Estoy paralizada.

Jamás me vi en una situación parecida.

—¿Qué hace una chica como tú aquí?

La chica se cansa de mi silencio y comienza a llamarlo, luego de ojear mi vestido.

—Lindo vestido de doncella.—Me suelta y sus gritos empiezan.—¡Mathew, tengo una puta doncella aquí!

Mi corazón se acelera y mis ojos lo siguen hasta que Mathew aparece en la puerta, le pide a la chica que ingrese otra vez a la casa y sale de ella cerrando la puerta detrás de él.

—No tardes tanto.—Le pide ella.—Tenemos diversión para rato, traje unos buenos amigos conmigo.

Observo a Mathew.

—¿Por qué estás aquí?

Fuera de la chica esa, hay algo raro y lo noto enseguida.

Me acerco a él después de su silencio y salir de mi shock.—¿Estas drogado?

Sus ojos, sus malditos ojos.

¿Ha eso se refería ella con sus amigos?

Hace un gesto con la nariz.—¿Por qué, quieres un poco?

Mis ojos se abren.

—¿La niña buena quiere un poco de mercancía?

Retrocedo con miedo y él lo nota, enseguida se endereza, rasca su nariz y pone sus ojos fríos sobre los míos.

¿Ya Sawyer y su gata te han dicho toda la mierda sobre mí?

—Ellos no han dicho nada.

Sus ojos me observan.

—No me quede a escucharlo.

Silencio.

—Debiste hacerlo.—Me suelta.—Te hubieras ahorrado ver esto.

—¿A ti drogado o a la chica semi desnuda?

—Las dos cosas.

El dolor me aprieta la garganta.—¿Por qué haces esto?

Mathew no responde.

—¿De verdad vas a acostarte con ella?

Guarda silencio y veo sus ojos brillosos, anhelo que sea mentira, pero vuelve a lastimarme.

—¿Creíste que no me había acostado con nadie mientras estaba contigo?.

Auch..

—Mis hábitos no han cambiado, Evanna..

Las lágrimas queman mis ojos.

—Te dije que eras una más igual que todas y yo nunca iba a cambiar contigo.

"Pero lo estabas haciendo".—Quiero gritar.

—Nunca pedí que cambiaras.. ¿O lo hice, Mathew?

El no responde y yo elevo mi voz.

—¡¿Lo hice?!.—Grito, las lagrimas de rabia descienden por mis mejillas.—¡Dime si lo hice!

Sigue sin responderme.

—No lo hice ¿Verdad? No lo hice porque me gustas así.—Empujo su cuerpo y debe ser el mayor error que cometí en mi vida, pero no es así, el no reacciona más que para retroceder.—¡Me gustas tal cual eres!

—Evanna...

—¿Por qué pensabas que quería cambiarte?

—Porque todos lo hacen.

Mis ojos se abren.

—¿Y yo soy todos?

Su boca se cierra.

—¿Soy igual que todos los que te han dañado?

—Márchate.

Separo los labios.

—Márchate, Evanna.—Me suplica.

—¿No te gusto?

Sus ojos me miran detenidamente.

—Dímelo y me iré... ¿No sientes nada cuando estamos juntos?

Silencio de nuevo y me enojo.

—Eres un cobarde, Mathew Vance.—Pronuncio y me observa con sorpresa.—Eres un completo cobarde.

Ni siquiera puede decirme lo que siente a mi lado.

Es un completo cobarde.

Sus cejas se juntan con enojo.

—He dicho que te marches.

Las lágrimas vuelven a caer por mis mejillas y no son nada para el, no siente nada al verme destrozada porque a pesar de que yo lo he elegido a él.

Él no puede elegirme a mí.

—¿No vas a marcharte?

Mis pies no se mueven.

—Bien, quédate ahí.

Se da la vuelta y me cierra la puerta, al final no me queda de otra más que marcharme.

My Dignity has died for you (#1.5 Odio a los chicos)Where stories live. Discover now