-Oh. -Me incomodé aún más.

-Pero por ejemplo, contigo no encontraría ningún problema creo yo. -Rió de nuevo.

-Don Esteban yo. -Volvió a interrumpirme.

-No me llames Don Esteban, Natalia, puedes llamarme "Este", es como me llaman mis amigos... -Alzó las cejas mientras inclinaba su cuerpo hacia mí por arriba de la mesa.- O llámame Papi, que lo hacéis mucho los jóvenes de hoy en día. -Guiñó un ojo y la mano que tenía debajo de la mesa acarició mi rodilla haciéndome dar un salto en la silla.

-Don Esteban, no me malinterprete. -Hablé.- No dudo para nada que usted sea un gran hombre pero ahora mismo no puedo ver a nadie.

-Oh. -Se incorporó de inmediato y me miró de nuevo.- Es por él, ¿no? -Preguntó.

-¿Qué?

-Esa "A" de tu colgante. -De inmediato me llevé la mano al cuello buscando la inicial del nombre de Alba.- ¿Álvaro, Adrián, Alejandro? 

-No. -Dije seca.

-¿Entonces que te impide darme una oportunidad? -Sonrió de lado y acarició mi mejilla.

-De verdad que lo siento mucho Don Esteban... -Dije buscando dinero para pagar mi comida.- Pero dudo que pase algo entre nosotros.

-¿Es por mi edad? -Dijo.- Te aseguro que soy más maduro que cualquier chiquillo de por ahí que te estés follando.

-¿Perdone?

-Solo digo la verdad... -Dijo sonriendo.- Entonces la "A", ¿de qué es?

-"A" de Alba.

-¿Alba? -Arqueó una ceja.- ¿Tu hermana, tu madre?

-Mi novia. -Dije y el cambió totalmente su expresión facial.

-Oh ya veo... -Rió bajo.- Esta excusa no me la habían puesto nunca, eres inteligente.

-¿No me cree? -Busqué mi móvil en mi riñonera que colgaba de la silla. Busqué una foto con Alba y se la enseñé.- Somo ella y yo, en unas vacaciones en Calpe hace menos de dos meses.

-¿Y dónde está ella ahora?

-En el hospital señor. -Respiré hondo.

-Oh. Entiendo. -Dijo levantándose.- Aquí tienes mi tarjeta en caso de que algo salga mal, cuenta con un hombro en el que llorar.

-Gracias... -La sangre me hervía de la impotencia.

-Invito yo.

-Gracias Don Esteban, muy amable por tu parte.

Salí rápidamente del restaurante y caminé hasta mi coche, en cuanto entré a este encendí el motor y arranqué de camino al hospital a ver a Alba. Intenté olvidar todo lo que había pasado y centrarme en la carretera.

El día que llegué al hospital con Alba cargada en mis brazos inconsciente debe haber sido uno de los peores días de mi vida. Después de esperar más de veinticuatro horas en la sala de espera Manu me dijo que había recaído y la sangre se me heló. Las células cancerígenas habían vuelto al cuerpo de Alba y había que repetir quimioterapia, solo que esta vez sería un poco más intensiva. 

Habían pasado solo dos días de aquello, pero Manu aún no me dejaba ir a visitarla pues aún era pronto y no se encontraba estable. Me dijo que podía asistir a las sesiones de quimio como acompañante. Manu me animó a seguir con los planes que tenía que Alba estaba en buenas manos.

Llegué al hospital y busqué a Manu para que me diera noticias. Me dijo que ahora no tenía mucho tiempo para hablar, que Alba podía recibir visitas y que le había explicado todo a ella. En cuanto me lo dijo corrí por el pasillo del hospital hasta la recepción para que me dieran una pegatina naranja fosforita que ponía "VISITANTE" en ella. El chico de la recepción me dijo la habitación donde se encontraba, B-200. Antes de entrar debía lavarme las manos para evitar que se contagiara.

En cuanto llegué a la habitación abrí la puerta sin hacer mucho ruido, entonces la vi, la vi a ella. Estaba dormida y varias vías se enganchaban a sus brazos. Entré a la habitación cerrando la puerta, caminé hasta una butaca que había situada al lado de la cama y me senté. Agarré la mano de Alba con sumo cuidado y entrelacé nuestros dedos, sonreí ampliamente sintiendo una sensación de calidez en mi cuerpo.  Me quedé en silencio a su lado mirándola pasaron menos de dos minutos hasta que se despertó. Pestañeó varias veces.

-¿Nat? -Dijo con voz ronca.

-Shh, tu descansa cariño. -Dije.

Volvió a cerrar los ojos y cayó dormida de nuevo enseguida. Suspiré y besé su mano, subí mi mano a su mejilla y la acaricié, después acomodé un poco su pelo despeinado.

La volví a ver

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Bueno, no es un epílogo, pero creo que es mucho mejor...

Bienvenidas a las parte 2 de esta historia, esta parte igual es un poco más corta que la parte 1 pero no tengo nada claro aún.

Espero que disfrutéis y aprendáis cositas de esta historia.

Por más absurdo que suene, quiero concienciar un poco más sobre el tema del cáncer, he estado buscando mucha información y espero explicarme correctamente.

❤❤❤

Sempiterno // AlbaliaWhere stories live. Discover now