Un lugar extraño lugar.

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-¡Alexia!, ven, ven, ¡conoce tu nueva casa!- La voz de la madre de alexia se escuchaba emocionada y llena de animo, Alexia, con pereza logró levantarse y salir del auto de su padre. Al salir lo primero que vio fue una enorme mansión, un poco espeluznante para su gusto, pero no le quedaba de otra más que acostumbrarse. Después de todo ella no se podía quejar, no podía hablar.

Se acerco a las enormes murallas que rodeaban la casa y las observo por unos segundos, estaban llenas de musgo fresco y se veía un poco viejo. Llevo sus frías y pálidas manos al muro, estaba tibio y daba la impresión de que palpitara. Alexia se asustó y dio un pequeño brinco, su madre la miró confundida por aquella reacción de parte de su hija.

-¿Estás bien, Alexia?

Alexia sólo se limito a asentir con la cabeza, luego de eso, entraron a la mansión. Los ojos de Alexia emitieron un miedo enorme, estaba oscuro, todo tapado con sabanas blancas, una enorme escalera subía en dirección a arriba, demasiadas puertas.

La madre se preguntaba que le estaba pasando a su hija, nunca había actuado así. La tomo del brazo delicadamente y la llevo hasta el último cuarto, escalera tras escalera. Alexia la miró confundida y luego entendió de que se trataba de su nuevo cuarto. Su madre salió y la dejo sola, su madre también era extraña y se comportaba raro de vez en cuando.

Alexia miró a su al rededor y pudo ver que su cuarto era hermoso, cama de dos plazas color azul claro, paredes azul oscuro, cortinas largas azul claro y un balcón que daba vista a un bosque espeluznante y poco agradable a la vista. Alexia se asomo para verlo mejor y la recorrió un escalofrío y una sensación de curiosidad. Pero no se iba a arriesgar a visitar aquel lugar tan espeluznante.

Salió de su cuarto, estaba aburrida y no encontró a su madre por ningún lugar. Decidió salir al patio para buscarla, pero nada. Se dio cuenta de que se encontraba cerca de aquel bosque y se alejo. Estaba oscuro y sonido extraños salían de el, Alexia tenía miedo hasta que vio una luz a lo lejos que se movía con agilidad. Alexia sin pensarlo trato de acercarse, pero la luz se alejo más y así fue hasta que se dio cuenta de que se encontraba dentro del bosque y posiblemente perdida, ni si quiera podía pedir ayuda, no podía gritar ni hablar. 

Un pequeño sonido agudo la atrajo hasta un roca cubierta de musgo fresco, miró más atentamente hasta que se asomo una pequeña cabeza del porte de un botón, brillaba intensamente y tenía una pequeña cara preciosa. Alexia la admiro confundida por lo que estaba viendo, de seguro era un sueño o su propia imaginación.

-Ho...la- Las palabras salieron de aquella mujercita brillante, una voz muy aguda pero a la vez tierna.

Alexia por más que le quisiera contestar no podía y aquella mujercita linda estaba confundida, luego una pequeña y gran sonrisa se poso en sus pequeños labios rosados y comenzó a volar al rededor de Alexia.

-¡Ha llegado!, ¡Ha llegado!.- Gritaba una y otra vez con su aguda voz, Alexia la miraba confundida y sorprendida, no sabía que decir ni que hacer.

Pronto Alexia miró a sus lados y se encontraba rodeada de más seres cómo la anterior, de ellos emitían diferentes colores de luz, los cuales eran muy bonitos. Hombrecitos y mujercitas con alas, brillaban intensamente y volaban al rededor de Alexia, ella ya se encontraba bastante confundida con lo que pasaba.

-Pero ella no habla, ¡Está rota!.- Hablo un hombrecillo que emitía una luz rosada. Pronto todos repitieron lo mismo que el hombrecillo: -Está rota, ¡Está rota!.

Todas las mini personitas de colores diferentes se juntaron, cómo si discutiesen algo de suma importancia, luego miraron a Alexia, quién se encontraba un poco alejada de ellos, parecía que estaba a punto de escapar, pero ellos se dieron cuenta y se le acercaron.

-¡Se la daremos!, ¡Formación hadas!- Gritó una mujercita que emitía una luz negra, muy exótica y linda.

Las mujeres y hombrecitos se volvieron a juntar , todos pusieron sus pequeñas manos juntas, de repente, todas sus luces de volvieron más intensas, Alexia veía con dificultad la escena.

Se separaron y salió una mujercita que emitía una luz celeste con un huevo blanco entre sus manos y se lo dio a Alexia, quién lo recibió confundida.

-Ella es un hada que acaba de nacer, y tú tienes la obligación de cuidarla. Ya que ella eres tú- Le explico el hada celeste.

Y de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, las hadas desaparecieron, dejando a Alexia sola con ese extraño huevo que emitía una pálida luz blanca.

Ahora la inquietud volvía a Alexia, había escuchado otros extraños sonidos, pero estos era diferentes a los de las pequeñas hadas. De pronto una mujercita que emitía una luz verde se mostró ante Alexia y luego gritó:- ¡Nueva presa, amo!- Luego de esas agudas palabras salió de entres los arbustos un joven de más o menos la edad de Alexia, cabello castaño claro y ojos verdes claros. Al ver el pequeño huevo que llevaba Alexia se lanzo a atacarla, trataba de quitarle el huevo que las hadas le habían dado, pero Alexia le dio lucha y ella realmente era buena para pelear, su madre la llevaba a un dojo de artes marciales. Al final los dos quedaron agotados y Alexia aún tenía el huevo en sus manos, bien protegido. No sabía por qué lo cuidaba tanto.

-Eres buena.- El joven rompió con el silencio, su voz estaba agitada por la pelea que acababa de suceder.

Al ver que Alexia no contesto se levanto y la miró con desagrado, estaba enojado por los pocos modales de Alexia. El no sabía que ella era muda.

El hada verde se le acerco al joven y le susurro al oído: "Ella no es a la que estamos buscando".

Alexia no sabía que pasaba y de seguro su madre la estaría buscando por todas partes, tenía que volver, no sabía que pasaba.

T.T Espero que les guste mi historia, perdón si hay errores de ortografía. ^-^/

A Magical DreamWhere stories live. Discover now