❪ O3. THE BANK ❫

En başından başla
                                    

Los rehenes se echaron hacia un lado cuando notaron la presencia de los uniformados. Luther le hizo una seña a la castaña y ambos se recompusieron, golpeando cada uno a uno de los criminales. El rubio lanzo a su contrincante por uno de los ventanales que estaban cerca del techo.

—¡Parece que uno de los criminales ha sido arrojado por la ventana! —la sorpresa en la voz de Jim no paso desapercibida cuando el cuerpo del hombre voló por los aires sobre ellos.

—Los cobardes usan balas, ¡Los hombres cuchillos! —el moreno entro a la escena, lanzo dos cuchillos en dirección a los rehenes pero a mitad de su trayectoria parecieron desviarse bruscamente y dieron con uno de los ladrones.

—He estado en muchas tomas de rehenes y pueden empeorar muy rápido —comento Jim.

—¡Retrocedan, fenómenos! —grito otro de los ladrones, encima del mostrador mientras apuntaba a los niños que comenzaban a rodearlo. Cinco de ellos, siendo exactos.

—¡Si, retrocedan! —la ojiazul lo imito con un gesto burlón, el la miro y ella no pudo evitar reír cuando sus ojos se horrorizaron —Oye, ¿Por qué oí el rumor de que te golpeas solo? —al instante el hombre se dio un golpe así mismo con su puño cerrado.

Cinco apareció a un lado de la castaña, soltando también una carcajada, negó con diversión y se dirigió al hombre con falsa preocupación.

—Deberías tener cuidado —pronuncio, con una sonrisa asomándose en sus labios.

—Si —lo apoyo Allison debajo del mostrador —No nos gustaría que te lastimarás.

—¿Ah no? —cuestiono la castaña mientras fingía estar confundida.

—¡Retrocedan! ¡Ya! —comenzaba a temblar del miedo

—¿O... Qué? —en segundos, acinco estaba del otro lado del criminal. El hombre disparo en su dirección pero, nuevamente, el ya no estaba ahí. 

Trato de disparar nuevamente, pero en su mano solo había una engrapadora. Cinco estaba frente a el y Cherry asomó la mitad de su cuerpo que se mantenía detrás del castaño, alzando su arma con diversión en su sonrisa.

—¡Mira, Cinco!

—¡Vaya! Esa es una... ¡Tremenda engrapadora! —siguio Cinco, el hombre miro su mano, y el menor aprovecho ese momento para lanzar un golpe directo a su rostro, provocando que el criminal cayera del otro lado del mostrador y golpeara su cabeza dejándolo inconsciente.

Cinco bajo al instante, y tendió una mano que la castaña tomo al instante haciéndola bajar del mostrador sin necesidad de saltar, posicionandola al instante, a su lado.

—No ha habido actividad en los últimos minutos —informo Jim, observando hacia el banco —Seguimos trasmitiendo desde el Capital West para no perdernos nada de está toma de rehenes.

Los seis niños rodeaban al pelinegro, este estaba nervioso, miro a la puerta de la oficina, notando las sombras de los hombres que se movían en su interior.

—¿En realidad tengo que hacer esto? —pregunto en voz baja, sus hermanos asintieron.

—Confiamos en ti, Ben —animo la castaña, sonriendo con el fin de tranquilizarlo —Solo quedan ellos —le recordó.

Cinco, a pesar de que no podían verlo por la máscara que cubría desde sus cejas hasta sus pómulos, rodó los ojos.

Ben suspiro una vez más, tratando de prepararse así mismo.

—No vine para esto —se quejó pesadamente. Tomo la manija y entro cerrando la puerta detrás de él, para que no estuvieran cerca cuando hiciera uso de sus habilidades.

—Ahora vemos que los rehenes están saliendo, se ven muy asustados pero parecen estar ilesos —hablo Jim, observando como las personas salían del edificio con algo más que prisa. 

Los seis que quedaron fuera de la puerta, observaban a través del opaco cristal, las sombras que se revelaban. Ben se deshacía de cada uno de ellos.

Segundos despues, se asomó entreabriendo la puerta, mostrándose con sangre empapandolo de pies a cabeza.

—¿Podemos irnos ahora? 

Ocho asintió, tenía otro de los trozos de seda en su mano, lo extendió a Ben que trato de limpiar su rostro por un instante. Notando su mueca cabizbaja, Cherry dejo un rápido beso en su mejilla, sonriéndole con pena.

—Lo hiciste muy bien, Ben —lo felicito, el pelinegro sonrió de lado antes de que la castaña desapareciera de su lado siendo Cinco quién dio un suave tirón a su antebrazo llevándola a su lado.

—Demasiado —murmuro tratando de que solo ella lo escuchará, aunque está río por lo bajo ignorando lo que había dicho.

—Ahora están saliendo más personas —dijo Jim al ver que los niños salían —Y no son los ladrones, son niños con uniforme de estudiante y máscaras —contrario a todas las tomas de rehenes anteriores que había mencionado, el reportero jamás había presenciado aquello —Soy Jim Hellerman en noticias para el canal dos...

—¿Quiénes son? —preguntó uno de los espectadores

—¿Qué pasó adentro?— preguntó otro, los uniformados se detuvieron en los escalones que dirigían a la entrada del banco, en una perfecta línea que dejaba a las cámaras filmarlos sin problema alguno.

Uno saludaba a las personas, Diego se mantenía con un semblante serio observando a su alrededor, Allison sonreía en grande por la atención, Klaus mantenía una de sus manos en el hombro de Cinco, Cinco tenía una sonrisa de lado dirigiendo su mirada de reojo a la castaña, Cherry observaba los rostros sorprendidos de todos frente a ellos y Ben se esforzaba por sonreír levemente, a pesar de estar cubierto en sangre, a excepción de su rostro.

—¿Por que no puedo jugar con los demas?— pregunto Vanya a su padre, su tono estaba sumergido en la tristeza, ella realmente deseaba poder estar ahí abajo con sus hermanos. Sir Reginald miraba por unos binoculares, entonces bajo estos, aún sin dirigir su mirada a la niña.

—Ya hemos hablado de esto, número siete —le respondió el hombre del monóculo —Me temo que no hay nada especial en ti —con aquello, el pecho de Vanya se oprimió

—Oh —se limito a soltar.

—El mundo está cambiando. Ha cambiado— comenzó Sir Reginald, parado frente a sus niños —Entre nosotros hay personas dotadas de habilidades más allá de lo común. Yo he adoptado a siete de estos niños —dijo, Cherry frunció el ceño al escuchar mencionar aquel número impar, cuando en realidad eran ocho los que vivían con el —Les presentó a la clase inaugural de la Academia Umbrella— dijo para, al final, colocarse a un lado de los chicos

—Sir Reginald, aquí para el canal nueve, ¿Qué pasó con los padres? —pregunto una reportera

—Fueron debidamente recompensados —respondió con su usual semblante serio.

—¿A usted le preocupa el bienestar de sus niños?— preguntó otra más, Cherry suspiro dándole una rápida sonrisa a número cinco, que la devolvió al instante.

—¡Por su puesto! —exclamó el viejo —Tanto como el destino del mundo.

Entonces el destino del mundo no sería tan importante.

¹ 𝗖𝗢𝗙𝗙𝗘𝗘 | cinco hargreeves (reescribiendo)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin