Meowlock Holmes •[Johnlock]•

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—Nada, absolutamente nada—se quejaba Meowlock mientras rasguñaba la pared, como las últimas semanas desde que Turner había ido a su apartamento—. James Meowriarty está vivo y no tengo ni una noticia de él, ¡Qué desesperante!

—Si tanto le molesta, Holmes, considero que debería invitarlo a salir—le reprochó Jawn con un tono bastante notable de sus icónicos celos, cosa que Holmes notó y dejó salir una pequeña sonrisa—. Ambos son tal para cual.

—Catson, usted, gato honorable, ex-doctor del ejército, médico profesional y detective consultor. Usted, ¿quiere verme la cara de estúpido?

—Dado la forma en que habla de él... Hm, diría que le debería pedir matrimonio.

—Oh, Catson eso jamás. ¿Sabe por qué?—dice mientras se acerca al otro lentamente—, ¿Sabe por qué no lo haría?

—Hágame el favor de ilustrarme, Meowlock—dice con un tono ligero de molestia—.

—Porque... En realidad, yo sólo lo amo a usted—dice en un susurro casi inaudible, o al menos cree que fue así—.

Jawn Catson se queda estático en su sillón, su cerebro no reacciona, sus patas no se mueven, sólo se queda mirando los ojos de Meowlock.

Esos hermosos ojos, sólo una de las cosas de Meowlock que lo conquistaron hace mucho, sin importar cualquier prejuicio que la sociedad pudiera tener contra esa condición. Jawn definitivamente amaba a Meowlock, pero esta no se la creía, creía que su cerebro le jugaba una mala pasada, que estaba oyendo lo que quería escuchar; sin embargo, contra todo pronóstico, en ese momento sólo pudo susurrar dos palabras:

"Yo... También."

Ahora Meowlock era quién no lo creía, su rostro se iluminó, tenía una expresión de asombro mezclada con una felicidad que sólo Catson lograba divisar cada vez que Holmes le llevaba a un concierto o a almorzar en medio de un caso. Jawn también sonreía.

Era bastante gracioso, hace poco negaban efusivamente ser pareja, pero ahora... Ahora todo había dado un hermoso giro inesperado.

—Wow, sólo wow—la expresión de Holmes volvió a ser normal—.

—"Wow" no, Holmes. Es "Meow".

—Eres idiota—le gruñó—.

—No me preocupo, según usted todos lo son, Meowlock. Pero hay una diferencia.

—¿Cuál, Catson?—Holmes subió al sillón de Jawn, dejando a este incómodo de más de una forma—.

—Que usted ama a este idiota—dijo antes de acercarse más y darle un beso a Holmes—.

—¡LO SABÍA, USTEDES SON JOTOS!—gritó Turner abriendo de un portazo al ver lo que estaba sucediendo—, ¡PUNTO PARA TJLC!

—¡TURNER!—reclamaron al unísono—.

—¿¡QUÉ QUIEREN, JOTOS!?

—¿¡MEOW!?

—¡MEOW!

—¡MEOW!

—MEOW.

—¿Meow?

—Meow...

—Grr...

—Holmes, Turner, ¿pueden parar con eso?

—¡Meow!

—Holmes...

—Meow...

—Já, dominado—dice Turner con mofa hacia Holmes—.

—Usted vino para algo, ¿no, Turner?

—Oh, es cierto, con tantas cosas casi lo olvido. Meowlock, traigo noticias urgentes. He visto a Sebastian Meowran deambular cerca de mi casa.

—Entonces usted corre un terrible peligro, Turner. Jawn, alista lo necesario, nos iremos a vigilarle.