El navío

137 55 10
                                    

Tenía pensado estudiar leyes,
pero salí a matar sacerdotes,
estaba agitado, con emociones confusas.

Pasé días y horas en un navío,
viendo a las tortugas marinas,
no había mesa, no había sillas,
no había amor, ni alimento,
no había nada.

Tenía una lectora
que quería asiduamente,
salté del barco
y nadé hacia el infinito.

Poesía en tiempos de vértigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora